* Gobierno de Honduras, presidido por Xiomara Castro, se alineó con países poco democráticos como Venezuela, Rusia, China, Cuba, Bolivia y Eritrea al no respaldar resolución para investigar los crímenes de derechos humanos en Nicaragua.
* En noviembre del año pasado Honduras y Guatemala se abstuvieron de votar a favor de una resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) que pedía la liberación de siete aspirantes a la Presidencia de Nicaragua y la realización de elecciones libres y transparentes.
Expediente Público
El voto de Honduras en contra de la resolución adoptada por el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) para investigar las violaciones de los derechos humanos cometidos en Nicaragua, fue duramente criticada por analistas hondureños, quienes consideran la decisión del gobierno de Xiomara Castro como «una vergüenza internacional».
El voto de Honduras se alineó con la posición de Venezuela, Rusia, China, Cuba, Bolivia y Eritrea, siendo estos los únicos siete países que votaron en contra de la adopción del mecanismo internacional que examinará la situación de los derechos humanos en Nicaragua desde 2018.
La socióloga y escritora Leticia Salomón subrayó a Expediente Público que la decisión del gobierno hondureño «debería avergonzarnos a nosotros como país que apenas empezamos a salir de doce años de oscuridad y de violación de los derechos humanos».
«¿Está mal que Juan Orlando Hernández haya violado los derechos humanos en Honduras, pero está bien que Daniel Ortega haya hecho lo mismo y lo siga haciendo en Nicaragua?», cuestionó Salomón.
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¿Consecuencias por el voto?
En diálogo con Expediente Público, Leticia Salomón agregó que el voto de Honduras «es un movimiento muy arriesgado, pareciera que quieren enviar un mensaje de independencia respecto a Estados Unidos, pero hace quedar muy mal al país, presentándolo como obcecadamente alineado con una izquierda que da señales de fraccionamiento».
Sobre las posibles consecuencias por la decisión ante la ONU, la socióloga sostiene que «esto va a activar las suspicacias de la Unión Europea y otros, aunque no creo que en este momento rompan el acercamiento».
Un criterio similar manifestó Lester Ramírez, director de gobernanza y transparencia de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ). «En este momento no creo que le pase factura, viene iniciando el gobierno, no ha sido denunciado por abusos a los derechos humanos y aún no hay un desgaste, por eso creo que al tomar esa actitud consideró que todavía el costo político sería leve», expresó.
En todo caso, Ramírez consideró para Expediente Público que el voto «es un contrasentido respecto a los compromisos oficiales que adquirió Honduras cuando se postuló a ser miembro del Consejo».
Miembro del Consejo de DDHH
Cuando Honduras presentó su candidatura para ser uno de los 47 miembros del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en octubre de 2021, suscribió varios compromisos, entre ellos redoblar sus esfuerzos para mejorar la situación de los derechos humanos en Honduras y contribuir desde su membresía dentro del órgano de las Naciones Unidas a promover la protección de los derechos humanos alrededor del mundo.
En ese sentido, la postulación de país impulsada por el régimen del expresidente Juan Orlando Hernández, quien actualmente guarda prisión pendiente de su extradición a Estados Unidos por cargos de narcotráfico, fue duramente criticada en su momento por las organizaciones de derechos humanos en Honduras.
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Mientras para Hernández la elección fue «un reconocimiento a la labor y logros que hemos cosechado como país en esa materia», para Berta Oliva, fundadora y coordinadora del Comité de Detenidos y Desaparecidos de Honduras, «fue una maniobra del régimen para lavar su imagen tachada de torturas y cadáveres».
El gobierno de Hernández, que se extendió desde 2014 hasta enero de 2022, fue reiteradamente acusado de persecución contra opositores políticos, asesinatos, detenciones arbitrarias, ataques a la prensa independiente, criminalización y encierro de ambientalistas, ejecuciones sumarias y campañas de desprestigio contra defensores y defensoras de derechos humanos.
¿Nuevas posturas?
Diferenciarse del régimen de Hernández fue uno de los compromisos de campaña de la actual presidenta Xiomara Castro, quien derrotó abrumadoramente al oficialista Partido Nacional en los comicios de noviembre de 2021.
«Parece que a la presidenta Xiomara Castro ya se le olvidaron dos promesas de su discurso de investidura: uno, que el país tendría “una política exterior ciudadana, centroamericanista, latinoamericana, soberana y solidaria” y, dos, que “la refundación de Honduras comienza por el restablecimiento al respeto al ser humano”», manifestó Joaquín Mejía, Doctor en Estudios Avanzados en Derechos Humanos, autor de más de 25 libros e investigador social de la Compañía de Jesús en Honduras.
Para Mejía, «votar en la ONU en contra de investigar los crímenes del régimen Ortega Murillo no es ni un acto de solidaridad ni de respeto a la dignidad del pueblo nicaragüense».
En ese sentido, la decisión actual de la diplomacia hondureña respecto a Ortega-Murillo no se distancia de las adoptadas por Hernández a lo largo de su mandato, que oscilaron entre «abstenerse» o «votar en contra», cada vez que el tema de Nicaragua se discutía en foros internacionales.
En noviembre pasado Honduras y Guatemala se abstuvieron de votar a favor de una resolución de la Organización de Estados Americanos (OEA) que pedía la liberación de siete aspirantes a la Presidencia de Nicaragua y la realización de elecciones libres y transparentes.
Como broche final a su estrecha colaboración, Hernández fue el único gobernante centroamericano que acudió a Managua a la controvertida toma de posesión del quinto mandato de Ortega, en enero pasado.
Paradójicamente, Ortega no fue invitado por Xiomara Castro a su asunción como gobernante pocos días después en Tegucigalpa.
El voto y la visita de Correa
La ausencia de Ortega o de Nicolás Maduro en el retorno al poder de los Zelaya Castro en Honduras, se llegó a considerar como signo de pragmatismo en su política exterior y como evidencia de que pese a sus simpatías ideológicas con el llamado Socialismo del Siglo XXI, políticamente parecían tomar distancia.
Sin embargo, al voto en contra en el Consejo de Derechos Humanos se suma la inesperada visita de trabajo al país de Rafael Correa, expresidente de Ecuador, llamado por el gobierno local para asesorarlo en temas económicos y de gobernabilidad. En su gira, Correa aconsejó públicamente a los Zelaya Castro «no perder el poder».
Tras estas últimas decisiones del gobierno hondureño, para el analista Manuel Torres Calderón parece cobrar fuerza la duda que impera en el escenario político de este país centroamericano, de quién realmente diseña la política exterior del país, si es la presidenta Xiomara Castro o si es el expresidente Manuel Zelaya Rosales.
«Esto se definirá muy pronto, pero quien perfila como estratega político y posiblemente de Estado es el exmandatario Zelaya Rosales», expresó Torres a Expediente Público.