*Aunque el país centroamericano sigue a la cola en el proceso de vacunación de Centroamérica, partido de gobierno utiliza la vacuna para ensalzar su gestión.
**Candidatos del gobernante Partido Nacional han aprovechado la concentración masiva de personas que acuden a vacunarse para hacer política desde antes de que inicie el período de propaganda electoral.
EXPEDIENTE PÚBLICO
“¡Estamos ganando la batalla! Gracias siempre pueblo hondureño por la masiva concurrencia a esta jornada de vacunación”, reza una de las publicaciones que se pueden leer en Twitter acerca del Vacunatón, el programa de inoculación contra el coronavirus que inició el pasado 31 de julio en Honduras.
Este mensaje difundido el 2 de agosto no proviene de un funcionario o de una dependencia del Gobierno hondureño, sino de la cuenta oficial del Partido Nacional, que actualmente se encuentra en el poder y ha buscado redituar cualquier mérito que pueda generar la campaña de vacunación masiva realizada en gran parte con vacunas donadas.
Aunque las denuncias por la politización de la vacuna comenzaron desde antes del Vacunatón, esta jornada de inmunización ha servido de proyector para muchos candidatos oficialistas.
Tal es el caso del exministro de la presidencia, Ebal Díaz, y del diputado Renán Inestroza; el primero aspira a una curul en el Congreso Nacional y el segundo va por su cuarta reelección.
A Díaz se le vio el 31 de julio en el municipio de Cedros, ubicado a 91 kilómetros al oriente de Tegucigalpa, saludando a los pobladores que llegaron a vacunarse. Y a Inestroza, ese mismo día, en un centro de vacunación instalado en una escuela de Comayagüela, la ciudad gemela que conforma junto a Tegucigalpa la capital de Honduras.
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En Lempira, uno de los 18 departamentos de Honduras, fronterizo con El Salvador y de donde es originario el presidente Juan Orlando Hernández, el Vacunatón se realizó el 21 y 22 de agosto y también fue usado para ganar simpatía partidaria.
“Hacemos un llamado a la población a que se vacune en los centros de vacunación, continuamos comprometidos con la salud de nuestra gente”, publicó en su cuenta de Twitter el secretario ejecutivo del Partido Nacional y candidato a diputado por ese departamento, Lenín Valeriano.
En otro mensaje relacionado siempre con la vacunación, el político ratificó su “total apoyo a nuestro próximo presidente Nasry Tito Asfura”, el candidato oficialista.
“La verdad es que ellos quieren sacarle provecho a cualquier cosa”, reaccionó la presidenta del Colegio Médico de Honduras (CMH) Suyapa Figueroa, aunque aseguró que “todo el mundo sabe que gracias a la conducción de un gobierno que viene de ese partido es que no tenemos hospitales, que se robaron el dinero del Seguro Social, de las mascarillas, de las pruebas (PCR), que no hay ventiladores mecánicos en los hospitales gracias a ellos”.
Figueroa, quien también aspira a una diputación por el Partido Salvador de Honduras (PSH) declaró también a Expediente Público que debido a “una gran cantidad de actos de corrupción”, el sistema sanitario hondureño se encuentra deteriorado, como parte de “una política pública impulsada desde el gobierno que le niega la salud como derecho a la población”.
El gobierno hondureño parece también en campaña y su maquinaria propagandística busca ensalzar el Vacunatón, aunque el país sigue estando a la cola de Centroamérica con apenas el 11.5% de la población totalmente vacunada, solo por arriba de Nicaragua que lleva un 3%, según el sitio Our World in Data, de la Universidad de Oxford.
“Es muy probable que el Covid-19 sea un tema recurrente durante las elecciones”, opinó Aldo Salgado, analista del Laboratorio Ciudadano Honduras, que ha dado seguimiento a las estrategias del gobierno para promocionar la imagen del presidente Hernández y del partido que lo llevó al poder, sobre todo en el marco de la campaña electoral.
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El uso político de la vacuna ha sido denunciado por alcaldes de la oposición. En junio pasado, el edil de Guaimaca (37.9 km al oriente de Tegucigalpa), Henry Raudales, del Partido Liberal, dijo que a ese municipio de más de 30 mil habitantes solo habían llegado cien vacunas y que estas eran para los militantes del Partido Nacional.
“Han querido politizar el tema, aparecen allí los diputados como que si ellos son los que están vacunando”, además de “todo el show que ha hecho el gobierno”, reconoció a Expediente Público el alcalde del municipio de San José de Colinas, (239 kilómetros al occidente de la capital hondureña), Amable de Jesús Hernández, del partido Libertad y Refundación (Libre).
Voto por vacuna
“En la medida que se va acercando el mes de noviembre van a ir politizando más (…) por eso no vienen vacunas porque quieren llegar a esa etapa que al cambio de un voto será una vacuna”, dijo el 28 de junio, en una conferencia de prensa relacionada con las Zonas de Empleo y Desarrollo Económico (ZEDE), el jefe de la unidad de investigación del Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), Odir Fernández.
El profesional del derecho mencionó una auditoría que hizo esa organización anticorrupción con la que determinaron que la vacuna se estaba aplicando de manera política.
“Hay médicos todavía que en el país no se han vacunado, pero sí tenemos activistas políticos que ya se vacunaron completamente para iniciar sus actividades políticas en los diferentes espacios”, denunció.
El informe de esos hallazgos fue notificado al Tribunal Superior de Cuentas (TSC), dijo también Fernández, a quien Expediente Público trató de contactar a través de WhatsApp, pero no respondió el mensaje.
Según el cronograma electoral, el lunes 30 de agosto inicia en Honduras el período de propaganda electoral, pero los contendientes oficialistas corren con ventaja gracias a que las vacunas “se están entregando por criterio político, destinados a la promoción y publicidad de los candidatos del Partido Nacional”, según un comunicado del Consejo Central Ejecutivo del Partido Liberal (CCEPL) dado a conocer el 12 de julio.
Un día después, el CCEPL denunció al Partido Nacional ante el Consejo Nacional Electoral (CNE) por politizar la jornada de vacunación y como evidencia presentó imágenes que circularon en redes sociales de un bus con propaganda política a favor del candidato a diputado Blas Ramos y el presidenciable Nasry Asfura lleno de supuestos activistas que fueron vacunados dentro del vehículo.
Expediente Público consultó con el área de comunicaciones del CNE sobre el curso de la denuncia interpuesta por el Partido Liberal, pero no obtuvo respuesta.
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UFTF no ha recibido denuncias de politización
El comisionado de la Unidad de Financiamiento, Transparencia y Fiscalización (UFTF), conocida también como Unidad de Política Limpia, Javier Franco, dijo a Expediente Público que “en el caso de los aspirantes políticos que estén realizando algún acto de propaganda para obtener simpatías electorales valiéndose de los procesos de vacunación” gubernamentales le corresponde al Consejo Nacional Electoral (CNE) “verificar el cumplimiento y respeto del período de campaña dentro de los tiempos legalmente establecidos”.
Mediante una comunicación escrita, Franco recordó que el artículo 166 de la Ley Electoral de Honduras “prohíbe la utilización de los recursos del Estado fuera del financiamiento que el mismo otorga y esto es regulado por la UFTF”.
No obstante, aseguró que hasta ahora esa Unidad “no ha recibido denuncias” de este tipo.
“En caso de que la ciudadanía cuente con pruebas de tales acciones ilícitas, se le exhorta a denunciar esos hechos repudiables y condenables de aprovechamiento de la situación vulnerable que representa la pandemia por covid-19”, añadió el funcionario.
Falta de respeto a la vida
La vacunación “no debe ser un tema político ni instrumentalizado”, pero “lamentablemente algunos políticos con falta de respeto a la vida de la población están haciendo uso de esto para ganar votos”, declaró a Expediente Público la directora del sector social de la Asociación para una Sociedad Más Justa (ASJ), Blanca Munguía.
Dijo que esa asociación ha tenido información sobre la llegada de activistas a los puestos de vacunación y el uso de unidades de transporte con propaganda política.
“No estamos de acuerdo con que politicen la vacuna, como sociedad civil creemos que no deben politizar, la misma población rechaza esta forma de actuar”, sostuvo.
Un ejemplo es el caso del candidato a diputado por el departamento de Yoro y exministro de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), Gabriel Rubí, quien se presentó a un puesto de vacunación en la ciudad de El Progreso (237 kilómetros al norte de Tegucigalpa) donde fue recibido con un coro molesto para los políticos afines al Partido Nacional: “Fuera JOH”.
Para Munguía, el matiz político podría desanimar a la ciudadanía que desea vacunarse, sobre todo ante un “contexto de país donde no se cree mucho en los actores políticos por todo su accionar histórico que ha venido a defraudar a la población”.
Sesal debe apegarse a criterios técnicos y científicos
En ese sentido, planteó que la Secretaría de Salud (Sesal), como encargada de rectorar y asegurar la credibilidad del proceso de vacunación, debe manifestar un rechazo total a su politización.
La Sesal “no pertenece a un partido político” sino que “obedece a la necesidad de la población y eso debe prevalecer”, remarcó.
La segunda medida es que se desplace más el programa de inmunización a las áreas rurales donde los habitantes tienen menores condiciones de movilidad, y la necesidad de una vacuna puede llevarlas a ser usadas por los políticos para poder conseguirla.
Esta situación, a su criterio, es un riesgo que aumenta a medida que se aproximan las elecciones generales del 28 de noviembre, no solo de parte de candidatos o partidos políticos afines al gobierno sino de otros “que tienen las condiciones económicas para jugar con la dignidad de la población”, expresó la representante de ASJ.
A su juicio, el apego estricto de la Sesal a los criterios técnicos y científicos que establece el Programa Ampliado de Inmunización (PAI), desvinculados de toda injerencia partidaria, “bloquearía toda intención política”.
El PAI es un programa insigne en Honduras reconocido internacionalmente por su buen desempeño.
Para finalizar, advirtió que hay un riesgo “si se accede a que grupos políticos traigan adeptos a su partido y que no llenan los requisitos o que interrumpen el proceso oficial establecido en los establecimientos de vacunación”, de allí la necesidad de que la Sesal se apegue “a la parte técnica y no política”.
En caso contrario, “solo sumaría a la crisis que el país hoy tiene”.