*Solo se sabe sobre una deuda de $19 millones de dólares en 2021 con autobuses rusos de mala calidad y con poca vida útil porque no son aptos para climas tropicales.
**Entre 2007 y 2022, llegaron a Nicaragua 1,100 autobuses de fabricación rusa para el transporte urbano colectivo, de los cuales, al menos 550 recibió en 2021.
***El Estado también ha recibido autobuses donados que luego ha vendido a las cooperativas.
Expediente Público
Las adquisiciones de cientos de autobuses rusos por parte del régimen de Daniel Ortega, tiene un trasfondo al estilo de las muñecas rusas “matrioskas”, con una estela de irregularidades y colmada de anomalías que no permiten saber los términos y alcances de los acuerdos entre ese país centroamericano y Rusia.
En los últimos 14 años, desde la llegada de los primeros buses rusos a Nicaragua en el año 2009, la cuenta pública más clara del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo con relación a la adquisición de esos vehículos de transporte para uso colectivo, que se usan particularmente en Managua, la capital, es un “acuerdo de la facilidad de crédito” por 16.8 millones de euros (unos US$19 millones) que aprobó la Asamblea Nacional el 14 de diciembre de 2021 que serviría para renovar la flota existente.
El Banco de Exportación e Importación de Rusia (Eximbank) facilitaría el dinero para la compra de autobuses que renovarían el transporte urbano colectivo de la capital.
El mismo Daniel Ortega firmó la iniciativa que envió a los diputados con “trámite de urgencia” amparado en los resultados de un estudio que evidenciaba una “alta demanda por transporte que se cubre con una baja oferta de servicio”.
En el documento enviado al diputado sandinista Gustavo Porras, presidente de la Asamblea Nacional y sancionado por Estados Unidos y otros países debido a sus actos de corrupción y violaciones de derechos humanos, Ortega argumentó la existencia de un “intervalo amplio” en la red de transporte que afectaba particularmente los “tiempos de espera” de los usuarios.
“Implica largos tiempos de recorrido para el usuario, que ronda en los 45 minutos”, señaló Ortega, aliado de Vladimir Putin a tal punto de avalar la invasión a Ucrania iniciada ya casi un año.
La iniciativa de decreto legislativo enviada por Ortega tenía como antecedente un acuerdo firmado el 24 de noviembre de 2021 por la embajadora del régimen ante Rusia, Alba Azucena Torres Mejía y el Banco de Exportación e Importación de Rusia (Eximbank).
Era tal la premura del régimen por lograr en tiempo récord la aprobación de esa iniciativa de decreto legislativo, que Ortega firmó con antelación el documento enviado a Porras, es decir 11 días antes de su embajadora firmara el acuerdo con el Eximbank, según se constata en los documentos publicados en el sitio web de la Asamblea Nacional.
Después de ese préstamo en los presupuestos generales de la república de 2010 y 2011 aparecen 30.5 millones de dólares donados por Rusia en buses, como parte de la limitada información al respecto.
Las promesas del régimen
Previo a la aprobación de esa iniciativa enviada por Ortega a la Asamblea Nacional, la Federación de Rusia donó a Nicaragua 250 buses de transporte colectivo que llegaron al país centroamericano en septiembre y octubre de 2021.
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En junio de 2022, después de participar en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo en Rusia, el ministro de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta Montalván, anunció nuevos acuerdos, destacando la adquisición de una nueva flota de los polémicos buses rusos.
“Ya hay 300 buses en el puerto de San Petersburgo para traerlos al puerto Corinto”, dijo Acosta en ese momento.
La llegada de esas unidades se materializó el pasado 31 de enero de 2023 en un acto en el que Ortega entregó a los transportistas las primeras 150 unidades modelo PAZ (siglas en ruso de Pavlovsky Avtobusny Zavod) que sirvieron para renovar y reforzar la flota de transporte urbano en las principales cabeceras departamentales: León (60 unidades), Chinandega (30), Tipitapa (20), Estelí (10), Matagalpa (10), Masaya (10), Juigalpa (5) y Jinotepe (5).
Días después en las redes sociales se reportaban los primeros buses ya dañados en las calles de varios departamentos de ese país, una situación común que se presenta con estas unidades que no son aptas para los climas tropicales.
“Ya tenemos 150 en estos momentos y vienen otros 150, o sea que tendremos un total, arrancando el año, fíjense, de 300 nuevos autobuses rusos modelo Paz”, dijo Ortega en el acto donde participaron transportistas que recibirían las unidades rusas.
¿Compras o donaciones?
A lo largo de estos 14 años casi nada se conoce de forma pública sobre la adquisición de los buses rusos.
Del préstamo suscrito con el Eximbank solo se conocen que las condiciones financieras establecidas fueron a un periodo de siete años de plazo e incluye un periodo de gracia de dos años y un pago semestral, comisión de compromiso, de 0.5% anual durante el periodo de disponibilidad del préstamo y será pagadera en las fechas de pagos de intereses.
¿Donación o compra? Es la gran interrogante que siempre queda después que Rusia envía autobuses a Nicaragua.
“Son entiendo pagados con recursos del Estado, si son pagados, con recursos del Estado tiene que realizarse a través de la Ley de Contrataciones Administrativas del Sector Público, Ley 737”, explicó a Expediente Público una experta en presupuesto público, bajo condición de anonimato.
Durante el acto del pasado 31 de enero, Ortega subrayó que Rusia donó a Nicaragua 380 autobuses en 2009, 170 unidades en 2012 y 250 más en 2021.
Para la experta en presupuesto público es probable que los buses se estén adquiriendo a través de contrataciones directas.
En 2011 Nicaragua recibió donado un lote de 250 buses que vendió a los transportistas por 32,000 dólares por unidad. Los contratos fueron elaborados por el consorcio estatal nicaragüense-venezolano Albanisa, empresa sancionada por la comunidad internacional por corrupción, así como su director ejecutivo Francisco López.
“Aquí lo que se ha hecho prácticamente es una compra direccionada en donde se ha negociado con este país (Rusia) para adquirir esta cantidad de buses (…) Se decía que eran donación y parte, se decía que eran comprados, pero en todo caso la proporción en donde se utilizan los recursos públicos debería llevarse por la Ley 737”, insistió la experta.
Adquisiciones sin transparencia
Según datos oficiales, entre 2007 y 2022, Nicaragua adquirió 1,100 autobuses de fabricación rusa para el transporte urbano colectivo, de los cuales, al menos 550 recibió en 2021.
En el transcurso de este año, se espera que lleguen otras 150 unidades de buses de Rusia para totalizar 300 unidades, dijo Ortega.
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“Estamos pagando, te aseguro, precios mucho más altos que los precios del mercado internacional por este tipo de unidades (…) De por si el servicio del transporte urbano es muy malo, tanto en la capital como en los diferentes partes del país, y ni pensar que estamos pagando altos costos que son trasladados a la ciudadanía”, mencionó la fuente.
Adaptación de buses
En una entrevista con Izvestia, un periódico de circulación diaria en Rusia, Leonid Dolgov, director de Exportación del Grupo GAZ, compañía que fabrica los buses, reconoció que los autobuses KAVZ han sido suministrados a Nicaragua desde 2009, incluso bajo “contratos comerciales”.
Según Dolgov, los buses provenientes de Rusia constituyen aproximadamente la mitad del parque de autobuses de la capital, Managua.
“Durante la adaptación de los autobuses se han realizado más de 30 cambios de diseño”, dijo el directivo en la entrevista, tras agregar que en Nicaragua se organizó un servicio de mantenimiento técnico de alta calidad para los autobuses, con la presencia permanente de un especialista técnico del Grupo GAZ.
“Debió haber sido un proceso de una licitación pública internacional que abriera la posibilidad de competencia y abriendo la posibilidad de competencia pudiésemos haber tenido diferentes opciones en cuanto a precio a calidad”, dijo la experta en presupuesto público.
La eterna amistad con Rusia
La adquisición, como es usual, es poco transparente y las unidades de transporte que cuestan aproximadamente 60,000 dólares llegan al país centroamericano en un momento que Rusia mantiene una guerra contra Ucrania y los bancos tienen prohibido realizar transacciones financieras en todo el mundo.
Rusia ha proporcionado un volumen significativo de asistencia militar a Nicaragua, mientras la Asamblea Nacional en el país centroamericano autoriza el ingreso de tropas rusas. Como parte de esa alianza, Rusia que antes donaba, ahora vende trigo al régimen.
El académico estadounidense Evan Ellis, del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de los Estados Unidos, en entrevistas anteriores con Expediente Público ha reconocido que la estrecha relación entre el régimen de Vladimir Putin y el de Daniel Ortega en Nicaragua es una amenaza para Centroamérica.
Para mantener activos esos lazos de cooperación ambos regímenes conformaron la Comisión Mixta Intergubernamental Rusia-Nicaragua.
Por el lado nicaragüense Laureano Ortega Murillo, Asesor presidencial para las Inversiones, Comercio y Cooperación Internacional, sancionado por Estados Unidos, Unión Europea, Canadá y Suiza, es la cara visible en esa comisión junto al ministro de Hacienda, Iván Acosta. Por Rusia, la doctora en medicina Veronika Skvortsova, directora de la Agencia Federal Médico Biológica actúa como copresidenta de la comisión, quien estuvo en el país en 2016 participando en la inauguración de la planta de producción de vacunas Mechnikov, que demostró su incapacidad para producirlas.