*Las manifestaciones serán parte del paisaje de Cuba, pronostican disidentes en la isla entrevistados por Expediente Público.
**El régimen cubano persiste en la retórica de culpar a Estados Unidos para “destruir la revolución”. Washington responde que acusaciones son una “distracción” ante la fuerza del descontento en la isla.
***La dictadura de Díaz-Canel ha entrenado bandas paramilitares para reprimir a los manifestantes convocados para el lunes en La Habana y seis provincias más.
Expediente Público
Las protestas en demanda de libertades y derechos fundamentales en Cuba previstas para el próximo 15 de noviembre, van a realizarse, pese a la prohibición y amenazas del régimen de la isla, aseguran a Expediente Público disidentes cubanos que pronostican que “las manifestaciones van a ser parte del paisaje de Cuba”.
Organizaciones de la sociedad civil han convocado a una marcha el lunes 15 en La Habana y otras seis provincias de la isla. Aunque los organizadores prevén una ola de mayor represión contra los manifestantes, creen que hay una determinación de seguir reclamando derechos y libertades fundamentales en las calles.
La oposición cubana anunció a partir del domingo 14 de noviembre, “una jornada cívica para el cambio” como previo a las marchas del 15.
Yunior García Aguilera, uno de los principales organizadores, marchará mañana 14 de noviembre en solitario por la calle 23 de El Vedado, La Habana.
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El discurso de la dictadura castrista es el mismo, desconocer la demanda de libertad del pueblo y seguir culpando a Estados Unidos de estar detrás de las manifestaciones, algo que la administración de Joe Biden ha rechazado.
“Habrá marchas. Las manifestaciones llegaron para quedarse, una vez que se rompe el celofán, ese fino hilo que durante años y décadas mantuvo a la sociedad atada al miedo, una vez que eso se ha roto, las manifestaciones van a ser parte del paisaje de Cuba”, asegura Manuel Cuesta Morua, activista opositor, licenciado en Historia y coordinador de la Plataforma Nuevo País, en una entrevista exclusiva con Expediente Público desde La Habana.
Saily González, una reconocida disidente de la ciudad de Santa Clara, a 280 kilómetros de La Habana, en el centro de la isla, cree que la población sí se manifestará “por la sensación de asfixia que tenemos en este momento”.
“Espero que las personas se manifiesten por los derechos de los que seguramente caeremos presos ese día por los delitos que ellos quieran inventar”, dijo González a Expediente Público.
La disidente cree que la población se manifestará por “la situación cada vez más terrible que está padeciendo Cuba, que tiene que ver con la escasez y la falta de apoyo económico desde otros países”.
El músculo cívico
Para la reconocida bloguera cubana, Yoani Sánchez, quien dirige el periódico digital independiente 14ymedio, el 15 de noviembre es “un magnífico momento para ejercitar el músculo cívico”, algo que en Cuba está “atrofiado, limitado y cercenado”.
Sánchez explicó a Expediente Público que “estamos ante un régimen totalitario, con décadas de experiencia” pero que “el músculo cívico una vez que empieza a calentar, no vuelve a estar dormido, apacible, manso o dócil como antes del 11 de julio”.
Según la Organización Cubana de Derechos Humanos (Cubalex), por las protestas del 11 de julio fueron detenidas más de mil personas, al menos 500 se encuentran todavía encarceladas y decenas bajo reclución domiciliaria.
Entre los encarcelados se reportan once menores, entre los que figura un adolescente de 15 años.
A los manifestantes se les imputan cargos como «desacato» o «delitos contra la seguridad del Estado. La organización Cuban Prisoners Defenders ha denunciado que muchos de los arrestados son sometidos a la vía del juicio sumario, sin posibilidad de acceder a una adecuada representación legal.
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Sánchez recordó que el régimen castrista controla todo, el transporte público, las escuelas, los centros laborales, los medios de difusión y la capacidad de poner un policía a las afueras de cada casa.
“Por lo tanto, yo no evaluaría el 15N por los números sino por el calor, por el ejercicio y la simpatía y empatía que genere en la población cubana, y en eso ha logrado su objetivo”, dice la bloguera.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) reclamó a la dictadura castrista que las normas adoptadas luego de las protestas del 11 de julio, tienen el único fin de restringir “aún más los derechos del pueblo cubano a la libertad de expresión, reunión y asociación, así como el acceso a internet”.
En el Decreto Ley No. 35 “sobre las telecomunicaciones, las tecnologías de la información y la comunicación y el uso del espectro radioeléctrico”, el régimen criminalizó como “incidentes de ciberseguridad” supuestos de naturaleza tan heterogénea como los ataques de virus, y “fallos eléctricos” hasta la posibilidad de usar las redes para convocar a una marcha, criticar al gobierno o pedir un cambio de sistema.
La amenaza contra los periodistas también incrementó ya que con la Ley No. 35, se considera como incidentes de ciberseguridad la “divulgación de noticias falsas, mensajes ofensivos, difamación con impacto en el prestigio del país”, o la difusión de “contenidos que atentan contra los preceptos constitucionales, sociales y económicos del Estado, inciten a movilizaciones u otros actos que alteren el orden público” o “pretendan alterar el orden público o promover la indisciplina social”.
Prohiben manifestaciones
El régimen del presidente Miguel Díaz-Canel prohibió las manifestaciones opositoras, por lo que las organizaciones han hecho cambios de planes.
Por ejemplo, en Santa Clara se convocó a la población que, de manera individual, lleven una flor a un prócer cubano, vestidos de blanco. Además, que coloquen banderas y sábanas blancas desde las ventanas y azoteas de sus viviendas para dar apoyo a la jornada cívica. En Santa Clara también hay convocatoria para un cacerolazo nocturno y aplausos a las 4 de la tarde.
“El regimen desde ya ha estado reprimiendo. Se manifiesta en citaciones con la Policía, en secuestros como es el caso de un muchacho de Guantánamo, aquí en Santa Clara secuestraron a Omar Mena y Víctor Ruiz y les advirtieron que no podían salir el 15 de noviembre”, explica González.
“Es todo un régimen de terror que funciona a base de amenazas”, subraya.
González cree que la represión es peor antes del 15 de noviembre porque ese día habrá más atención de la comunidad internacional.
Yoani Sánchez sostiene que la dictadura reaccionó hasta ahora “como era de esperar”, es decir “con la vieja campaña del fusilamiento de la reputación de los que convocan o de las organizaciones”.
“Solo hay dos caminos: ceder o reprimir. Ceder sería aceptar de alguna manera la marcha del próximo lunes y reprimir es lo que ya hemos conocido, el discurso de intolerencia, el discurso de la beligerancia, la preparación de tropas de choque, el ir como una avalancha poderosa sobre los indefensos ciudadanos”, explica Sánchez, que advierte que “eso no puede durar mucho tiempo”.
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Bandas paramilitares
Cuesta Morua es parte de las organizaciones que convocaron la marcha del 15 de noviembre y preve que el régimen responderá con una “ola de represión mucho más intensa”
“La represión va a ser inmensa. El gobierno va a activar toda su máquina propagandística para continuar profundizando los asesinatos a la reputación, que ya ha venido haciendo con los medios de comunicación y las redes sociales”, dijo Cuesta Morua.
“La represión se espera alta, dura, profunda, pero hay una determinación de enfrentarla”, agregó a Expediente Público.
Aunque este activista preveé que las marchas no tendrán la magnitud del 11 de julio -que fueron más espontáneas – considera que “hay un movimiento nacional en torno al 15 N”.
Una de las advertencias de Cuesta Morua es que el régimen cubano ha entrenado a grupos paramilitares, conocidos como Brigadas de Respuesta Rápida, además, han elevado las peticiones de la Fiscalía contra los manifestantes del 11 de julio para condenas “con un número exagerado de años de prisión”.
“Algunos de nosotros estamos amenazados con represión y probablemente vayamos a prisión, estamos preparados para eso”, dice el activista, quien denunció que él personalmente ha sufrido represalias.
“Soy parte del Consejo para la Transición Democrática, que hizo la convocatoria del 15N y eso ha recrudecido la represión sobre mí personalmente. Desde el 11 de julio para acá he sido detenido en cuatro ocasiones, mi casa ha sido sitiada, mi esposa también ha sido detenida y amenazada”, relató Cuesta Morúa.
La mañana del jueves 11 de noviembre, agentes de la policía cubana lo vistaron “para advertirme que si salgo el 15 de noviembre voy a ser detenido y que supuestamente estoy cometiendo un delito, es lo que toca”.
La única esperanza para los activistas opositores cubanos es que “la comunidad internacional siga y aumente la solidaridad con las manifestaciones pacíficas en Cuba, con los activistas que estamos dando el rostro en este proceso”.
Según Cuesta Morua, “el gobierno está atemorizado de este sorpresivo movimiento de autodemocratización de la sociedad cubana que ha cogido por sorpresa a muchos actores de la comunidad internacional como de la misma sociedad cubana”.
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Imponen estado de terror en Cuba
Saily González, la activista opositora de Santa Clara, coincide con Cuesta Morua de que “el régimen está atemorizado de la voluntad del pueblo cubano de reclamar sus derechos y por eso impone un estado de terror”.
Al igual que Cuesta, González ha sufrido persecución y actualmente está procesada por el delito de “actividad económica ilícita” relacionados a un negocio de su propiedad.
“Ellos intentan amedrentarme con esto y soy acusada, es algo que van a usar para condenarme y justificar que no soy una presa política, sino una presa común como han hecho con todos los activistas”, señala González, quien también ha sufrido difamaciones en medios estatales que la catalogan de “mercenaria”.
Obispos respaldan al pueblo a expresarse
Un hecho inédito ha sido que los obispos católicos cubanos se han expresado abiertamente en respaldo al derecho del pueblo a las manifestaciones, y a expresarse libremente y sin temor. Los jerarcas católicos de la isla han denunciado “el aumento de un clima de tensión y confrontación que no es saludable ni beneficia a nadie”.
“Todo cubano debería poder expresar y compartir libremente y con respeto, sus opiniones personales, su pensamiento o sus convicciones, incluso cuando disienta de la mayoría”, dice la carta de los obispos que denunciaron que “cualquier acto de violencia entre nosotros, ya sea física, verbal o sicológica, hiere gravemente el alma de la nación cubana y contribuye todavía más al pesar, al sufrimiento y a la tristeza de nuestras familias”.
La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba urgieron “la implicación de los cubanos en un proyecto de nación que involucre y motive a todos; que tenga en cuenta las diferencias, sin exclusiones ni marginaciones”.
También expresaron que hace falta implementar mecanismos donde, sin temor a intimidación y represalias, “toda persona pueda ser escuchada y se encaucen las insatisfacciones ante las duras realidades cotidianas que agobian a tantos, especialmente a los más empobrecidos y vulnerables”.
“Es imprescindible la implementación de los cambios necesarios, tan largamente deseados, que favorezcan una vida digna y feliz para todos los hijos, aquí, en esta tierra nuestra”, subrayaron los obispos.
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Repiten retórica
La dictadura castrista, que desde 1959 culpa a Estados Unidos de casi todo lo que sucede en la isla, repitió esta semana la misma perorata.
Su canciller, Bruno Rodríguez, dijo el gobierno de Washington “promueve condiciones de desestabilización interna”.
Rodríguez hizo una exposición ante diplomáticos acreditados en Cuba a los que aseguró que “no permitirá de ninguna manera que la agresión persistente del gobierno de Estados Unidos, sus intentos intensos y constantes, agudizados en los últimos seis, ocho meses, de generar condiciones de desestabilización interna, de alterar la tranquilidad y seguridad ciudadana vayan a aguarnos la fiesta».
El canciller Rodríguez sostuvo que las autoridades utilizarán las leyes “en el más estricto apego a los principios de nuestro Estado Socialista», y que no permitirán que «que se invoque la Constitución para violentarla, ignorarla o destruirla».
EE.UU.: Escuchen al pueblo
Unidos está monitoreando la situación en Cuba y tiene especial atención en los violadores de derechos humanos y los que han cometido abusos contra la población civil, aseguró este viernes Emily Mendrala, Subsecretaria de Estado Adjunta, Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental, en una conferencia telefónica con medios latinoamericanos en la que estuvo presente Expediente Público.
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“Estamos monitoreando la situación en Cuba. Reconocemos que las protestas planeadas en Cuba dan voz al deseo de los cubanos de respeto a los derechos humanos y libertades fundamentales”, dijjo Mendrala, quien denunció la detención de activistas opositores, periodistas y académicos.
Mendrala respondió al régimen cubano que “la acusación de que Estados Unidos está detrás de estas manifestaciones es una distracción de lo que realmente está sucediendo” en la isla.
“Urgimos al gobierno de Cuba que permita las protestas, que permitan al pueblo cubano demostrar pacíficamente y oir las demandas sin responder con violencia”, dijo la funcionaria estadounidense.
Para la subsecretaria Mendrala, “es claro que las protestas que el pueblo cubano quiere realizar el lunes es para comunicar al gobierno de Cuba y demandar cambios”.