La religión en Nicaragua es omnipresente y destaca en casi todos los aspectos de la vida cotidiana. Por eso, los curas en Nicaragua tienen una notable influencia en la opinión pública y por ende en la política. A pesar de eso, el Frente Sandinista ha tenido durante cuatro décadas una relación conflictiva con un amplio sector del clero, pese al coqueteo de la familia Ortega-Murillo con los religiosos que se disolvió con violencia en 2018.