Las viejas mañas con nuevos actores se mantienen. El tripartidismo político cooptó instituciones que serán las encargadas de contar los votos en las elecciones de noviembre del 2021.
EXPEDIENTE PÚBLICO
La crisis post electoral del 2017 trazó una ruta en Honduras para brindar una mayor confianza y credibilidad hacia los órganos electorales, pero lo que se dio, fue una repartición de puestos políticos entre los partidos políticos Liberal, Nacional y Libre.
En el 2018, las negociaciones políticas hicieron que el Tribunal Supremo Electoral (TSE), fuera dividido en dos instituciones. El Consejo Nacional Electoral (CNE) y el Tribunal de Justicia Electoral. El primero, sería el responsable de regular todo el proceso electoral, y el segundo, de la administración y aplicación de una ley procesal electoral.
El Registro Nacional de las Personas (RNP), a su vez, es el ente encargado de inscribir e identificar a la ciudadanía mediante la entrega de cédulas de identidad, la inscripción de los recién nacidos y emitir los certificados de defunción. También proporciona el Padrón Electoral para las elecciones, y en septiembre de 2018, el parlamento hondureño aprobó su intervención bajo el argumento que buscaba “lograr su transformación”. Fue intervenido por una comisión de tres miembros de los partidos políticos Liberal, Nacional y Libre. Se configuraba así un tripartidismo político en Honduras.
Hoy esas instituciones son ocupadas por funcionarios que responden a partidos políticos, lo que mantiene en duda su independencia para garantizar que las elecciones de noviembre del 2021sean confiables.
El origen de la crisis política en Honduras son las denuncias de fraude en las elecciones generales del 2017, en las que Juan Orlando Hernández se reeligió para un segundo período consecutivo como presidente, amparado por una cuestionada resolución de la Corte Suprema de Justicia que en 2015 declaró inconstitucional el artículo 239 de la Constitución hondureña que prohíbe la reelección.
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En un intento por acabar la crisis, el presidente Hernández llamó a un diálogo nacional que concluyó el 11 de diciembre de 2018. Un acuerdo esencial fue la reforma al sistema electoral.
Los comisionados interventores del Registro Nacional se comprometieron en brindarle al pueblo hondureño una nueva tarjeta de identidad y una base de datos depuradas, con el fin de evitar un posible fraude en las elecciones de noviembre del 2021.
Un diagnóstico al Padrón Electoral de Honduras, publicado en el 2012 por la coalición de sociedad civil denominada “Hagamos Democracia” y el Instituto Nacional Demócrata (NDI), detalla que el RNP debe mejorar la capacidad de entrega de los documentos de identidad, porque es uno de los principales problemas que enfrenta el Registro , acumulan entre 800,00 a 1,000.000 de tarjetas de identidad, las que no son entregadas al ciudadano solicitante.
“Debiera constituir una prioridad del Estado que el RNP reciba la atención que merece para renovar su equipamiento, lo que facilitaría la reducción de plazos entre las dos operaciones (solicitud y recepción del documento). Mientras tanto, se alienta a continuar al RNP con el ordenamiento de las tarjetas para facilitar la entrega a ciudadanos y evitar la impresión innecesaria de nuevas”, recomendó en ese entonces el informe-diagnóstico.
¿Qué pasó con Identifícate?
Nueve años después de esa recomendación y tras la intervención del RNP, sus autoridades anunciaron que, para depurar el Censo Nacional Electoral, firmó un contrato con la empresa centroamericana Oracle S.A, por el monto de 7,620,353.55 millones de dólares. El objetivo era que la firma se encargara de proveer una nueva base de datos confiable para las próximas elecciones.
Esa base de datos partiría de un nuevo proceso de identificación, este fue promovido por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Honduras. El proyecto se llama “Identifícate” es financiado con fondos nacionales y un préstamo del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), por un monto de 70,775,453.00 millones de dólares, de donde se paga a la empresa Oracle S.A.
La contratación del personal técnico fue ejecutada a través del PNUD y la Cámara de Comercio de Tegucigalpa, aunque surgieron denuncias que esas plazas fueron brindadas para activistas de los tres partidos políticos.
Expediente Público buscó una reacción por parte del PNUD en Honduras para este reportaje, pero no obtuvo respuesta.
Puestos sin requisitos
Expediente Público conversó con un exempleado de la parte técnica de uno de los órganos electorales, y por razones de seguridad pidió el anonimato. Según el entrevistado, no existe ninguna condición para entrar a laborar a dichas instituciones, excepto, tener un padrino político.
“La valoración para entrar no es técnica, si no política, cada partido que tiene un representante, tiene una cuota, ahí nadie entra si no tiene la vinculación con un partido político. En mi caso, yo entré ahí originalmente por partido, en mi trabajo anterior hice amistad con un dirigente político, entonces me comentó que no tenía a quien asignar en el área de informática, era un puesto que estaban perdiendo”.
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Detalla que todo empleado contratado a través de un partido político, le deducía un porcentaje del salario, entre el 5 y 10%, como parte de la cuota al partido político. La deducción la hacía la misma institución donde laboraba. Todos los partidos políticos tienen su cuota de empleados en esas dependencias, y en el caso de los partidos Liberal y Nacional, sus trabajadores afines ganaban más que el resto de los partidos minoritarios ahí representados.
Detalla que la dinámica a lo interno es que la mayoría de los empleados responden al partido político de su afinidad, y esa réplica continua ahora en el CNE y el RNP mismo, donde cada partido ha designado jefes, subjefes y otros entramados de obediencia partidaria y no institucionales, como se ha visto en el CNE. No obstante, revela que dentro de todo ello la mayor ventaja la tiene el partido en el poder, el Nacional, no tanto por su organización y su disciplina, sino porque tiene una réplica de la base de datos del RNP e información importante del Tribunal, ya que asignaron personal importante en esos puestos.
Credibilidad a prueba
Para Denis Gómez, exmagistrado del TSE, (ahora CNE), en representación del Partido Innovación y Unidad (PINU), el nuevo padrón electoral , presenta dificultades que podrían incidir en su credibilidad porque es impulsado por personas con fuertes vínculos político-partidarios y menos técnicos.
“Cuando el Registro Nacional de las Personas es intervenido con una excusa de mejorarlo técnicamente, termina finalmente politizado y sale del escenario el representante del partido de la Democracia Cristiana, para ser sustituido por uno de Libre”, comenta Gómez, al indicar que el gran problema es que ahora se concentró en el Proyecto Identifícate, dejando de lado la subsanación de inconsistencias del censo registral donde está lo relacionado con las defunciones de los hondureños.
Al hacer la preparación de las dos bases de datos para cruzarla y depurarla, y ser enviada al Consejo Nacional para definir un padrón electoral provisional para las elecciones primarias e internas de marzo de 2021, de cara a un censo definitivo en los comicios generales de noviembre próximo, las autoridades encuentran una serie de inconsistencias que hace que el padrón sea devuelto a las autoridades del Registro de las Personas , detalla Gómez.
El bloqueo para obtener la cédula
La base de datos fue devuelta en diciembre de 2020 al encontrar 400 mil inconsistencias en el proyecto Identifícate.
El tema de las inconsistencias en los registros no es nuevo, y en el PINU tienen evidencias, desde que Gómez laboró en el antiguo TSE, que ese patrón se produce desde que se elaboran los libros registrales a cargo de los delegados municipales.
Con el proceso de inscripción para la nueva cédula de identidad y el padrón electoral, esa práctica se creyó que se iba a disminuir con los famosos enroladores, que son particulares presuntamente no político-partidario contratados en el marco del proyecto Identifícate. Pero no sucedió así, ya que las inconsistencias igual se han producido, ahonda el experto en temas electorales.
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Esos problemas llevan a ponen el acento en la necesidad de contar con una auditoria internacional y un equipo técnico altamente calificado electo por meritocracia y conformado no solo por los comisionados del RNP y sus suplentes, propone con el PINU.
Ocupados por gente de los partidos
Cuando se intervino el Registro Nacional para “transformarlo” se creyó que la politización partidaria daría paso a una inclusión de mayor participación civil, altamente técnica y calificada.
Las expectativas fueron muchas: la gente acudió a las convocatorias hechas por medio de las cámaras de comercio, bajo el aval neutral del PNUD, para ingresar como “enroladores” o nuevos registradores del Registro de las Personas en el proyecto Identifícate.
De acuerdo al ex magistrado del PINU, mucha gente técnica y calificada nunca fue llamada, porque esas plazas fueron llenadas en su mayoría por activistas recomendados por los tres partidos políticos representados en la institución. El proyecto Identifícate, auspiciado y promovido por el PNUD, terminó siendo un reparto de plazas entre el tripartidismo ahí representado.
Ese reparto de cuotas, según Denis Gómez, no se refleja solo a nivel de los registradores de Identifícate, sino que va más allá porque se relaciona también con la designación de los lideres al frente del Consejo Nacional y el Tribunal de Justicia Electoral y el Registro Nacional de las Personas.
“Todos sabían quiénes serían los ungidos. Se hicieron hasta audiencias públicas, pero todo estaba concertado, los procesos de selección, terminan siendo así una farsa”, asegura Gómez al señalar que esas malas prácticas terminan dañando los procesos electorales, la confianza, legitimidad y credibilidad en las votaciones.
Promesa en papel y el rol del PNUD
El presidenciable y actual presidente del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (PL), Luis Zelaya, señala que la democratización del instituto electoral hondureño ha sido difícil porque es controlado por cúpulas de caciques, acostumbrados a negociar bajo la mesa.
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La conformación del RNP ha sido una amargas experiencias. Zelaya propuso integrar un ente eminentemente técnico, pero no fue así. “Se me invitó a participar, llamémosle en el proceso de repartición. Yo claramente tenía una posición que venía desde el diálogo político de las Naciones Unidas que se hizo en enero del 2018, y ahí planteábamos las necesidades de un Registro Nacional de las Personas como un ente, eminentemente técnico que no fuese una repartición política como se venía manejando históricamente”, dijo el también miembro de la Coalición de Unidad de Oposición Fuera Dictadura.
El diálogo político se instaló como alternativa para aplacar la crisis de 2017 y lograr, alrededor de siete mesas de trabajo, consensos en torno a las reformas profundas políticas y electorales que evitaran una reedición del conflicto en los comicios de 2021.
“Al final disfrazaron todo, la atención se centró hacía un proyecto llamado Identifícate que en una nueva documentación. Ahora, lamentablemente eso ha estado plagado de irregularidades y hoy vemos que los resultados no fueron lo que esperábamos”, afirma Zelaya.
Aseguró el político que, en una conversación con el representante del PNUD en Honduras, Richard Barathe, abordaron el tema del proyecto Identifícate en donde expuso sus dudas sobre la politización del mismo, y que Barathe, habría aceptado ese problema, pero que el diplomático invocó su neutralidad, alegando que ellos no podían “interferir en la soberanía de los pueblos” y que iban abordar el proyecto desde una “visión de país”. Pero es “evidente que el mismo les sobrepasó”, según Zelaya.
Expediente Público solicitó entrevistas con los representantes del Partido Nacional de Honduras y del Libertad y Refundación (Libre), pero no obtuvimos respuesta.
Las debilidades del RNP fueron identificadas en el informe diagnóstico de 2012, a tal grado que esas relaciones no “tan transparentes”, constituye uno de los eslabones débiles de la institución, al abogar por el fortalecimiento de las instancias primarias del Registro, en el nivel municipal, en el cual se requiere un mejor equipamiento técnico, una infraestructura más sólida y un personal con mayor capacitación, recomendó el informe-diagnóstico.
Para Luis Zelaya, una de las debilidades que tiene el RNP y debe ser fortalecida es la relacionada con la protección de los datos personales confidenciales, pues se corre el riesgo de que caiga en manos de terceros sin la protección debida y respeto a la privacidad de las personas, por eso insiste en que la firma contratada por el Registro como es Oracle, es una empresa reconocida, ésta debe operar con las salvaguardas debida para evitar que la base de datos de los hondureños vaya a dar a terceros con fines desconocidos.
Dijo que pidieron una auditoria fiscalizadora para que les permitieran ver en la base de datos los protocolos de seguridad, pero no tuvieron respuestas, abriendo de esa manera las dudas al respecto.
Corrupción incrustada
La tradición a lo interno de los partidos políticos y sus cuotas: la solicitud de coimas (pago de dinero) a cambio de plazas en el Registro de las Personas, y ahora en el proyecto Identifícate, no han permitido la transformación en los entes de control electoral como el CNE, TJE y RNP.
“La injerencia política es clara, hubo reparto de posiciones, luego el burdo tráfico de puestos a los que era enroladores, se les pedía comisión, se hizo en el caso de Libre, pero también yo recibí denuncias de diputados del Partido Liberal en el departamento de Colón y Olancho, que estaban pidiendo coimas por ubicar a los enroladores, y en Francisco Morazán, también”, asegura Zelaya. Dice que trasladó esas denuncias al representante del Partido Liberal en el RNP y también al representante del PNUD en Honduras, pero ambos hicieron caso omiso.
Escándalo de Libertad y refundación
En enero de 2021, trascendieron a la opinión pública una serie de audios de llamadas entre el comisionado por el partido Libre en el RNP, Óscar Rivera y el diputado de la misma organización por el departamento de El Paraíso, en el oriente del país, Francisco Paz (ya fallecido), en la cual conversaban acerca de una presunta negociación de cobro de coimas a cambio de puestos políticos a lo interno del Registro Nacional de las Personas.
El revuelo político sacudió a Libertad y Refundación. El comisionado Óscar Rivera puso su renuncia a disposición del partido, pero no del Congreso Nacional, que es quien lo eligió.
El coordinador de Libre, el expresidente Manuel Zelaya, activó el comité de ética partidaria que propuso una comisión interna para analizar el alcance de la denuncia, pero finalmente se exculpó a Rivera. El Congreso Nacional de Honduras nunca llegó a considerar la renuncia de Rivera como comisionado.
Se cumplieron fallas
Las advertencias de un proceso irregular se hicieron realidad. Honduras celebró el 14 de marzo del 2021 elecciones con los mismos vicios, sin una nueva Ley Electoral aprobada, retrasos en la entrega del DNI y la mayoría de los hondureños tuvieron que votar con la tarjeta identidad vieja.
Durante el desarrollo de las primaria se presentaron los problemas que siempre de los procesos hondureños: peleas, centros de votación que abrieron las urnas con una hora de retraso y ciudadanos que no lograron ejercer el sufragio.
Las elecciones primarias demuestran que Honduras no cumplió con las metas establecidas de un proceso transparente pues, entre las fallas del nuevo Consejo Nacional Electoral decidió no utilizar el conteo rápido, eso causaría que los resultados tarden días en publicarse.