** Fuentes confiables en Washington DC. revelaron a EP que temen que la negativa del Secretario General de la OEA erosione la institucionalidad de la CIDH y siente un mal precedente.
El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, habría manifestado su negativa a renovar un segundo periodo al secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Paulo Abrao, informaron a Expediente Público fuentes confiables en Washington D.C.
De acuerdo a las fuentes, la objeción de Almagro a la renovación del contrato de Abrao parece estar basada en un informe de la Oficina del Ombudsperson de la OEA, el cual sin embargo ya habría sido revisado y considerado por la CIDH antes de reiterar su posición de darle un segundo mandato a Abrao.
De acuerdo a información publicada en el sitio web de la organización regional, la Oficina del Ombudsperson se encarga de resolver conflictos y preocupaciones laborales.
Aunque se desconoce los detalles del informe de la Ombudsperson, esto “no cambia el hecho de que el secretario general no tiene autoridad para imponer un secretario ejecutivo de su elección a la CIDH”, reiteró la fuente.
Abrão, de origen brasileño, es el Secretario Ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), cargo que asumió el 16 de agosto de 2016 por un periodo de cuatro años. Tiene doctorado en derecho por Pontificia Universidad Católica de Rio de Janeiro y un posgrado en Derechos Humanos y Procesos de Democratización en la Universidad de Chile.
Aunque fue designado por la Secretaría General de la OEA, hubo un proceso público a cargo de la Comisión y una selección entre 90 candidatos. Los miembros de la CIDH tienen la opción de ser reelecto una sola vez, de acuerdo al reglamento de la institución.
¿Qué hay detrás de la negativa de Almagro?
Otra fuente en la capital estadounidense, consultada por Expediente Público, estimó que tras la negativa de Almagro estaría un desacuerdo en cómo Abrao ha abordado la crisis política y la reiterada violación de los derechos humanos en Nicaragua y Venezuela.
Además, prevalece el temor de las organizaciones que trabajan en la capital de Estados Unidos de tener un mal precedente con la injerencia de Almagro y que este afecte la independencia de la Comisión.
Aunque la fuente que pidió confidencialidad por lo delicado del tema no está claro de las razones por las que Almagro podría torpedear la continuidad de Abrao, manifestó que “me parece muy peligroso que un secretario general pueda violar la autonomía de la Comisión, es extremadamente preocupante más allá de los motivos (de no renovar el periodo de Abrao), no es su función (de Almagro) tomar esa decisión”.
La decisión está en manos de la OEA y entre martes 25 y miércoles 26 de agosto debería hacer público a la continuidad o no del secretario ejecutivo de la CIDH.
Organizaciones en Washington estarían consultando con el secretario general Almagro en privado para transmitirle que este es un paso peligroso que debilitaría institucionalmente a la CIDH y socavaría la propia reputación y esfuerzos de Almagro para fortalecer los derechos humanos.
“Negarse a renovar el contrato de Abrao es una seria injerencia en la autonomía de la CIDH y sienta un precedente perjudicial que podría ser utilizado por los futuros secretarios generales para politizar la CIDH. Creará una fisura profunda y pública entre el Secretario General Almagro y la CIDH, que será en detrimento de ambas partes”, sostuvo una de las fuentes.
REPERCUCIONES PARA NICARAGUA
Abrao desde la CIDH ha sido reiterativo en denunciar los abusos que ha cometido el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo desde las protestas que iniciaron hace más de dos años. Al respecto, cabe recordar que el secretario ejecutivo de la Comisión visitó el país en mayo de 2018 y tras esa visita se confirmó internacionalmente que la versión oficial de un “intento de golpe” no tenía asidero y, por el contrario, el gobierno era responsable de graves violaciones a los derechos humanos de los nicaragüenses.
La defensora de derechos humanos Vilma Núñez Escorcia, presidenta del CENIDH, señaló que el secretario ejecutivo de la CIDH está “muy compenetrado con Nicaragua, nos contesta inmediatamente a cualquier pregunta”, mientras Almagro «tiene que ver más con lo político, a veces lo veo que da giros para un lado y para otro”.
“Me preocupa que piensen cambiarlo, sería tremendo que lo quiten, a mí parece que ha apostado bastante al desarrollo de la Comisión”, expresa Núñez, quien después de litigar por décadas en la Comisión Interamericana y con amistad directa con todos los que han sido secretarios ejecutivos afirma que “nunca había visto a un secretario ejecutivo con una dedicación tan directa. Lógicamente a él le tocó el periodo del fortalecimiento institucional que cambió muchísimo a la Comisión, introdujo una serie de mecanismos”.
Precisamente, el Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (Meseni) de la CIDH cumplió el pasado 23 de junio, dos años de haberse instalado y de seguir monitoreando las violaciones a los derechos humanos de los ciudadanos.
Abrao ha sido fundamental en el fortalecimiento institucional, pero no sabemos qué problemas hay internos o la percepción que hay sobre el trabajo, desde afuera, concluyó la defensora de derechos humanos.