Las sospechas sobre los autores del crimen recaen en paramilitares orteguistas.
Edgard Aristo Montenegro Centeno (56) y Jalmar Antonio Zeledón Olivas (31) fueron asesinados este jueves 27 a las 6 y media de la tarde por un grupo armado, en una comunidad localizada en la frontera entre Honduras y Nicaragua.
Edgar Montenegro fue un comandante del movimiento armado la Resistencia, y lo conocían como El Cabezón. Participó activamente en 2018 en los tranques o barricadas de la Marañosa, un lugar ubicado entre los municipios del Cuá y Wiwilí, en el norte de Nicaragua.
Los cuerpos fueron llevados a una morgue de Honduras. La directora del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenih), Wilma Núñez, informó que este organismo está apoyando a la familia para que pueda repatriarlos, ya que ningún pariente puede hacer estas gestiones porque son perseguidos por el Gobierno de Nicaragua.
Según familiares, Montenegro y Zeledón fueron emboscados mientras se trasladaban en una motocicleta a una comunidad del municipio hondureño Trojes, a 173.8 km al este de Tegucigalpa, en el oriental departamento de El Paraíso. Los cuerpos fueron encontrados tirados sobre la carretera, desangrados por balazos en la espalda.
La fuente consultada, cuyo nombre se omite por seguridad, presupone que quienes asesinaron a Montenegro y a Zeledón (hijo adoptivo de Montenegro) fueron los mismos paramilitares que asesinaron en enero a Oliver Montenegro, hermano del Edgard.
Al parecer los paramilitares siguieron hasta Honduras a la esposa del excomandante, quien vivía con unos familiares en la frontera entre de Honduras y Nicaragua.
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Edgard, su esposa y dos hijos habían huido del asedio del Gobierno desde noviembre del año pasado a la comunidad de Germania, municipio Trojes, en la frontera entre Honduras y Nicaragua, según lo reveló una fuente cercana a la familia.
Incluso las fincas de la familia Montenegro, ubicadas en la Esperanza, Kilambé, del municipio de Wiwilí, a 239 kilómetros al norte de Managua, también fueron tomadas por paramilitares del Gobierno de Ortega.
Aunque todos los hermanos y hermanas de Montenegro huyeron de la finca familiar, aún hay miembros de la familia que se quedaron viviendo en la finca y se mantienen en zozobra por el precedente de sus parientes asesinados y el constante asedio de armados.
“La muerte de mi hermano prueba que hubo intervención de este Gobierno invasivo, pasó las fronteras para asesinar a alguien que estaba refugiado en Honduras”, reveló una de las hermanas de Montenegro.
Buscado por la policía
El 15 de septiembre de 2018, la Policía Nacional emitió un comunicado en donde declaraba que Edgard era el líder de un grupo de terroristas golpistas al que responsabilizaba por la muerte del policía voluntario Héctor Moreno, por lo que esa institución había iniciado un proceso de investigación y captura.
Edgard y siete hermanos participaron en el tranque la Marañosa, entre los municipios de Wiwilí y Cuá. Según contó una familiar, “ellos dijeron vamos a salir (a participar en las protestas contra el Gobierno), porque no era justo lo que les estaba pasando a los estudiantes.”
“En la desarticulación de tranque de la Marañosa, el 6 de julio de 2018, no hubo un combate similar a otras zonas del país, sólo hubo un muerto, por lo que la persecución a los participantes en estas actividades fue un modo de operar. No llegaron a atacarlos de frente en el tranque, pero si después, supieron quiénes eran activistas y estaban coordinando esa actividad en ese punto (tranque La Marañosa). Cuando todo se disolvió y ellos se fueron a sus casas, entonces empezó el asecho, entonces fueron a tildarlos de terroristas, sacaron una ley que era un crimen participar y fueron perseguidos”, comentó la familiar de Montenegro.
Asimismo, aseguró a Expediente Público que en el campo las personas son más vulnerables a la violencia estatal, que en la ciudad.
“Aquí en la ciudad sacan de la casa a quienes son antigobierno, pero en el campo es diferente, porque el campesino tiene que andar trabajando, sale a cultivar la tierra y no está resguardado dentro de una casa y ellos se aprovechan de esa situación para delinquir y asesinar”, expresó una familiar cercana a Edgard.
Según uno de los cuñados de Montenegro, por las habilidades aquiridas en la Resistencia, en las áreas organizativas y de defensa, Edgard ayudó a que los campesinos que participaron en la Marañosa no fueran masacrados en la operación limpieza de la policía contra los tranques.
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Se desconoce con exactitud la cantidad de personas fallecidas y desaparecidas en la desmantelación de el tranque de la Marañosa. Pero centenares de campesinos han sido desplazados de sus casas y del país porque son perseguidos por el Gobierno.
Apoyó a exiliados en Honduras
En Honduras, Edgard se encontró con otros campesinos que también estaban huyendo del régimen. Se estima que entre 30 y 100 campesinos compartieron un campamento en la Comunidad Germania, municipio Trojes de Honduras.
“Llegaron con chinelas (sandalias de hule), campesinos que salían corriendo de esas cosas, llegaban donde él, los empezó a organizar y trabajaban en fincas de Honduras”, comentó la familiar.
Hubo personas, organizaciones y familias que les mandaban alimentos y apoyo a estas personas refugiadas en Honduras. Posiblemente con el asesinato de Edgar y Jalmar hayan huido y desmantelado el campamento.
Un líder de la ex-Resistencia
Edgard Montenegro fue un comandante que se destacó en los 80 por su participación en el denominado ejército de la Contrarrevolucion o Resistencia, movimiento armado adversario del Ejército Sandinista en esos tiempos.“Cuando él salió de la guerra, siempre tuvo que cuidarse las espaldas, cuando se dio la desmovilización, los militares y policías anduvieron buscando gente para matarlos y mi hermano fue uno de ellos, siempre estuvo en los planes asesinar a mi hermano, porque temían por su capacidad del reunir a la gente y de que la gente lo respetaba”.
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Edgard, Oliver (asesinado en enero 2019) y otro de los hermanos Montenegro pertenecieron a la Resistencia, todos ellos fueron perseguidos todo el tiempo.
Jalmar, el hijo de Edgar, quien también fue asesinado, era como un guardaespaldas que siempre lo acompañaba protegerlo.
Los hermanos Montenegro Centeno comparten una finca familiar de 600 manzanas, parte de estas cultivadas con café. Todas esas cosechas quedaron abandonadas.