*Nicaragua solo tenía dos casos confirmados de coronavirus, pero el 26 de marzo, el Minsa anunció que uno de los pacientes falleció, argumentaron que tenía múltiples afecciones.
A primeras horas de la noche del 26 de marzo, el Ministerio de Salud (Minsa) de Nicaragua reportó que murió el paciente 2 que ingresó con el COVID-19 procedente de Colombia, según destacaron medios progobierno.
“El Ministerio de Salud cumple con el deber de informar, tal y como lo ha venido haciendo, que el paciente número 2 de la pandemia COVID-19, el cual presentaba múltiples fragilidades de salud asociadas a su condición de portador del virus de VIH ha fallecido a las 6:05 p.m. y sus familiares han sido debidamente notificados”, dice el escueto comunicado divulgado por los medios oficialistas.
Posteriormente, alrededor de las 10:00 p.m. compareció también ante medios oficialistas la representante de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Ana Solís Treasure, para disculparse por el reporte continental del día, sin brindar detalles del contexto.
“La Organización Panamericana de la Salud reconoce que hubo un error involuntario en la digitalización en uno de los instrumentos que utiliza para el reporte de los casos confirmados de manera oficial, en este caso para el país Nicaragua. Sin embargo, los mapas publicados en nuestro sitio web muestran los casos confirmados con los datos correctos», expresó Solís.
Aunque no se mencionó en ningún momento de la conferencia, se presume que la disculpa se debe a los datos del reporte diario que emite la OPS sobre el coronavirus en el continente, donde se indicó que había seis casos confirmados de COVID-19 en Nicaragua.
Acompañaban a Solís la ministra de Salud, Carolina Dávila, pero quien tomó la palabra fue el secretario general del Minsa, Carlos Sáenz: “Se aceptan las disculpas, es un error que no debe volver a ocurrir, debe revisarse a profundidad ese error involuntario, le pedimos a OPS/OMS sea más cuidadoso con la seguridad y resguardo de los datos que emite el Gobierno de Unidad y Reconciliación de la República de Nicaragua, las cifras emitidas por el Gobierno de Nicaragua son las únicas cifras con las cuales trabaja el SICA (Sistema de Integración Centroamericana)”.
Al revisar en el mapa de la OPS, efectivamente, hay dos casos, pero ninguna cifra de muertos, mientras en la página del SICA se mantenía el reporte de un fallecido. Los medios progobierno también hasta medianoche mantenían en sus ediciones digitales la nota informativa del primer fallecido por el coronavirus y el video con la disculpa pública a la que fue sometida Solís Treasure.
CAMPAÑA
La principal estrategia contra la pandemia global del coronavirus 2019 (COVID-19) del régimen nicaragüense está centrada en una campaña de prevención que consiste básicamente en el aseo personal.
El régimen se jacta de haber llevado más de un millón de visitas comunitarias para orientar sobre el coronavirus, pero esta estrategia se ha visto como una forma de propagar la enfermedad, porque el personal que va de puerta en puerta lo hace en grupo y sin mascarillas o guantes.
Mientras tanto los medios vinculados a la familia Ortega Murillo mantenían como uno de sus principales títulos noticiosos: “Comercio centroamericano circula normal en fronteras de Nicaragua”.
En sus últimas dos reuniones bilaterales, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha procurado asegurar que las fronteras no se cierren, en medio de la pandemia.
El miércoles 25 de marzo se reunieron los cancilleres, funcionarios de Salud, Seguridad y Aduanas de Nicaragua y Honduras. Junto al acuerdo por intercambiar información sobre el avance del COVID-19, se acordó “trabajar de manera coordinada en la administración del flujo de la migración y mercancías, afinar mecanismos de control e intercambio de información para el control de la migración no regular”.
El 21 de marzo, la misma solicitud se planteó con la delegación costarricense, donde las autoridades resaltaron “la importancia de que los flujos comerciales entre los dos países no se vean afectados y continuar facilitando el tránsito de los medios de transporte internacional tomando en cuenta todas las medidas de protección sanitaria requeridas e indicadas”.
A nivel mundial ya el número de casos alcanzó el 26 de marzo los 531,708, casi se duplican en una semana, pues apenas el sábado 21 de marzo había sobrepasaron la marca de 300,000, Estados Unidos es el país que encabeza ahora la lista endémica con 85,505 positivos, según datos de la Universidad John Hopkins, actualizados a las 7:30 p.m., hora de Nicaragua. 24,053 personas han fallecidos por el COVID-19 a nivel global.
En Centroamérica y República Dominicana, hasta la 11:30 a.m. del 27 de marzo había 1,554 casos de COVID-19, la mayoría en Panamá (674), es decir, la cifra se ha duplicado en cuatro días, pues el 22 de marzo eran 700, según reportó el SICA. La cifra de muertos llegó a 34.
En lo que respecta a Nicaragua, medios de comunicación como La Prensa han planteado la preocupación general que el régimen oculte los datos para evitar endurecer las medidas contra la pandemia, actualmente hay solo dos positivos confirmados.
Preocupa en particular que no se le permite a laboratorios, clínicas y hospitales privados realizar las pruebas de coronavirus, aunque ya obtuvieron los kits, por otra parte, desde el 9 de marzo no se reporta la evolución epidemiológica a través del boletín semanal, donde podrían esconderse el aumento de casos de del COVID-19 en los datos de neumonía o infecciones respiratorias.
Se desconoce la capacidad del Minsa de realizar pruebas, oficialmente se aplicaron apenas 19 en “casos que lo ameritaban”, todos negativos, pero cada análisis tiene un costo aproximado de 150 a 200 dólares, según datos de México, solo India desarrolló un test con un valor aproximado de 60 dólares. No hay ninguna referencia de cuántos kits necesarios tiene el Estado.
Si Nicaragua realizara la prueba de COVID-19 a mil personas tendrá que desembolsar entre 60,000 y 200,000 dólares.
Por otra parte, no hay indicaciones sobre el posible tratamiento a llevar a cabo con los casos positivos, debido a que la vacuna no estará disponible a corto plazo, solo se deduce que se usará el interferón alfa 2b humano recombinante traído por la brigada cubana, aunque a nivel mundial el método con más éxito ha sido la aplicación de hidroxicloroquina, un derivado de la cloroquina que sirve para el tratamiento de la malaria, entre otras enfermedades, pero en un sondeo de Expediente Público en cinco farmacias, este medicamento estaba agotado.
El sociólogo Óscar René Vargas publicó en Facebook el 20 de marzo que “hay varias explicaciones posibles de la estrategia implementada. La primera es la de tratar de convertir la grave crisis política que el régimen enfrenta, en una crisis de salud pública que logre quebrantar a los ciudadanos y coloque en segundo o tercer plano su animadversión política hacia el régimen. La segunda, es la de impedir que la publicitada recuperación económica y la avalancha de turismo, inversiones, etcétera, con los que sueñan el dúo Ortega-Murillo, queden empantanados por la pandemia”.
El enfoque económico es claro, en voz de la segunda del régimen, Rosario Murillo, el 23 de marzo en uno de los canales que dirigen sus hijos: “El comandante Daniel nos pidió hacer planes especiales de producción para este período, que también es un período de exigencia para todos los nicaragüenses, de dedicarnos más al trabajo para producir más, para ser más eficientes”.
Nuevamente, el 25 de marzo insistió: “Debemos trabajar para que llegue el pan, el pan con integridad, con honradez, con laboriosidad, a la mesa de nuestras familias, para que nuestras manos y nuestros corazones, honorables, sigan produciendo, comerciando, movilizando la vida, con salud y fuerza”.
“La decisión del régimen Ortega-Murillo de no tomar medidas recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el sentido común, tiene un cálculo político. Sin embargo, si la crisis sanitaria se vuelve severa en el transcurso del año, existiría el peligro para que el régimen termine cayendo antes de las elecciones en el 2021”, afirma Vargas, en Facebook.
PROSELITISMO MÉDICO
Al cerrar el mes de marzo de 2020, el régimen pasó de subestimar o negar la situación a colocar mascarillas a su personal más preciado: la policía. El personal de salud, en cambio, no los puede usar, “para no crear el pánico”, según denuncias publicadas en redes sociales y medios independientes.
Por tal razón, uno de los puntos sugeridos en su plan de contención contra la pandemia del COVID-19, presentada por la Unidad de Médica Nicaragüense (UMN) es “garantizar los insumos necesarios para la protección de todo el personal de salud en los diferentes niveles de atención”.
La UMN incluye a médicos despedidos del sistema de salud público por atender a opositores heridos por paramilitares y policías durante las protestas de 2018.
Los empleados públicos tienen prácticamente prohibido usar mascarillas, mientras en el sector privado y la calle, se ha generalizado su uso, aunque médicos advierten que son solo particularmente necesarias si ya se tiene el virus.
Con un poco de ironía, las redes sociales reaccionaron a la situación y tienen una campaña que se llama “sé como Ortega” para promover el distanciamiento social y el trabajo en casa, pues el presidente no aparece en público desde el 12 de marzo ni participa en actos masivos desde el 21 de febrero cuando renovó el comando al jefe del Ejército, Julio César Avilés.
Precisamente, de forma discreta, hay un cambio en la estrategia del régimen al proponer distanciamiento social. El presidente de la Asamblea Nacional, médico, exsindicalista y ahora empresario de la salud sancionado por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos por corrupción, Gustavo Porras, proponía en uno de los canales de la familia Ortega, lavarse las manos y guardar distancia prudencial.
La UMN propone una cuarentena de al menos 30 días.
A pesar de la propuesta de distanciamiento social, el régimen mantiene actividades masivas, no suspende clases y promueve su programa de verano en Semana Santa.
En el portal digital del Instituto de Turismo se anuncia desde el 17 de marzo: “Intur prepara a empresarios turísticos para verano 2020 y fortalece medidas preventivas ante covid-19”, ahí se lee en el artículo: “¡Nicaragua toda dulce, con amor para vos! te espera segura, tomando todas las medidas preventivas ante la inminente propagación del covid-19 en el mundo”.
En un video que empezó a circular en las redes sociales el 22 de marzo, Mario Valle, diputado sandinista y dueño de una universidad en Managua, informaba en una reunión con estudiantes que a los jóvenes no les va a pasar nada por el COVID-19, “quizá solo dolor de cabeza y a lo sumo un poco de fiebre”, además, ningún niño había muerto por el virus en China o Italia, dijo, lo cual estadísticamente es correcto, aunque moralmente no, muchos jóvenes pueden ser portadores asintomáticos y transmitir la enfermedad a personas más vulnerables.