* Rusia no trae beneficios tangibles al régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, pero existe un intercambio más allá de lo simbólico o narrativo que representa una amenaza a la seguridad y democracia regional, concluye una investigación de Expediente Abierto.
**El experto en relaciones internacionales Vladimir Rouvinski señala en el documento que, pese al intercambio económico escaso, Ortega permite que Rusia actúe libremente en su territorio, en el vecindario de Estados Unidos.
Expediente Público
Nicaragua ha demostrado ser más rentable para Rusia que Cuba o Venezuela, donde ha invertido mucho más económicamente, por lo cual es probable que la cooperación se amplíe, sostiene Vladimir Rouvinski, director del Laboratorio de Política y Relaciones Internacionales de la Instituto Colombiano de Estudios Superiores de Incolda (Icesi) y autor del estudio del centro de pensamiento Expediente Abierto “Rusia y Nicaragua: una relación peculiar que amenaza la seguridad y la democracia en el hemisferio occidental”.
“Involucrar a Nicaragua requiere costos relativamente bajos para Rusia en comparación con las inversiones necesarias para aumentar la presencia rusa en otras naciones aliadas de la región, como Cuba o Venezuela”, concluye el reporte.
Las relaciones comerciales ruso-nicaragüenses son mínimas, y no obstante la propagando del régimen Ortega-Murillo los préstamos e inversiones son prácticamente cero. Sin embargo, el área donde se produce el verdadero compromiso es la cooperación militar y de seguridad, además de las operaciones de información e influencia, destaca la investigación.
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Estrategia rusa con Nicaragua
“Aunque Nicaragua no representa ninguna compra a gran escala de armas y equipos militares rusos con un alto precio de etiqueta adjunto, coopera sin restricciones con Moscú en todos los puntos críticos y sensibles de la agenda debido al nivel de participación de los militares rusos en la definición de la agenda de cooperación, de tal manera que responda a los intereses estratégicos de largo plazo de Rusia y beneficie directamente al régimen de Daniel Ortega”, sostiene el documento.
“La mayor parte del equipo militar del Ejército de Nicaragua se produce en la antigua Unión Soviética y la Rusia contemporánea. Docenas de tanques suministrados por Moscú a Managua probablemente sean el equipo más avanzado de este tipo en la región”, se sostiene.
El estudio detalla que en plena invasión a Ucrania, “las tendencias actuales de la cooperación militar rusa con Nicaragua colocan a este último en la parte superior de la agenda de Moscú como uno de los pocos países de América Latina totalmente dependiente de Rusia al más alto nivel”.
Cooperación estratégica y en seguridad
Además, existe “un centro de entrenamiento de propiedad y gestión independiente de Moscú en Nicaragua y una estación Glonass (equivalente al Sistema de Posicionamiento Global (GPS) de Estados Unidos) pueden guiar armas de alta precisión y facilitar la navegación de barcos de la armada y aeronaves militares. Las fuerzas del orden rusas capacitan a la fuerza policial nicaragüense en varios aspectos de inteligencia y vigilancia que ayudan al régimen de Ortega a oprimir a la oposición”, detalla el estudio.
“En cuanto a las operaciones de información e influencia, los medios controlados por los gobiernos de Nicaragua y Rusia cooperan en el área de información estratégica, difundiendo las narrativas de los regímenes de Putin y Ortega sobre temas clave internacionales y regionales”.
Además, “entre los últimos avances está la participación de observadores rusos en las disputadas elecciones en Nicaragua, utilizadas por Moscú y Managua para legitimar resultados electorales que la oposición y la comunidad internacional han rechazado”, resume el documento.
“El potencial de expansión rápida de las capacidades militares y de inteligencia de Moscú en Nicaragua amenaza la seguridad y la democracia del hemisferio occidental, donde el predominio de las naciones democráticas en el siglo XXI se ha considerado crucial para mantener la estabilidad de la región”, revela el estudio.
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Sociedad peculiar
El análisis presentado por Expediente Abierto indica que, a pesar de las diferencias abismales entre Rusia, una potencia nuclear y actor global, y Nicaragua, uno de los países más pobres de las Américas, esta relación Ortega-Putin sirve a los intereses de ambos regímenes políticos.
Rusia está construyendo relaciones con otros países latinoamericanos, pero Nicaragua destaca por el nivel de confianza sin precedentes que le otorga a Moscú.
“En el caso de Ortega es cimentar el poder que tiene y para los rusos Nicaragua se presta como una especie de centro de operaciones para América Central, para luego poder desarrollar su estrategia”, explicó Rouvinski a Expediente Público en una entrevista que se publicará en la tercera entrega de este especial.
Además, Ortega deseaba involucrar a la Rusia de Putin en los asuntos domésticos que necesitaban ser reforzados rápidamente, como, por ejemplo, las operaciones policiales y de influencia.
¿Por qué Nicaragua es de interés para Putin?
Por otro lado, Moscú ve a Nicaragua a través de la lente de la reciprocidad estratégica, donde el valor fundamental es la proximidad geográfica a los Estados Unidos.
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Al mismo tiempo, “luego de la guerra en Ucrania iniciada por Putin en febrero de 2022, Rusia está obligada a aumentar su participación en el juego geopolítico en el hemisferio occidental».
En este contexto, de acuerdo a la investigación, «la Nicaragua controlada por Ortega tiene todas las características que Rusia busca para un centro de sus actividades en la región: conocimiento de primera mano y constantemente actualizada in situ a través de su embajada y otras oficinas controladas por el gobierno ruso en el área, autoridades locales que colaboran plenamente, instalaciones de Moscú administradas de forma independiente en el terreno, redes en los países vecinos de América Central”.
Paralelo al reforzamiento de las tendencias autoritarias en Nicaragua y al creciente aislamiento del régimen de Ortega en el ámbito internacional, Managua necesitaba un poderoso aliado capaz de brindar un amplio apoyo político al país en diversos escenarios multilaterales y espacios informativos.
Expandir influencia rusa
Putin quiere convertirse en el principal promotor del nuevo orden mundial, pero no ha logrado reclutar nuevos aliados en América Latina a pesar de los continuos llamados de Moscú para cortar los lazos con los Estados Unidos.
Para el régimen de Nicaragua, aunque depende económicamente de Estados Unidos, su principal socio comercial, requiere de Moscú para tener respaldo de un actor global que le permita enfrentarse a Washington, así como una vía de legitimación.
El régimen de Managua tiene la intención de allanar el camino para que Rusia se convierta en un observador en el Sistema de Integración Centroamericana (SICA), con lo cual “el enfoque liberal de Rusia hacia la organización política interna e internacional coincide con las aspiraciones no solo del régimen de Ortega, que se beneficia del apoyo ruso. También atrae a algunos de los líderes de países de América Central, en los que las instituciones democráticas son frágiles”.
Por ejemplo, en abril de 2023, Putin caracterizó a Honduras, gobernado por la pareja Xiomara Castro-Manuel Zelaya con enorme simpatía y amistad con Daniel Ortega como «un socio importante de Rusia en Centroamérica», y agregó que continuará «desarrollando un diálogo político con esta nación” recapitula el estudio.
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Daniel Ortega y la región
Nicaragua, bajo el control de Daniel Ortega, brinda a Rusia la oportunidad de conocer de primera mano la situación en la región y promover los intereses de Moscú a través de la embajada rusa, además de la colaboración entre las fuerzas armadas y las agencias de seguridad.
También, existe una alianza ruso-nicaragüense para la comunicación estratégica que utiliza redes de información controladas por el gobierno y las instalaciones en el terreno administradas de forma independiente por Moscú, lo que lo convierte en un centro ideal para las actividades rusas en el área, sostiene el documento.
El autor del texto, Rouvinski explica a Expediente Público que uno de los últimos cambios en la política exterior rusa en las Américas “es el aumento tremendo del interés en América Central”.
En primer lugar, la histórica relación con Cuba cambió por la falta de recursos para financiar a la isla, que para los soviéticos era una especie de enclave. Rouvisnki recuerda que los rusos trataron de influir con el pago de la deuda, pero el acercamiento de la administración de Barack Obama, llevaron a perdonar la deuda.
Ortega en cambio los apoya en todo, en una situación ideal para dos regímenes autoritarios, pero también no es coincidencia que una de las formas de entrar en la región sea a través de un centro policial antinarcóticos para Centroamérica con sede en Managua, un tema muy sensible para Estados Unidos, como la migración y otros problemas en su vecindario.