* El 4 de febrero de 2024 Nayib Bukele buscará la reelección, al margen de que la Constitución lo prohíbe.
** El mandatario salvadoreño encabeza las preferencias electorales en unos comicios inusuales donde la oposición no dispone de fondos para realizar una campaña masiva.
*** Los cinco opositores provienen mayoritariamente de la comunidad de salvadoreños que reside en EE. UU., salvo el candidato de la izquierda, que militó en la antigua guerrilla FMLN que gobernó el país entre 2009 y 2019.
Eric Lemus / Expediente Público
La figura permanente de Nayib Bukele en las redes sociales y los medios oficiales de comunicación anula a los cinco políticos opositores que aspiran a vencer al gobernante, que busca mantenerse en el poder por cinco años más en El Salvador.
A pesar de que la Constitución de la República salvadoreña tiene al menos cinco artículos explícitos que restringen un segundo mandato y que, incluso, advierte con despojar de la nacionalidad a quien lo promueva, Bukele sigue rumbo a la reelección gracias al control de los poderes judicial y legislativo.
En las elecciones presidenciales compiten cinco proyectos políticos que provienen mayoritariamente de la antigua derecha que gobernó El Salvador a lo largo de 20 años, salvo el candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), de cuyas filas surgió el gobernante actual.
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La campaña política salvadoreña, que inició el 3 de octubre, finalizará el 31 de enero de 2024. En los comicios presidenciales compiten seis partidos, mientras que para las legislativas y municipales acuden un total de diez organizaciones, entre ellas Nuestro Tiempo y Vamos, que desempeñaron un rol más beligerante en esta legislatura saliente.
¿Quiénes son los candidatos?
Un sondeo de opinión, realizado por el Centro de Estudios Ciudadanos (CEC) de la Universidad Francisco Gavidia (UFG) en agosto pasado, Nayib Bukele registró un 68.4% de simpatía, muy por delante de la fórmula del partido Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) que alcanzó 4.3% promoviendo a Joel Sánchez e Hilcia Bonilla, miembros de la comunidad de salvadoreños residentes en Texas.
La fórmula de Sánchez y Bonilla representa una tendencia dominante de los partidos políticos otrora mayoritarios en El Salvador y que consiste en buscar apoyos en llamada diáspora que reside en EE. UU.
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Sánchez, por ejemplo, emigró cuando era un adolescente y décadas más tarde se convirtió en un empresario de servicios de limpieza radicado en Dallas. Su nombre fue respaldado por el movimiento Resistencia Ciudadana, que se distanció cuando vio que ingresó a ARENA.
En una breve declaración ofrecida a Expediente Público, Sánchez dijo que aceptó la candidatura porque aspira dirigir “un partido renovado con caras nuevas sin pasado político ni mancha”.
Sin embargo, bajo la bandera de ARENA gobernaron cuatro presidentes, de los cuales tres enfrentaron procesos judiciales acusados por corrupción. De hecho, Alfredo Cristiani (1989-1993) abandonó el país y Antonio Saca (2004-2009) purga una condena de diez años por desvío y lavado de más de $300 millones de dólares. Un tercer enjuiciado, Francisco Flores (2001-2004) murió el 30 de enero de 2016 debido a un problema coronario.
Una izquierda debilitada
El rostro de la antigua guerrilla convertida en el partido Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) es el exdiputado Manuel Flores, un militante histórico que promete regresar al poder a la izquierda que gobernó entre 2009 y 2019.
El compañero de Flores es Werner Marroquín, quien también proviene de la comunidad de salvadoreños en California, donde es recordado como activista político a favor de la izquierda. En la encuesta de la UFG obtuvieron 2.8% de simpatía.
La figura del Frente, quien es llamado coloquialmente “el Chino Flores”, reivindica el rol desempeñado por el partido cuando gobernó y abrió relaciones diplomáticas con China.
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“El Frente hizo las primeras dos acciones. Lo primero que hicimos fue romper relaciones diplomáticas con la provincia de Taiwán y se firma los 14 protocolos, entre los cuales aparece el reconocimiento principio de una sola China. La segunda acción es no involucrarse en los asuntos internos de ese país. Si no hacemos eso, esos cinco proyectos (de la cooperación de China) no existieran”, reclama Flores, quien fue diputado de 2012 a 2021.
Pero el legado de los periodos de Gobierno del FMLN también está salpicado por casos de corrupción de los expresidentes Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén, que viven acobijados en Nicaragua por el régimen de Ortega-Murillo para evitar su detención.
¿La tercera vía?
El partido Nuestro Tiempo (NT) ofrece a Luis Parada, un veterano de guerra y abogado especializado en arbitraje internacional radicado en Washington, para representar una alternativa a las fuerzas políticas dominantes.
Parada está acompañado de Celia Medrano, una periodista que es conocida como activista de derechos humanos en los años ochenta, pero que trabajó fugazmente en el servicio exterior salvadoreño durante el primer Gobierno del FMLN.
Sin embargo, esta fórmula solamente alcanzó el 2% de simpatías en el sondeo hecho por la Universidad Francisco Gavidia.
El Tribunal Supremo Electoral (TSE), de acuerdo al inciso tercero del artículo 182 del Código Electoral, advierte que cancelará un partido “cuando (…) no obtenga por lo menos el tres por ciento del total de los votos válidos en la elección en que dicho partido haya participado”.
Parada fue propuesto por el movimiento ciudadano Sumar que aglutinó a un grupo de académicos, defensores de derechos civiles, intelectuales, y organizaciones ambientalistas y feministas.
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En los últimos meses, lejos de campañas o mítines políticos, el abogado buscó acompañar las organizaciones sociales que brindan asesoría jurídica a las personas capturadas en el marco del régimen de excepción acusadas de estar vinculadas a las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) o Barrio 18.
“Algún día van a enfrentar la justicia todos los desgraciados responsables de abusar de la gente honrada y trabajadora, por el solo hecho de ser pobres, con el agravante de ser jóvenes y/o campesinos”, compartió a Expediente Público tras seguir el caso de un joven detenido luego que un militar erró un disparo.
Los partidos minoritarios
El escenario político también ofrece las fórmulas de Fuerza Solidaria (FS) y Fraternidad Patriota Salvadoreña (FPS), que son resultado de exmiembros de ARENA y miembros de la comunidad residente en EE. UU.
José Renderos y Rafael Montalvo son resultado de un movimiento político creado por Arturo Simeón Magaña, un exdiputado de ARENA que protagonizó un trágico accidente de tránsito el 29 de agosto de 2020, en el que murió su acompañante.
Magaña fue grabado por otros automovilistas mientras intentó reanimar a su acompañante que yacía en el vehículo. Pero nunca fue juzgado porque gozó de fuero legislativo y posteriormente se declaró diputado disidente.
Recientemente, en una fugaz declaración a la prensa, donde estuvo Expediente Público, el diputado Guillermo Gallegos del partido Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA), dijo que este partido es financiado por Herbert Saca, el primo del expresidente que guarda prisión.
En tanto, Marina Murillo de Fraternidad Patriota Salvadoreña (FPS) es la única mujer que se presenta a optar por la primera magistratura, algo que no sucedía en El Salvador desde 1994 cuando se inscribió Rina Victoria Escalante de Rey Prendes, con el Movimiento Auténtico Cristiano (MAC), una escisión de la Democracia Cristiana.
