* Armando Chaguaceda, analista y politólogo cubano, señala que el acercamiento del presidente Donald Trump con Vladimir Putin no es un respiro para las dictaduras de América Latina.
**Los regímenes de Nicaragua, Venezuela y Cuba podrían experimentar nuevamente “la mano dura” con administración de Trump.
***Aprovechar el apoyo del secretario de Estado Marco Rubio es crucial para desmantelar dictaduras de la región, aconseja Chaguaceda.
Sharon Ardon / Expediente Público
Estados Unidos experimenta profundas transformaciones en su política exterior a partir de enero de 2025 cuando asumió la presidencia Donald Trump.
Desde la imposición de arancel del 125% a productos chinos, hasta un notable giro en las relaciones con la Rusia de Vladimir Putin, pasando por la cancelación de la ayuda a movimientos democráticos.
Uno de los cambios más notables es el acercamiento con Rusia, país que invadió a su vecina Ucrania, en febrero de 2022.
“Hay una relación personal cálida por lo menos entre los dos mandatarios (Trump y Putin) de una manera inédita como no ha habido nunca en las últimas décadas en la política exterior norteamericana”, subrayó el politólogo cubano, Armando Chaguaceda.
Esto lo describe como una “primavera diplomática”.
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Chaguaceda, en una entrevista brindada a Expediente Público analizó el impacto de esta relación Trump-Putin en las autocracias de América Latina.
No es un bloque
Si bien, a criterio del académico, esta primavera diplomática entre ambos gobiernos tiene bases transaccionales e ideológicas, no se traduce en una relación sólida, no están formando un bloque.
A su vez, Chaguaceda puntualiza que no hay una analogía entre «dos animales políticos».
Mientras en Rusia el gobierno, el Estado y el régimen se unifican en una sola entidad autoritaria, en Estados Unidos todavía persiste un sistema democrático, aunque el gobierno actual pueda tener tendencias populistas en donde, a la vez, intenta copar en la institucionalidad.
Mantiene política de mano dura
Pese a este aparente acercamiento entre Washington y Moscú, este último, aliado de regímenes dictatoriales, Trump no reduciría las sanciones contra ellos, al contrario, las endurece.
Así lo analizó el politólogo, señalando que se mantiene una política «de mano dura con estas tres tiranías y autocracias».
Chaguaceda es del criterio que, “si bien hay un cambio en la relación entre Rusia y Estados Unidos por el vínculo de los dos mandatarios, eso no significa (…) que en el caso de América Latina y de las tres autocracias se produzca un approachment (acercamiento) entre Estados Unidos y ellas”.
Presión contra Venezuela
En lo que concierne a la Venezuela bajo el régimen de Nicolás Maduro, Trump anunció la revocación de la orden de flexibilización de sanciones para Venezuela.
Cabe recordar que su predecesor Joe Biden hizo acercamientos con Maduro, flexibilizando las sanciones de la industria petrolera y otorgando licencias de operación a multinacionales con el fin de llevar a una elección democrática, lo cual no ocurrió.
“Por la presente, revertimos las concesiones que el corrupto Joe Biden le dio a Nicolás Maduro, de Venezuela, sobre el acuerdo de transacción petrolera, con fecha del 26 de noviembre de 2022, y que también tiene que ver con las condiciones electorales dentro de Venezuela, que no han sido cumplidas por el régimen de Maduro”, publicó Trump en su cuenta de Truth Social el 26 de febrero del 2025.
Lo que sugiere que el mandatario norteamericano podría intentar repetir su política de mano dura contra el régimen chavista como en su primer gobierno (2017-2021).
Intenciones de Biden
“La administración de Biden, quizás con buenas intenciones, confió demasiado en lograr cambios comportamentales en las tres dictaduras de América Latina”, definió el analista.
Sin embargo, las consecuencias de sus buenas intenciones denotaron que esas tres “tiranías se rieran de eso”.
“Ahí están los acuerdos para las elecciones en Venezuela, ahí está lo que no pasó después de la excarcelación de los presos en Nicaragua, ahí está lo que no pasó después del acercamiento económico con Cuba”, ejemplificó.
Citando al diplomático estadounidense George Kennan figuró que son regímenes invulnerables a la lógica de la razón, pero vulnerables a la lógica de la fuerza.
Por lo tanto, “tienen que ser tratados en la misma medida que ellos tratan a sus pobladores, a sus oposiciones con dureza, con firmeza, pero con inteligencia”, concretó.
Desequilibrio del Orden Liberal Internacional
El académico atribuye los cambios en el tablero geopolítico al declive del Orden Liberal Internacional que surgió tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Explicó que Estados Unidos promovió y defendió este orden «de una manera imperfecta, pero real, en su compromiso con los valores democráticos».
Como consecuencia de un cambio de época, Chaguaceda lamentó que, como Gobierno, Estados Unidos ya no es ese pilar de las libertades, lo que afecta, evidentemente a los activistas democráticos que luchan contra regímenes autoritarios.
Un ejemplo de lo anterior sería la decisión que tomó a pocos días de llegar al poder el mandatario estadounidense de congelar el financiamiento a la la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), la cual apoyaba a la defensa de la democracia, entre otros temas.
Ante este escenario, “lo que creo que tienen que hacer los activismos, la lucha prodemocrática en Cuba, Nicaragua y Venezuela es mucho pragmatismo y mucho leer las experiencias de la historia”, puntualizó.
Lobby inteligente y selectivo
El experto, además, advirtió que, ante un gobierno con una clara orientación de cambio ideológico, la Secretaría de Estado bajo el liderazgo de Marco Rubio como un actor de moderación dentro del sistema “debe resistir de respaldar única y exclusivamente a aquellos aliados que le son ideológicamente afines”.
“Tiene que poner la lucha por el restablecimiento de la democracia en esos países como un objetivo y no el apoyo a aquellos activistas que coinciden con su agenda”.
Sobre todo, sugirió a las oposiciones de las dictaduras “hacer un lobby muy inteligente, selectivo” y hacer un análisis y lectura de lo que puede esperar de las figuras del escenario geopolítico.
Aprovechar a Rubio
Medidas recientes como la de atención al tema de la explotación de los médicos en Cuba, la restricción a las inversiones petroleras en Venezuela y volver a discutir el tema de las sanciones en Nicaragua le indican a Chaguaceda que hay elementos positivos propiamente de la agenda de Rubio.
De tal manera, que habiendo un compromiso del actual secretario de Estado con la región se debe “explotar esa figura”.
No obstante, sugiere un equilibrio; “tener el pulso firme para agradecer todo el apoyo que venga de Estados Unidos como de otras partes sin comprometer la agenda de estas oposiciones”.
Tener postura pragmática
En ese sentido, el experto recomienda a las oposiciones latinoamericanas a adoptar una estrategia pragmática.

Es decir, no se trata de casarse con un solo aliado global, sino de “usar creativamente todas las alianzas en algunos casos axiológicas por coincidencia de valor, en otros casos prácticos, por conflictos geopolíticos”.
Citó como ejemplo al expresidente de Sudáfrica, Nelson Mandela, quien aceptó apoyo de figuras como Muammar Gadafi y Fidel Castro sin que eso conllevara a que su modelo fuera un estado islamizado ni un régimen comunista.
Por lo que concluye, en este apartado, que la misión de las oposiciones debe ser salir de sus respectivas tiranías y no la de alinearse ideológicamente.