*El saliente presidente ejecutivo del Banco Centroamericano de Integración Económica, Dante Mossi duplicó los gastos del personal administrativos.
**Eduardo Trejos Lalli, exdirector del BCIE por Costa Rica, sostiene que lo peor que puede resultar de la elección del nuevo presidente ejecutivo, el 17 de noviembre, es un “Mossi 2.0”.
Expediente Público
A Dante Mossi le gusta decir que las finanzas del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) son “sólidas” y el capital del organismo multilateral “se fortalece”.
En su afán de “lograr su reelección” como presidente ejecutivo del BCIE, durante su gestión de cinco años, elevó el gasto administrativo con salarios, gastos de viajes, oficinas y de mantenimiento, según información suministrada por el BCIE a Expediente Público.
El economista hondureño asumió la Presidencia Ejecutiva del BCIE en 2018 y al cierre de su gestión, debido a las mayores contrataciones, el personal del banco tuvo un crecimiento significativo de 43.5%.
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En 2018, el banco tenía 342 colaboradores, pero en el primer año de su gestión el personal pasó a 368, es decir un incremento de 7.60%.
En el año 2020 y 2022 fueron los periodos de mayores contrataciones, se agregaron 44 y 34 colaboradores, respectivamente.
Mossi realizó más contrataciones hasta engrosar la planilla con 491 empleados al final de su gestión. Este año se crearon 25 plazas nuevas, según datos del BCIE a Expediente Público.
Partida de salarios se incrementa
El incremento del personal elevó, por supuesto, el gasto en salarios que en términos porcentuales representa el 60% del total del gasto administrativo en el BCIE, según documentos oficiales del BCIE.
El Informe de los Auditores Independientes, encargados a la firma Deloitte, revelan que los gastos administrativos pasaron de US$49.29 millones en 2018 a US$78.11 millones en 2022, es decir, 53.4%.
Los informes detallan que el gasto en salarios y beneficios al personal fueron US$30.72 millones en 2018; mientras que, en 2022, sumaron US$46.19 millones.
“El presidente del Banco no solamente gana un enorme salario, sino que además utiliza los recursos institucionales del Banco de manera muy dadivosa, para él y los suyos, digamos, sus alfiles y sus torres en el juego”, dijo a Expediente Público Eduard Trejos Lalli, exdirector del BCIE para Costa Rica entre 2021 y 2022.
Viajes en primera clase
Los gastos administrativos también comprenden los pagos relacionados a los servicios de oficinas y su mantenimiento.
Gastos de viaje del presidente ejecutivo y resto de funcionarios de la institución también suman al gasto.
“Viajan en primera clase, van a hacer giras intrascendentes alrededor del mundo, cobran viáticos exorbitantes”, denunció Trejos Lalli.
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El Índice de Gasto Administrativo (IGA) mostró durante su gestión una tendencia al alza desde la llegada de Mossi pasando de 0.49% en 2018 a 0.58% en 2022.
Según documentos oficiales del BCIE, el IGA es un indicador de seguimiento del objetivo estratégico para incrementar la eficiencia institucional.
Al finalizar el mandato de Mossi, el IGA podría ser mayor y mostrar un incremento de hasta un 0.70%, lo que supone un mayor gasto administrativo.
El mandato del hondureño llega a su fin este 30 de noviembre por decisión de la Asamblea de Gobernadores del banco.
Estados Unidos intenta limitar los préstamos de los bancos multilaterales a Nicaragua por las graves violaciones de derechos humanos de Daniel Ortega y Rosario Murillo, pero Mossi a lo largo de mandato mostró un implacable apoyo al régimen.
Durante la reunión del 12 de mayo de 2023, la Asamblea de Gobernadores instruyó al directorio iniciar el procedimiento para elegir un nuevo presidente ejecutivo.
Ryan Berg, director del programa de las Américas y analista del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS, por sus siglas en inglés), con sede en Washington, D.C, en febrero, recordó que un evento de la institución un panelista se refirió a Mossi como el “banquero de los dictadores”.
¿Abusó del presupuesto del BCIE?
Trejos Lalli explica que desde la llegada de Mossi, el organismo multilateral entró en un “proceso de declive” no solo en su cartera de crédito, sino en todo su proceso de estructuración de financiamiento.
Los documentos oficiales muestran que, al 31 de diciembre de 2022, los gastos administrativos, y otros pagos, aumentaron en US$28.2 millones, es decir 20.3% comparado al 2021.
«El declive que tiene el banco para para los próximos años es un desafío enorme para para la próxima administración”, afirma Trejos Lalli.
Mossi, además, habría abusado del presupuesto de la entidad al realizar ostentosas remodelaciones en oficinas en Tegucigalpa, donde está la sede principal, y en otros países.
En 2021, el BCIE anunció la construcción de un edificio anexo en su sede de Tegucigalpa que costaría US$20 millones. Un año después, Mossi también inauguró un nuevo edificio en Nicaragua, por un monto de US$16.5 millones.
“Había logrado incrementar la planilla y los gastos operativos, se puso a inaugurar oficinas alrededor del mundo en los países sedes y eso había generado una un debilitamiento de la cartera”, añadió el exfuncionario del BCIE.
Mossi, sin embargo, en su cuenta de Twitter, afirma que tanto las “aperturas como las plazas fueron aprobadas” por el directorio, a solicitud de la administración. El incremento de plazas laborales, según el hondureño, fueron “para mejorar las adquisiciones, comunicaciones”.
Riesgo de perder calificación
El antecesor de Trejos Lalli, el costarricense Ottón Solís en 2021 renunció a su cargo como director por Costa Rica ante el BCIE y denunció supuestas irregularidades y abusos de poder dentro de la institución.
Según Solís, en una nota publicada originalmente por El País, los directores, nombrados a dedo por cada gobierno, recibían salarios totales que promedian US$20,000 exentos de impuestos.
Para Trejos Lalli, el BCIE “corre el riesgo” no solamente de perder la calificación “AA” de riesgo internacional que otorgó la agencia calificadora Standard & Poor’s (S&P), en 2022, sino de ver “mermados su capacidad de seguir prestando dinero a la región”.
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Los directores de los países, según Trejos Lalli, preocupados por la situación, en 2021 enviaron una carta a los gobernadores previniéndolos de que el banco estaba en un “mal camino”, y de no tomar acciones inmediatas para su recuperación, el “daño cada vez iba a ser más profundo y más difícil de resolver”.
Mossi, incondicional con Ortega
El hondureño Dante Mossi llegó a la presidencia del BCIE en diciembre de 2018, el mismo año de la rebelión de abril en Nicaragua, cuyas manifestaciones de la población fueron reprimidas brutalmente por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Al menos 355 personas fueron asesinadas y más de 2 mil heridos. A la fecha, 91 personas son presas políticas.
A pesar de eso, Nicaragua continuó recibiendo financiamiento del BCIE, que suman US$3,513 millones en préstamos activos en 2023, de los cuales se desembolsaron US$1,345 millones, según datos oficiales del Ministerio de Hacienda.
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El BCIE, durante la administración de Mossi, otorgó préstamos a Nicaragua sin tomar en cuenta el deterioro institucional, incluyendo fraudes electorales, la falta de transparencia y las acusaciones de corrupción.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) y la Organización de Estados Americanos (OEA) han hecho constantes llamados al régimen para que cumpla con los derechos humanos y la democracia.
Un “empleado” de los gobiernos
Este organismo multilateral, según el exdirector del BCIE por Costa Rica, tiene una “deuda” con los países en materia de derechos humanos.
“Mossi ha utilizado su poder como presidente (del BCIE) y su ambición de quedar reelecto en comenzar a buscar los mecanismos para evitar la concentración de créditos en un solo país”, afirma Trejos Lalli.
Nicaragua y El Salvador son los dos países que “más recurren o que más apetito tienen a créditos del banco”, seguido de Honduras, Costa Rica y por último Guatemala, señala el exdirector del BCIE.
“Terminó siendo un empleado de los gobiernos y un presidente de un banco multilateral no puede ser necesariamente el que les diga sí a todos (…) Tomó acciones e implementó medidas que fueron en perjuicio y detrimento del banco.”, estima Trejos Lalli.
Terna para elegir nuevo presidente ejecutivo
En medio de esta situación del BCIE, este 17 de noviembre, la Asamblea de Gobernadores, la autoridad máxima del organismo, elegirá al próximo presidente ejecutivo para sustituir al polémico Mossi.
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En la terna de tres candidatos figuran los costarricenses Ana Guissella Sánchez Maroto, postulada por la administración del presidente Rodrigo Chaves, y Bernardo José Alfaro Araya, actual gerente general del Banco Nacional, que se postuló por cuenta propia.
La terna la completa el guatemalteco Jaime Roberto Díaz Palacios, quien es actualmente el vicepresidente ejecutivo del BCIE y tiene más de 15 años en el ámbito de la de la Economía y Finanzas para el Desarrollo.
El próximo presidente ejecutivo del BCIE tiene el gran deber de no convertirse en un “Mossi 2.0, eso es lo peor que le podría pasar al banco”, señala Trejos Lalli.
¿Quién ganará la elección? “Todo dependerá de cuánto apoyo ha conseguido Costa Rica, qué apoyos tiene Guatemala”, puntualiza Trejos Lalli.