*Al menos cinco casas de acogida dejaron de funcionar, porque les quitaron el presupuesto que recibían del Estado.
**Elementos de la Policía Nacional Civil, pandillas y coyotes son algunos de los desafíos que tienen que cruzar quienes buscan el sueño americano.
Marysabel Aldana / Expediente Público
En Guatemala las casas que albergan a migrantes están cerrando por suspensión del presupuesto estatal. Expediente Público constató que, al menos, cinco de diez albergues temporales para los migrante fueron cerrados entre noviembre de 2023 y marzo de 2024.
Los refugios cerrados son Casa del Migrante San José en Esquipulas, Chiquimula; Casa del Migrante Beatos Tulio y Obdulio en Entre Ríos, Izabal; Casa del Migrante Betania en Santa Elena, Petén; Casa del Migrante Belén en El Ceibo frontera, La Libertad, Petén; y Casa del Migrante Emaús en Ixcán, Quiché.
Estos centros recibían un aporte estatal que era canalizado por medio del Instituto de Migración de Guatemala.
Pese a la cantidad de personas en tránsito a México y Estados Unidos, actualmente mantienen cinco casas migrantes, pero estas no se dan abasto, estas se ubican en Ciudad de Guatemala, Petén, Chiquimula, Izabal y Huehuetenango.
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Según las cifras obtenidas del Instituto de Migración en Guatemala, durante el 2023 ingresaron al país 5 millones 578 mil 377, vía terrestre, aérea y marítima, estas personas siguieron su paso hacia otros países.
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Gobierno de Guatemala suspenden ayuda estatal
Uno de los encargados de una casa migrante en Entre Ríos, Izabal, una zona fronteriza con Honduras, que prefirió no mencionar su nombre por temor de alguna represalia, informó del cierre de por lo menos cinco casas migrantes en todo el país, en las que se atendían a personas provenientes de la región.
A estos cierres se sumaría la Oficina de Información para migrantes en El Naranjo, departamento de Petén.
Expediente Público solicitó información a Danilo Rivera, director del Instituto de Migración de Guatemala, para conocer por qué dejaron de financiar a los albergues, pero no brindó información.
“Comenzaron a cerrar la primera en noviembre, la segunda creo que fue por enero, el resto fueron en marzo, según la gente que trabajaba allí, nos dijeron que ya no se iba a continuar porque ya no había dinero, a mí tampoco me pagaron los meses que me debía, a compañeros de Petén y Quiché les dijeron que en junio les pagaban, pero tampoco pasó”, mencionó el trabajador.
Flujo de migrantes en refugios sobrevivientes
Uno de los refugios que quedaron fue la Casa Migrante de Scalabrini que se dedica a brindar una noche y alimentación a las personas que se encuentran en la localidad, este lugar es financiado por donaciones y no obtiene recursos del Estado.
Según directivos de la Casa del Migrante en Izabal, con el cierre de los otros lugares, ahora esta institución no se da abasto diariamente por la cantidad de personas que llegan a sus puertas.
7 de cada 10 sufren abusos
Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país. No obstante, este ha dejado de ser un derecho y se ha convertido en la única alternativa ante modelos económicos, sociales y políticos que perpetúan la violencia, la injusticia y la violación a derechos humanos de sus ciudadanías, forzando la migración de millones de personas en la región, dijo a Expediente Público José Martínez, encargado legal de la casa del Migrante en Ciudad de Guatemala.
Las personas en movilidad son víctimas de la migración forzada por las causas de expulsión en sus países y del abuso de algunas autoridades en su tránsito por Guatemala. Al menos 7 de cada 10 personas que son atendidas por La Casa del Migrante y organizaciones religiosas, expresan haber sido víctimas de extorsión y abusos de toda naturaleza.
Los perpetradores de estos abusos son policías, pandillas y grupos delincuenciales a su ingreso o tránsito por carreteras, quienes detienen buses y aprovechan para cobrar sumas de dinero amenazándoles con deportarlos si no pagan.
Lo mismo sucede con algunos transportistas quienes les cobran altas sumas de dinero a los migrantes, siendo víctimas de estafas y engaños.
Esta información se obtiene de encuestas que se les realizan a los migrantes y que luego se envían a la Procuraduría de Derechos Humanos de Guatemala.
Los funcionarios de las casas de ayuda piden a las autoridades de Guatemala tomar acciones legales que corrijan esta situación, además que se sancione a los culpables de abusos contra los migrantes para garantizar sus derechos.
José Martínez, el encargado legal de la Casa del Migrante en la Ciudad de Guatemala, mencionó, ante la poca cantidad de lugares adecuados para las personas en tránsito, que hay necesidad de ampliar el cupo de la estancia, porque las familias llegan lastimadas y no deberían dejarlas dormir en la calle.
“Cuando tenemos que atender este tipo de situaciones, no nos damos abasto, la capacidad de la casa es de 130, pero ha ocurrido que vienen más, entonces tenemos que habilitar más espacios, pero eso se debe a que en nuestro país no hay tantos lugares para albergar a las personas”, mencionó Martínez.
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Pedro Pablo Solares, quien es analista en migración, mencionó que estos albergues son un apoyo necesario y fundamental para todos y el cierre de estos lugares podría representar un retroceso en derechos humanos.
“Es preocupante que se estén dando este tipo de acciones porque no podemos dejar desamparadas a las personas que vienen de tan lejos, algunas veces huyendo por sus vidas y que acá sean tratados como que no son nada, eso no debe seguir así, el gobierno tiene que tomar las medidas concretas para ayudar a las personas”, comentó Solares.
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Abusos y atropellos en Guatemala
Los migrantes en su paso por Guatemala se enfrentan con asaltos, violaciones a sus derechos humanos y, en una parte, los responsables son los mismos que deberían de ayudar y cuidar a las personas, los agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) son algunos de los causantes de estos robos, según Solares.
Yanet, una migrante proveniente de Perú, contó la odisea que han tenido que pasar desde que llegó a Guatemala. Su viaje empezó el pasado 23 de junio cuando comenzaron a buscar el sueño americano.
Ella comentó que, al llegar a Guatemala, por la frontera de Aguas Calientes, no tenían donde pasar la noche. Pero en una casa migrante de la iglesia Dios es Amor, los recibieron. Sin embargo, durante su estadía fueron víctimas de robo. Se les perdieron 100 dólares que iban a ser utilizados para movilizarse, trataron de poner la denuncia, pero se les dijo que por ser migrantes no tenían derechos.
