Medio millón de hondureños en riesgo de deportación en EE. UU. 

Medio millón de hondureños en riesgo de deportación en Estados Unidos 

* ¿Está Honduras preparada para recibir casi medio millón de migrantes hondureños que se encuentran en listas de orden de deportación en Estados Unidos? 

** Decisión de extender o no el TPS a los hondureños recae en el presidente estadounidense Donald Trump, cuya política antinmigrante es más severa que la del exmandatario Joe Biden. 


Sharon Ardon / Expediente Público 

Solo una pequeña maleta con sus pocas pertenencias acompañaba, en la ciudad de San Pedro Sula, a una madre hondureña, que pide no revelar su nombre, que junto a sus dos hijas fueron deportadas desde Estados Unidos en enero de 2025. 

Pasaron cinco meses de incertidumbre en México sin saber si podrían quedarse o las enviarían de regreso, por lo que decidió cruzar la frontera con sus hijas y entregarse a la patrulla fronteriza.  

Después de siete días detenida en El Paso, Texas, el 16 de enero de 2025 una oficial de migración le dijo: “Estás deportada a Honduras y castigada por cinco años por haber entrado ilegal a los Estado Unidos”. Así lo relató a Expediente Público la ciudadana.

Este testimonio se suma al de miles de hondureños deportados en los últimos meses. Hay aproximadamente medio millón de hondureños en Estados Unidos que enfrentan el riesgo de correr con el mismo infortunio. 

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Un sistema migratorio restrictivo 

“Se detendrá inmediatamente toda entrada ilegal, y comenzaremos el proceso de devolver a millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de donde vinieron”, anunció el 20 de enero, en su primer discurso como el 47 presidente de Estados Unidos, Donald Trump.  

El mandatario estadounidense anunció que enviará tropas a la frontera sur para “repeler la desastrosa invasión de nuestro país”. 

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Última caravana se fragmenta en Guatemala 

Una centena de hondureños emprendió, el 7 de enero, una caravana tratando de cruzar a Estados Unidos antes de la llegada de Trump al gobierno.

De acuerdo con el director del Instituto Nacional de Migración (INM), Wilson Paz, le dieron seguimiento a la caravana hasta que llegaron a Guatemala, y luego perdieron el rastro ya que en el trayecto la misma se segmentó y cada uno tomó su camino hacia la frontera de México.  

Estas caravanas, que de forma esporádica se organizan en pequeños grupos desde plataformas como Tik Tok y WhatsApp y ubican como punto de encuentro la Gran Central Metropolitana de San Pedro Sula. Surgen en un contexto en donde Honduras es uno de los países más pobres y peligrosos de Latinoamérica. 

“Esta población que está huyendo porque no tiene otra opción, porque está asfixiada en Honduras porque no tiene alternativas”, dice a Expediente Público la experta en temas migratorios, Itsmania Platero. 

“No queda otra (alternativa más) que enfrentarse a un sistema migratorio de restricción, de contención que no le permite nada en otro país”, agregó. 

Hondureños desafían políticas de Trump 

Sin embargo, para Platero “ellos (migrantes) no van a nada a México, la política de Trump es clara y estamos observando la entrada de hondureños que vienen sin nada, sin dinero, sin casa”. 

Y es que, las deportaciones masivas de hondureños ya han comenzado a intensificarse.  

El INM detalla que el 2024 cerró con 42 mil hondureños deportados y se espera un aumento desde territorio estadounidense. 

Solo en los primeros días de enero, aterrizaron seis vuelos provenientes de Estados Unidos con aproximadamente 1,000 hondureños retornados.  

Son distintos los escenarios que viven miles de migrantes hondureños en Estados Unidos.  

Preocupación entre migrantes hondureños 

“Entramos al país de forma irregular (mojados), es un viaje largo, complicado y muy peligroso, pero uno se arriesga buscando mejores oportunidades de vida” contó Estefanía Reyes (seudónimo) a Expediente Público.  

Reyes es una hondureña que radica junto a su familia desde hace 3 años en Estados Unidos. Tomaron la decisión de emigrar debido al desempleo, la falta de oportunidades y deseo de un futuro mejor el que ahora están logrando gracias a su esfuerzo de trabajo.  

Sin embargo, todo lo que han logrado construir con sacrificio se encuentra en riesgo enfrentando la amenaza constante de ser deportados.  

“Es injusto” dice Reyes; “pagamos impuestos, no rompemos la ley, pero aun así nos enfrentamos a la amenaza de ser deportados”.  

Casi medio millón en lista de deportación 

Según datos del Centro de Información y Acceso de Registros Transaccionales (TRAC, por sus siglas en inglés), son 488.397 los hondureños que actualmente se encuentran en listas de orden de deportación. 

Este riesgo también afecta a grupos que por años han dependido de programas de protección como los beneficiarios de DACA (Acción Diferida para los Llegados en la Infancia) y del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés). 

Actualmente, 54, 290 hondureños dependen del TPS para permanecer en territorio estadounidense.   

Riesgo de cancelación de TPS 

María Mendoza, beneficiaria del TPS expresó a Expediente Público que experimentó una “grave frustración” cuando se dio cuenta que Honduras fue excluido de la lista de países a los que se le extendió el plazo del TPS el pasado 10 de enero de 2024.  

Entre los países a los que sí se les aprobó la extensión por 18 meses más están Venezuela, El Salvador, Ucrania y Sudán.  

Ante la suspicacia del porqué no fue extendido a Honduras, la Cancillería publicó un comunicado en el que señala que las decisiones recientes de EE. UU. sobre el TPS para los hondureños son administrativas y no afectan las relaciones bilaterales.  

Aclaran también que la falta de extensión del TPS para los hondureños en este momento responde a que la fecha de finalización, que es el 5 de julio del 2025. La posición de la Cancillería hondureña es que le toca al Gobierno de Trump decidir sobre la extensión del TPS que vence en seis meses.  

En esa línea, Wilson Paz, director del INM dijo a Expediente Público que la decisión de extender o no el programa de protección para los hondureños en EE. UU. recae directamente en Trump.  

Cabe recordar que, el mandatario republicano, en su primera administración de EE. UU. que inició en enero de 2017, eliminó el TPS a varios países, entre ellos Honduras. No obstante, se revirtió debido a una demanda que interpuso la Alianza Nacional TPS.  

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Repercusiones negativas 

Mendoza explicó a Expediente Público lo que representa ser beneficiario del TPS en Estados Unidos y cómo la posibilidad de perder este estatus sería inconcebible.  

Para ella, el TPS no solo le permite vivir en un entorno más seguro, sino también trabajar, aportar a la economía estadounidense y enviar remesas que sostienen a sus familiares en Honduras.  

“Si nosotros somos expulsados perdemos todo y ese es nuestro dinero. Corremos tanto riesgo y eso es lo que a nosotros nos pone a temblar, nos da pánico”, expresó.  

Adicional a eso, los migrantes hondureños critican las decisiones del Gobierno de Xiomara Castro que tendrían efectos contraproducentes, por ejemplo, denunciar el acuerdo de extradición y amenzar con cerrar la base militar estadounidense de Palmerola.

Mendoza aseveró que ante la indiferencia del gobierno oficialista, quienes además se oponen a reunirse con la diáspora, desde la Fundación 15 de Septiembre están trabajando de forma ardua y se van a agotar todas las instancias en EE. UU. para que el TPS les sea extendido.

Confrontación diplomática  

La relación entre Honduras y Estados Unidos bajo la administración de Castro ha estado marcada por confrontaciones, lo que se agudizó en 2024 con la decisión del gobierno hondureño de eliminar el tratado bilateral de extradición.  

Por otro lado, el 1 de enero de 2025, durante su discurso, Castro fue más allá y lanzó una amenaza directa a la nueva administración de Trump refiriéndose al posible cierre de la base militar estadounidense de Palmerola en Honduras. Esto si EE. UU. adoptaba una postura más hostil hacia migrantes hondureños.  

La presidenta Castro advirtió que “frente a una actitud hostil de expulsión masiva”, podría considerar un cambio en las políticas de cooperación en el campo militar con EE. UU. “que en este caso perdería toda razón de existir en Honduras”.  

Instan a diálogo y acercamiento 

En ese sentido, para la abogada experta en derecho internacional Jimena Bonilla lo de amenazar una potencia como la de EE. UU. y la forma en la que se han estado manejando las relaciones bilaterales “no han sido las mejores medidas”.  

Según Bonilla, la presidenta Castro “necesita un poco más de asesoramiento en el mundo de derecho y relaciones internacionales”, dice a Expediente Público. Abogó que siempre es mejor el diálogo y llegar a un consenso.  

La abogada agregó que un país en desarrollo como Honduras, cuya economía se sustenta de las remesas que mandan los connacionales en EE. UU. debe buscar estrategias para acercarse a la nueva administración de Trump y no dejar enfriar las relaciones.  

Bonilla vaticina que Trump va con la intención de ordenar su casa; “él quiere, como es correcto, que cada país se haga cargo de sus nacionales”.  

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¿Está Honduras preparada para recibir a los deportados? 

Los testimonios que brindaron las dos hondureñas a Expediente Público coinciden en que retornar a Honduras en las condiciones actuales del país es desolador.  

Para la abogada, incluso para los aproximadamente 9 millones de personas que residen en el país es difícil, es un reto enfrentar las dificultades cotidianas lo que se agravaría aún más con el regreso masivo de migrantes.  

Respecto a las cifras de deportaciones que avizoran, el director del INM señaló que una cantidad tan grande como la que se menciona sería complejo, incluso, para Estados Unidos.  

“Con las magnitudes de personas mencionadas, como 11 millones de personas, sería un escenario que tomaría 11 años para que eso pase, no creo que el gobierno de Trump logre deportar esa cantidad”, dijo Paz. 

Sin embargo, anticipa un incremento en los esfuerzos de deportación. En consecuencia, asegura que el gobierno está tejiendo una estrategia integral y regional “para responder a los posibles cambios en las políticas migratorias estadounidenses”.  

Asimismo, detalló estar preparados con los centros de atención para deportados en los municipios de Omoa, San Pedro Sula y la Lima en el departamento de Cortés donde brindan atención médica, psicológica a los connacionales.   

Además de brindarles alimentación, hospedaje y kits de higiene también se les cubre el pasaje hasta su lugar de origen. Así como la implementación de un plan de reintegración que beneficia a los migrantes.  

Finalmente, subrayó que el enfoque del gobierno de Castro es atacar las causas que provocan la migración como la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades.  

Afirmó que “las cosas en Honduras se están tejiendo de una manera diferente” para brindarle respuesta de oportunidades al hondureño y así evitar que busque otras alternativas como emigrar.