* Las relaciones diplomáticas y comerciales entre Nicaragua y China no han tenido alcances significativos, sino simbólicos y limitados.
** Esta alianza entre Ortega y los chinos busca sostener en el poder del régimen sandinista y beneficiar a sus integrantes, según académico norteamericano, Evan Ellis.
Expediente Público
La alianza diplomática que estableció el régimen de Daniel Ortega, en Nicaragua, con la República Popular China no ha mostrado beneficios significativos en materia de cooperación e inversión si se compara con lo que ha otorgado a otros países de la región latinoamericana.
Los chinos han conquistado al régimen del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) con pequeños proyectos y programas, así como donaciones, que en realidad no se traducen en un desarrollo significativo para la nación centroamericana, pero es un discurso que los medios de comunicación oficialistas y los fanáticos del partido exaltan como grandes logros.
Nicaragua y China establecieron sus relaciones diplomáticas el 9 de diciembre de 2021, después de que el régimen sandinista anunciara el fin de su amistad diplomática con la República de Taiwán, que se consolidó en los últimos años como uno de los principales cooperantes del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Nicaragüenses no creen en el cuento chino
El analista internacional Carlos Cascante Segura, de la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional (UNA) de Costa Rica, dice a Expediente Público que, en el caso de Nicaragua, los ciudadanos esperaban que el restablecimiento de estas relaciones diplomáticas se tradujera en una mayor inversión; y plantea tres hipótesis por las cuales esto no ha ocurrido.
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La primera, asegura, es que China podría dudar de la estabilidad del régimen sandinista y de las inversiones a largo plazo, debido a la situación “compleja” que enfrenta Ortega y Rosario Murillo en el país, donde la mayoría de la población demanda su salida del poder y un enjuiciamiento por los crímenes de lesa humanidad cometidos contra los ciudadanos.
La segunda se basaría en que ese país asiático actúa con mayor prudencia, intentando evitar molestar a los Estados Unidos con su relación con Nicaragua y el resto de los países centroamericanos, que han sido muy cercanos y dependientes al gobierno norteamericano.
Y la última, a consideración de Segura, es que las ambivalencias y los comportamientos erráticos del régimen sandinista “han determinado que no es un actor seguro a la hora de trabajar”, desestimulando que el gobierno y las empresas hayan querido invertir más, en el poco tiempo que lleva el establecimiento de las relaciones.
China no necesita de Nicaragua
Por su parte, Evan Ellis, profesor investigador de Estudios Latinoamericanos del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de los Estados Unidos, concuerda en que hay varias razones por las que los Ortega-Murillo han recibido beneficios limitados. Entre ellas, asegura, es que el gobierno chino esperó por mucho tiempo el restablecimiento de las relaciones con Nicaragua, que sostuvieron por primera vez en 1979.
También que el régimen sandinista consideró a China como la última opción, pues le sacaron el máximo provecho a los taiwaneses y a sus otros aliados, y buscaron a los chinos para evitar estar aislados por la comunidad internacional y una forma de respiro de las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos y Europa.
“La República Popular de China no está tan apurado de ayudar a los Ortega, pero también yo creo que entiende que Nicaragua necesita la ayuda de ellos, más que ellos, en este momento, necesitan la ayuda Nicaragua”, dice el académico, quien supone que no hay mucho beneficio al extender una gran ayuda de parte de China.
Los proyectos prometidos
A un año y medio de esta alianza bilateral, los alcances más emblemáticos que ha obtenido Nicaragua con la cooperación china es el financiamiento para el programa habitacional Nuevas Vidas, que pretende construir 14 mil viviendas en varios departamentos de Nicaragua.
El proyecto que simboliza la única inversión directa, hasta el momento, de parte de China tiene un financiamiento de 60 millones de dólares.
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También está el Acuerdo de Cosecha Temprana (ACT), que entró en vigor el pasado cinco de mayo, firmado por ambos países y que permite las importaciones y exportaciones con cero aranceles. Según el discurso del régimen sandinista, este acuerdo representa una antesala a un Tratado de Libre Comercia (TLC), que se espera establecer con el país asiático.
El pacto entre ambos países también se ha reflejado en la donación de materiales y equipos para el Ministerio de Salud (Minsa) y para la Policía Nacional (PN), señalada por la oposición nicaragüense y la comunidad internacional de ser el principal brazo represor del régimen sandinista.
Vacunas y más promesas
Igualmente ha sido la donación de 3 millones de vacunas contra el coronavirus, becas universitarias y donación de instrumentos musicales a orquestas sinfónicas distribuidas en todo el país y alianzas con medios de comunicación oficialistas. Inversión en proyectos de agua y saneamiento, del sector energético, de infraestructuras, salud y educación, así como en crecimiento económico y cultura.
Dentro de los logros que celebra el sandinismo en Nicaragua está la firma de memorándums de entendimiento para establecer un acuerdo macro de apoyo mutuo, un mecanismo de consultas políticas, otro sobre cooperación comercial, y uno para exonerar de visa a los portadores de pasaportes diplomáticos de ambos países.
“Como amigo y hermano de Nicaragua, nosotros estamos dispuestos a hacer nuestras contribuciones en el desarrollo social y económico de Nicaragua”, aseguró Cai Wei, director para América Latina y El Caribe del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Popular China, durante una visita a Nicaragua en abril de este año.
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Beneficios simbólicos
Para el académico Ellis, los ofrecimientos de China a Nicaragua han sido simbólicos y no recuperan las exportaciones que lograba con la República de Taiwán. Tampoco se igualan a los beneficios que han recibido otros países en la región.
En el primer cuatrimestre del año 2023, las exportaciones que hizo Nicaragua alcanzaron 1.485,4 millones de dólares y que abarcaron 100 productos, según el Centro de Trámites de las Exportaciones (Cetrex), en Nicaragua.
Respecto a la relación comercial con China, las exportaciones de Nicaragua hacia ese país fueron de 5,58 millones de dólares, en productos de aceites y grasas. Esto, según el Cetrex, representó un descenso de 157,7 miles de dólares en comparación al mismo período en 2022.
El comercio bilateral no es sustentable y la balanza será siempre negativa para Nicaragua, explica Ricardo Ferrer Picado, analista de seguridad estratégica e investigador del Centro por una Sociedad Libre y Segura, a Expediente Público.
Además, señala que los servicios de distribución energética y la infraestructura de conectividad que pueda otorgar China serán pagados con la soberanía y los recursos naturales del país centroamericano.
Nicaragua usado
“Es un revival colonial, pero con Nicaragua como actor secundario en el enfrentamiento de China a USA y de la guerra del yuan al dólar”, asegura Ferrer. La situación no beneficia a Nicaragua y hace que “los objetivos de la dictadura de Ortega no han podido cumplirse y se torna complejo que así lo hagan en el futuro”.
También se complica con la logística, agrega el especialista, quien explica que provoca que el flete sea costosos y onerosos por la posición geográfica y porque los precios nicaragüenses no son competitivos.
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El analista pronostica que Nicaragua en vez de producir más, tendrá que exportar productos primarios sin valor agregado y lo hará a través de los barcos que llegan con productos desde China.
Con esto, el país centroamericano replicará un esquema colonial de antaño y tendrá nuevos mecanismos de dependencia comercial, sin capacidad de negociar y aceptando “su rol como país satélite y dependiente del régimen del Partido Comunista Chino”.
Resultados prematuros
A juicio del especialista Carlos Cascante y de Tiziano Breda, analista para Centroamérica del International Crisis Group, es muy corto el lapso de tiempo que ha transcurrido entre el establecimiento de las relaciones diplomáticas, las cuales podrían estar sujetas a cambios o proyectos en un futuro próximo.
Breda dice a Expediente Público que la mayoría de los países que establecen relaciones con China no han obtenido beneficios inmediatos.
Además, hace énfasis en el caso de los países centroamericanos y asegura que este tiempo se alarga para ellos, puesto que no tienen materias primas para ofrecer como lo hace Brasil o los países andinos, provocando que China no esté muy interesada en invertir o expandir sus relaciones comerciales.
El especialista afirma que China es cautelosa a la hora de invertir en Nicaragua, tendiendo el precedente de la fallida obra del Canal Interoceánico, que nunca se ejecutó y que suponía una considerable inversión china. “De alguna forma, posiblemente, no quiere acelerar la inyección de recursos”, agrega.
¿Quién gana más?
Sobre quién de ambos países se lleva mayor ventaja con esta alianza, el especialista Breda señala que en temas de nivel político como el de Taiwán, ambos ganan.
“China claramente le gana políticamente a Taiwán al haber logrado quitarle otro de los pocos países que quedan, que sigue reconociendo a Taiwán como un país independiente, y no parte de una sola China continental; Ortega digamos por otro lado le gana un mínimo de influencias, por esta misma razón, al Gobierno chino para intentar, pues sacarle algún provecho sobre todo a nivel económico”, señala.
Además, el analista refiere que, con el tiempo, o quizás nunca, se concretaría un aumento exponencial en los intercambios comerciales entre ambos países.
Chantaje de China
“China utiliza, a menudo, estos incluso acuerdos comerciales para primero que todo expandir sus exportaciones hacia los países con los que estableces acuerdos comerciales”, explica.
También pronostica que la balanza comercial podría irse a favor de China, en los primeros tiempos de estas relaciones diplomáticas.
El analista Ferrer dice que el régimen en Nicaragua se beneficiará de la protección de Pekín, quienes se encargará de sostenerlo, y el “doble rasero que tiene los países del mundo que tienen dependencias en diferentes sectores de la economía con China, para evitar ser condenada en derechos humanos ante sus sistemáticas violaciones y sanciones comerciales”.
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Asegura que el régimen chino se convertirá en un “factótum” legitimador en la sucesión del régimen de Ortega-Murillo.
Por parte de China, asegura que ésta logrará una posición militar estratégica en Centroamérica y tener narrativas más eficientes en cuanto a la migración nicaragüense. “Al final del día, el trabajo será estratégico y pausado, pero sostenido en el tiempo, incluso ante el fallecimiento del matrimonio a cargo de la dictadura, será uno de los principales factores legitimadores del sucesor en el poder”, finaliza.
Hay que tomar en cuenta que Nicaragua ofrece posibilidades de generar un “hub logístico y un futuro canal”, que pueda generar molestias en los Estados Unidos y eso China podría aprovecharlo, asegura.
En el pronóstico de qué sigue para este país, el especialista asegura que después de que Nicaragua reciba una gran cantidad de productos chinos, también se llenará de obras de infraestructuras, que se pagarán con el dominio militar y soberano de China.
Poder e intereses particulares
Las relaciones diplomáticas que busca establecer Ortega se centran en la sobrevivencia de su régimen, cómo conservar su poder como gobernante y del grupo de aliados que trabajan para él, asegura el especialista Carlos Cascante.
“Por una parte, China le ofrece ciertas inversiones en Nicaragua que, sin duda alguna, favorecerán a las arcas de muchos miembros del régimen, eso creo que no hay duda sobre este particular; y que, al mismo tiempo, en la parte política le permitirán a Ortega legitimarse y decir bueno: no dependemos de los Estados Unidos tenemos a China”, explica.
También, dice, que estas relaciones se basan en cómo la familia Ortega–Murillo, a los que califica de codiciosos en términos económicos, desean expandir sus intereses económicos tanto dentro como fuera de Nicaragua, a pesar de las presiones internas que se viven como la pobreza, que ha obligado a que millones de personas migren a países como Estados Unidos, España y Costa Rica.
En tanto, Breda asegura que no tiene dudas que haya algún tipo de interés particular, “pero no tengo tampoco evidencias, por lo tanto, no iría tan lejos como para afirmar que hay algún tipo de interés, familiar o de aliados”.
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A pesar del rechazo de la mayoría de nicaragüense por la forma en que Daniel Ortega ha gobernado Nicaragua, el dictador busca aferrarse al poder utilizando la represión, la cárcel, la muerte o el exilio para las personas que muestran su descontento y oposición a sus políticas.
¿Qué consecuencias traerá esto?
Estas relaciones también suponen, para el régimen sandinista, el respaldo de un país como China, que asume el rol de una potencia en el mundo, dice Breda, quien explica que Ortega y Murillo buscan disminuir el aislamiento internacional al que se ha enfrentado en los últimos años por las violaciones a los derechos humanos y los crímenes que han cometido en contra de los nicaragüenses.
Sobre si esta alianza tendrá alguna consecuencia para la soberanía del país en el largo plazo, el analista Breda asegura que dependerá mucho del tamaño de la inversión política y económica que China decida darle a Nicaragua.
“Mientras se limite a inversiones menores, de intercambios menores, no habrá consecuencias particularmente sustanciales. Cuanto más China invierta en deuda o cosas de este tipo, Nicaragua se volverá cada vez más más dependiente de China, pero no tenemos todavía los elementos para ver qué consecuencias tendrá en el largo plazo”, advierte.
A consideración del analista Carlos Cascante se deberá establecer cuáles son los intereses de China y hasta dónde quiere aproximarse con estas relaciones en Nicaragua. Además, asegura que este país, “no tiene el más mínimo interés de meterse en la política interna de Nicaragua”, pues su principal objetivo es hacer negocios en América Latina.
Para el especialista, la pregunta que se deberá sostener es cómo o qué tanto le afecta a los Estados Unidos y su sensación de seguridad que China tenga relaciones cercanas en Centroamérica.
“Estamos ante un enfrentamiento, no de corto plazo, sino de largo plazo. Entonces este tipo de relaciones, se van a volver normales en la vida centroamericana durante los próximos años”, finaliza.