*El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (conocido como AMLO) visita Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice y Cuba en su primera gira en una región que ve a México más como un “gendarme de Estados Unidos que como un socio”, opinó analista internacional.
**Andrés Manuel López Obrador es acompañado por sus ministros de Defensa y Marina, un mensaje de que la migración es vista como un problema de seguridad para México.
*** Cuestionamientos contra Daniel Ortega a nivel internacional podrían haber dejado a Nicaragua fuera de agenda.
Expediente Público
El presidente de México, Manuel López Obrador, conocido como AMLO, inició este 5 de mayo una gira apretada de cuatro días por cinco países: Guatemala, El Salvador, Honduras, Belice y Cuba, que estará centrada en uno de los mayores fenómenos sociales de la región: la migración.
El mandatario más votado en la historia de su país, cuya política exterior ha sido bastante reducida, buscará durante su visita reafirmar sus relaciones diplomáticas e impulsar dos de los programas insignes de su mandato, con los que busca contener el flujo migratorio que atraviesa sus fronteras: Sembrando Vida y Jóvenes Construyendo el Futuro.
“Este viaje representa la primera gira del Ejecutivo mexicano a Centroamérica y el Caribe, región prioritaria en la política exterior mexicana por los históricos vínculos políticos, económicos y de cooperación que abarca las tres fronteras de nuestro país y a los socios clave con quienes nos unen amplios lazos de amistad”, expuso la Cancillería mexicana en un comunicado. Las tres fronteras son Guatemala, Belice y Estados Unidos, este último el principal destino de los migrantes del Istmo y de Cuba.
El gobierno mexicano anunció la gira desde el pasado 10 de enero. El 11 de marzo AMLO, como se suele llamar al mandatario mexicano, confirmó su visita a los cuatro países centroamericanos y Cuba, y el 21 de abril informó sobre las fechas del recorrido, que inicialmente sería de cinco días. No se ha explicado oficialmente por qué se dejó fuera a Nicaragua de la gira por la región.
El pasado 29 de abril el tema migratorio predominó en la conversación de López Obrador con el presidente estadounidense Joe Biden. Además, será tema central en la próxima Cumbre de las Américas, que se realizará del 6 al 10 de junio en Los Ángeles y es organizada por segunda vez por Estados Unidos, donde los países buscarán un pacto regional sobre la migración.
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El gendarme de EE. UU.
Es la cuarta vez que AMLO, viaja al extranjero desde que asumió el poder en 2018 y la primera que no será a Estados Unidos, donde ha estado tres veces entre julio de 2020 y noviembre de 2021.
Para el analista internacional Carlos Cascante, el objetivo central de la gira de AMLO “es definir las bases de un acuerdo migratorio con los países centroamericanos” que “ven con cierta desconfianza ese rol de México de servir como una barrera” a la migración hacia Estados Unidos.
“La visita de López Obrador tiende a ser como un mecanismo de buena voluntad para aliviar esa tensión” con estos países que ven a México “como el gendarme de los Estados Unidos y no como un socio”, dijo Cascante en entrevista con Expediente Público.
Sin embargo, que AMLO se haga acompañar en esta gira de sus ministros de Defensa y de Marina, Luis Sandoval y Rafael Ojeda, respectivamente, tiene otra simbología.
“Se llama ‘securitización’, quiere decir que un problema que puede tener muchas aristas”, como la pobreza, la violencia y la corrupción en el caso de la migración, “lo convierto en un problema de seguridad”, dijo Cascante.
Entonces “si el principal objetivo (de la gira) es la migración, la simbología es clara, la migración es un problema de seguridad para México y eso justifica la mano dura que tiene para tratar a los migrantes centroamericanos”. Además, “la utilización de mano dura, de medidas coercitivas, se vuelve más fácil de vender, más fácil de entender para el discurso político”, añadió el analista.
En septiembre de 2019, organizaciones de sociedad civil denunciaron al Estado mexicano ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por la violación sistemática y generalizada de los derechos de los migrantes, con medidas como el despliegue de la Guardia Nacional entre frontera norte y sur.
Estrategias no funcionan
Pero esa estrategia de mano dura no ha funcionado para disuadir el periplo de los migrantes, como tampoco han rendido frutos esfuerzos como el Plan Iniciativa para la Prosperidad del Triángulo Norte de Centroamérica y el Programa Frontera Sur, que surgieron en los gobiernos de Barack Obama y Enrique Peña Nieto.
Esto porque “hay una mala comprensión del fenómeno migratorio en Centroamérica”, y se parte de que la causa fundamental es la pobreza y la falta de oportunidades, explicó Cascante.
Aunque son dos causas importantes, hay otra que es “también muy pesada” y es el fenómeno de la violencia vinculada con maras, con carteles del narcotráfico e, incluso, con el Estado.
“Entonces cuando los programas de lucha contra la migración se centran solo en una de las causas y no se dan cuenta que las otras causas también pesan, el fenómeno se sigue dando”, acotó.
Otro factor es que estos programas “son muy verticales”, se negocian y planean desde la visión del cooperante, pero no toman en cuenta la diversidad de las comunidades y no tienen mucho que ver con las necesidades de estas, por lo que no son efectivos a la hora de desarrollarse.
El tercer elemento es que, en muchos de esos programas, que se ejecutan a través del Estado o de oenegés, el dinero se pierde por la corrupción o porque no se tiene claridad del lugar al que va dirigido.
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Lucha contra la corrupción
La nueva política del gobierno de Estados Unidos de atacar la corrupción en Centroamérica para combatir las causas de la migración tiene también sus contrapesos.
“Lo que pasa es que los Estados Unidos tiene varios límites en ese proceso”, dijo Cascante.
El primero “es su temor al aumento de la influencia china en Centroamérica, y muchas veces han tenido que tolerar gobiernos que son altamente corruptos”, si ello les garantiza “que no llegue la izquierda o partidos o movimientos de centro-izquierda” al poder.
“Fue el caso de Juan Orlando Hernández, todo mundo sabía que tenía vínculos con el narcotráfico, pero los Estados Unidos, bien que mal, lo sostuvo hasta que ya no fue presidente en Honduras y luego lo extradita”.
A criterio del analista, lo mismo pasa en Guatemala, donde “estamos viviendo una situación de crisis muy fuerte de corrupción en el Estado”.
Entonces, “creo que hay muchas autoridades que prefieren sacrificar la lucha por la corrupción a cambio de tener un gobierno que combata la migración”.
El segundo elemento “es la importancia que los Estados Unidos le dan a Centroamérica, en el aspecto del gran juego geopolítico” en el cual “han dejado de atender los asuntos centroamericanos en general y lo que les preocupa es la migración”.
Compensación política
México no solo es país de tránsito y destino, sino también expulsor de migrantes, de allí que AMLO instaurara al inicio de su gobierno los programas “Sembrando Vida», para la generación de empleo en las poblaciones campesinas, y “Jóvenes construyendo el futuro”.
El gobierno mexicano donó $30 millones para la ejecución de estos programas en Honduras, que también han sido implementados en El Salvador. Durante su gira, AMLO buscará sumar a Guatemala y Belice en esa iniciativa.
Para el analista Cascante, estos programas son una especie de compensación política de México que, por un lado, aplica mano dura a los migrantes y, por el otro, busca mostrar que se “preocupa” por los países expulsores de estos.
“El enorme problema es la capacidad de fondos de México” para sostenerlos, además de la gran duda de si después de finalizado su mandato en octubre de 2024, el próximo gobierno les dará continuidad, opinó el analista.
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¿Y Nicaragua?
La gira de AMLO por Centroamérica y el Caribe no incluye a Nicaragua, pese a que este país enfrenta una de las mayores crisis migratorias de la región. Solo en el primer trimestre de este año un total de 41,074 nicaragüenses fueron reportados por la patrulla fronteriza en el sur de Estados Unidos.
Datos recabados por Expediente Público revelan que al menos 284 mil nicaragüenses abandonaron el país desde 2018 y son solicitantes de refugio, sobre todo en Estados Unidos y Costa Rica, y en menor grado en España, Panamá y México.
“La Secretaría de Relaciones Exteriores de México, si bien ha tenido una posición hacia Nicaragua, no de rechazar al gobierno porque México no tiene esa línea en su política exterior de esta administración, sí tiene claro que una visita del presidente López Obrador a Daniel Ortega tendría una simbología que no es la adecuada en este momento para México”, reaccionó Cascante.
Las visitas en esta gira “son a países donde, digamos, hay relaciones más o menos aceptadas por los Estados Unidos”.
En el caso de Cuba “hay violaciones a derechos humanos totalmente determinados”, en el caso de El Salvador también las hay, “pero no están tan cuestionados como el gobierno de Daniel Ortega”.
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Cuba, el último destino
Tres países no están invitados a la Cumbre de las Américas: Venezuela, Nicaragua y Cuba.
De esos tres países, Cuba es el último en la gira de AMLO por la región y el que representa la tercera comunidad hispana más grande en Estados Unidos.
Casi 79 mil cubanos han llegado a la frontera sur de Estados Unidos desde octubre pasado, el inicio del año fiscal 2022, según la CBP.
“Es razonable en la lógica del presidente mexicano esta visita y también es razonable si uno de los temas centrales es la migración, porque hoy el protagonista de la crisis migratoria, que sufren incluso países centroamericanos, es precisamente el pueblo cubano”, dijo a Expediente Público el director de Estrategias del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, Yaxys Cires.
Sin embargo, consideró que en la reunión de AMLO con el presidente cubano Miguel Díaz-Camel no se abordarán “las causas reales por las que migran los cubanos, que en este momento estamos viviendo una estampida en todas las direcciones, principalmente hacia Estados Unidos”.
Esas causas son el fracaso del sistema en lo político, lo económico y lo social, dijo Cires.
“Más bien lo que hará es consolidar los acuerdos bilaterales que ya estaban suscritos entre gobiernos mexicanos anteriores y el régimen cubano, que lo que implica es la deportación o el regreso de cubanos que sean detenidos en México”.
Mencionó que los presidentes mexicanos siempre han tenido una buena relación con Cuba y algunos incluso han manifestado la necesidad de que ese país avance hacia una democracia, pero en el caso de AMLO “esa relación es más entusiasta, más militante, en favor del régimen cubano”.
Un problema creciente
Durante el año fiscal 2021, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por sus siglas en inglés) 1.7 millones de personas trataron de ingresar ilegalmente a Estados Unidos. En lo que va del año fiscal 2022, la cifra ya supera el millón.
Entre enero y abril de 2021, las autoridades mexicanas registraron 56,622 casos de migrantes que no acreditaron su estatus migratorio regular, de los cuales el 94% procedía de Honduras, Guatemala y El Salvador, una pequeña muestra de cuáles son los principales países expulsores de migrantes en el Istmo.
Esa afluencia podría dispararse si el gobierno estadounidense pone fin el próximo 23 de mayo a una medida sanitaria implementada en marzo de 2020 que expulsa de forma masiva a los migrantes, quitándoles la posibilidad de solicitar asilo.