*Informes preliminares del Consejo Supremo Electoral (CSE), que asignó las 153 municipalidades al régimen de Daniel Ortega, reflejan en sus datos que solo cinco de cada diez personas fueron a votar, mientras que cifras de la organización Urnas Abiertas indican que solo 17 % votó.
**En menos de 24 horas, los datos del CSE «desaparecieron» a más de 30 mil personas previamente inscritas en el Padrón Electoral para que le cuadraran las cifras.
Expediente Público
En su afán de aparentar una alta participación ciudadana en la farsa electoral del pasado 6 de noviembre, el Consejo Supremo Electoral (CSE) presentó en el segundo informe, una cifra menor de personas que estaban legalmente inscritas para ejercer el voto.
Previo a las votaciones, el tribunal electoral confirmó que el padrón estaba conformado por 3,722,884 ciudadanos, pero un día después de realizado el proceso la magistrada Brenda Rocha, presidenta del tribunal electoral, señaló que eran 3,692,733 los inscritos. Es decir que de un plomazo «desaparecieron» 30.151 votantes del Padrón Electoral.
Los datos del tribunal electoral, dominado por magistrados sandinistas, señalan que se obtuvieron 2,108,003 votos en esta jornada, de los cuales 2,028,035 fueron votos válidos y llamativamente solo 79,968 votos nulos.
Rocha detalló que la participación ciudadana fue del 57.09% en contradicción con el 17.33% que registró Urnas Abiertas durante la fiscalización que realizó con el apoyo de sus redes ciudadanas. Sin embargo, todavía con esta cifra oficial, se deja al descubierto que para ellos, solo poco más de la población salió a votar.
En las elecciones municipales de 2017, el régimen reportó que la participación fue del 51. 74%. Cinco años después, incluso con menos votantes registrados, el CSE estimó que fueron a votar solo el 57.09%, es decir que la abstención aumentó más de 5,35 por ciento.
Pese al nivel de coacción ejercido por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo a lo largo de la jornada electoral del domingo, no lograron que la población saliera a votar.
El jurista nicaragüense, Uriel Pineda, consultor independiente en Derechos Humanos, explicó a Expediente Público que los más recientes resultados electorales en Nicaragua revelan la anulación del pluralismo político en el país centroamericano.
“Al no existir condiciones de un proceso electoral auténtico donde se puedan inscribir, donde el resultado sea verificable y medible desde un ejercicio de auditoría social, entonces, no hablamos de un proceso de elección, aquí hablamos en todo caso de un proceso de simulación electoral total”, dijo Pineda.
Proceso electoral no reflejó voluntad popular
El observatorio Urnas Abiertas determinó que la abstención en los comicios municipales alcanzó el 82.7%, lo que se ve reflejado también en los datos del tribunal electoral nicaragüense. El organismo de observación determinó una participación de 17.33% de la ciudadanía.
Ligia Gómez, investigadora de Urnas Abiertas, explicó que a través de la red ciudadana conformada por 1,600 observadores independientes, se pudo observar la participación ciudadana en 366 centros de votación ubicados en diferentes municipios para determinar el grado de participación, y por ende, concluir el nivel de abstención.
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“Nos permitió concluir que con un 95% del nivel de confianza y un margen de error del 5% en la participación de este año fue de 17.33% y el nivel de abstencionismo ascendió a un 82.7%”, explicó Gómez durante el segundo informe dado a conocer al finalizar la jornada electoral del domingo.
Para Pineda, el proceso electoral de este 6 de noviembre no reflejó la voluntad de los nicaragüenses y tampoco hubo una participación activa de toda la ciudadanía.
“El abstencionismo fue más que notorio, la actitud del régimen fue más que evidente para forzar a los empleados públicos y a la estructura partidaria para movilizarse en función de la elección (…) Los procesos electorales tienen que reflejar la voluntad popular y esa voluntad popular se manifiesta en la continuidad de algún proyecto político o el castigo de una mala gestión y esa situación no estuvo en juego en esta elección”, insistió Pineda.
Abstención mayor que la de 2021
Para este proceso electoral, el CSE habilitó 3,106 Centros de Votación, donde funcionarían 7,931 Juntas Receptoras de Votos (JRV), para que lo electores acudieran a ejercer su derecho al sufragio. A lo largo de la jornada, sin embargo, se reportó una baja afluencia de personas en los centros establecidos para estas votaciones.
La abstención durante las elecciones municipales fue mayor que el 81.5% determinado en las elecciones generales de 2021, cuando el CSE aprobó la reelección de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
“Este año se documentó una estrategia de coacción del voto sin precedente, las personas fueron controladas y vigiladas para garantizar que asistieran a las urnas junto a sus familiares. Por otra parte, también se tuvo información de una gran de un gran número de personas que asistieron a votar por miedo a las represalias”, mencionó Gómez.
Sobre la base del 99.13% de juntas escrutadas, el CSE adjudicó 1,494,688 de los votos válidos al partido Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), es decir el 73,70% otorgándole el total de las 153 alcaldías en igual número de municipios en el país centroamericano.
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Olga Valle, directora de Urnas Abiertas, explicó que la ciudadanía decidió quedarse en sus casas. El régimen, sin embargo, a través de sus voceros oficialistas lanzó una campaña de que las elecciones se desarrollaron en “paz y tranquilidad” y con un desborde la población en las JRV.
“Estamos registrando un leve incremento de la abstención, pero como hemos dicho también con una estrategia de coacción del voto definitivamente sin precedentes”, refirió Valle.
Nicaragüenses se quedaron en casa
En estas elecciones municipales se elegirían 6,088 cargos entre alcaldes, vicealcaldes y concejales de los 153 municipios del país.
El “¡Quédate en casa!”, desde 2021, se convirtió en un lema de la oposición nicaragüense. Este año, la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia, la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) y otras 11 organizaciones opositoras llamaron previamente a la ciudadanía a rechazar el “circo electoral” e invitaron a permanecer en casa como una forma también de demandar la liberación de las personas presas políticas del régimen.
“La dictadura decidió previamente tomarse de facto y por la acción coercitiva de la Policía y paramilitares, el remanente de las alcaldías bajo gestión de la oposición”, denunciaron las organizaciones opositoras en un comunicado difundido tres días antes de los comicios municipales.
Pese a que el régimen utilizó todos los recursos del Estado para transportar a sus simpatizantes a votar en todo el país, en clara violación a la Ley Electoral (331), tampoco fue posible obtener resultados que demostraran el éxito de las elecciones municipales.
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“De alguna forma lo que vimos fue como una especie de consulta interna del Frente Sandinista donde ni siquiera sus propias estructuras tuvieron la posibilidad de incidir en el nombramiento de los diferentes candidatos”, señaló Pineda.
Las votaciones transcurrieron con los principales partidos de la oposición fuera de la contienda electoral, mientras la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) advirtió de falta de garantías para unos comicios justos.