* En Guatemala hay 26 cárceles con una tasa de hacinamiento de 376%.
** De 26,000 privados de libertad, 4,000 ya cumplieron condena, pero no son liberados, porque deben multas al Organismo Judicial.
Marysabel Aldana / Expediente Público
Las cárceles en Guatemala enfrentan una crisis profunda que refleja la ineficiencia del sistema judicial y penitenciario, así como las desigualdades sociales, económicas y la corrupción que impera en el país, advirtieron analistas a Expediente Público.
El Centro de Detención “El Infiernito”, ahora “Renovación 1” en Escuintla, simboliza el deterioro del sistema penitenciario por su hostilidad y grave sobrepoblación.
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Hacinamiento en las cárceles de Guatemala
El sistema penitenciario guatemalteco, con capacidad para 6,800 reclusos, alberga más de 26,000, reflejando un hacinamiento extremo del 376%, según el Ministerio de Gobernación.
El portavoz del Organismo Judicial, Rudy Esquivel, informó a Expediente Público que más del 50% de los reclusos están en prisión preventiva, agravando el colapso penitenciario.
La Policía Nacional Civil aseguró a Expediente Público que las condiciones carcelarias permiten a los grupos delictivos operar desde el interior, causando violencia dentro y fuera.
“El Infiernito”: máxima seguridad en Guatemala
El Centro de Detención Preventiva para Hombres de Máxima Seguridad, conocido como “El Infiernito”, y que recientemente fue cambiada de nombre a “Renovación 1”, está ubicado en el departamento de Escuintla.
Fue diseñado para albergar a reclusos de alta peligrosidad, como líderes de pandillas y narcotraficantes. Sin embargo, la sobrepoblación también alcanzó a este centro, comprometiendo su funcionamiento y seguridad.
“El Infiernito” se caracterizaba por su estricta vigilancia, pero las denuncias de corrupción cuestionan la efectividad de las medidas de seguridad.
Según reportes de la PNC, en varias ocasiones se detectaron intentos de extorsión y coordinación de actividades ilícitas desde el interior del penal.
Ante estas denuncias, se inició con un proceso de reestructuración y mejoramiento del centro carcelario.
Remozamiento de “El Infiernito”
El domingo 2 de junio de 2024, Gobernación informó que con el despliegue de más de 400 agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) y elementos de la guardia penitenciaria, se efectuó el traslado de 131 privados de libertad que permanecían en ese centro.
La mayoría de trasladados son integrantes de la pandilla del Barrio 18.
Esa medida se tomó luego de que cuatro líderes del Barrio 18 fueron aislados, por supuestos vínculos con el crimen del cantante guatemalteco Farruko Pop, cuyo cadáver fue localizado enterrado en una vivienda de la colonia El Limón, zona 18 de la ciudad de Guatemala.
El 26 de junio de 2024, en una transmisión en directo, el Mingob anunció la reconstrucción del centro carcelario, tras diversos hallazgos; una granja con animales de patio, así como cocodrilos.
Además, hallaron televisores, equipos de sonido, refrigeradoras, aires acondicionados y sillas para jugadores de videojuegos.
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El 16 de octubre, el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, realizó una inspección para verificar cada aspecto del proceso de remodelación de las instalaciones y los sistemas de control implementados.
En ese momento se había avanzado en 4 de las 8 fases para la renovación de la prisión.
Con la entrega física al presidente Bernardo Arévalo, el pasado 5 de noviembre, se cumple con la fase 7, quedando pendiente el proceso para las visitas guiadas.
Cárceles fomentan inseguridad
Para entender el problema de manera integral, varios expertos en seguridad han dado su opinión sobre el sistema penitenciario, el primero es Carlos Mendoza, analista en temas de seguridad y justicia.
Mendoza señaló a Expediente Público, que “el hacinamiento en las cárceles refleja el colapso de un sistema judicial que no prioriza la resolución ágil de casos”.
“Más del 50% de los reclusos están en prisión preventiva, lo que no solo satura el sistema, sino que también viola los derechos humanos de muchas personas”, dijo.
Lorena Escobar, experta en análisis político y seguridad, destaca que “el sistema penitenciario no está diseñado para la rehabilitación”.
“Las cárceles, especialmente ‘El Infiernito’, se convierten en academias del crimen, donde los reclusos son reclutados por grupos delictivos más grandes”, sostuvo.
Escobar considera que el remozamiento carcelario no será efectivo, ya que los mismos mecanismos y guardias facilitaron previamente el ingreso de objetos ilícitos al penal.
Violaciones a los derechos humanos
Edgar Guerra, defensor de los derechos humanos, recalcó a Expediente Público, que “la corrupción es el principal problema en el sistema penitenciario. Sin una supervisión transparente, las cárceles seguirán siendo un espacio de violencia e impunidad”.
Guerra reclama la violación a los derechos humanos en los penitenciarios, pero no es el único. Walter Ambrosio, sociólogo especializado en temas penitenciarios, mencionó, que “la inversión en infraestructura es necesaria, pero no suficiente”.
“Sin programas efectivos de reinserción, las cárceles seguirán siendo depósitos de personas, en lugar de espacios de rehabilitación”, agregó.
Las causas de la crisis penitenciaria
Para Ambrosio, las principales causas del colapso del sistema penitenciario están la ineficiencia judicial por la saturación de casos en el Organismo Judicial que retrasa los procesos, prolongando la prisión preventiva.
El experto destacó la corrupción interna, señalando que el ingreso de armas, drogas y bienes a cárceles ocurre con complicidad de funcionarios del Sistema Penitenciario.
El motín del 20 de mayo de 2021 en Cantel, Quetzaltenango, evidenció la vulnerabilidad carcelaria, dejando siete muertos tras una pelea entre pandillas rivales.
Miembros de las pandillas Mara Salvatrucha y Barrio 18 decapitaron a la mayoría de las víctimas durante un enfrentamiento dentro de la prisión en Guatemala. Cerca de 500 agentes de la policía controlaron la situación en el penal.
El motín comenzó tras la muerte de Anais del Carmen Gamboa, esposa de Carlos Roberto León Barillas, alias «Juancho León Hijo», asesinada horas antes por dos motociclistas.
León Barillas actualmente cumple una condena por asesinato.
Ambrosio señala que el principal problema es la ausencia de programas de rehabilitación. Según la Asociación de Investigación y Estudios Sociales (ASIES), menos del 10% de los reclusos tienen acceso a programas de educación o capacitación laboral.
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Estructuras criminales de décadas
Carlos López, vocero del Ministerio de Gobernación, explicó a Expediente Público, que el colapso del sistema penitenciario tiene un impacto directo en la seguridad nacional.
“Las cárceles no solo son escenarios de violencia, sino que también funcionan como centros de operación para redes criminales, por ello estamos trabajando para erradicar esas estructuras criminales y el primer paso es ahora con Renovación 1, porque el compromiso de Gobierno es mejorar la seguridad”, comentó el funcionario.
El estado de las cárceles en Guatemala, simbolizado por casos como “El Infiernito”, evidencia la urgente necesidad de una reforma profunda en el sistema penitenciario, indicó el analista Ambrosio.
“Para avanzar, es esencial priorizar la justicia ágil, la rehabilitación de los reclusos y la transparencia en la administración del sistema”, agregó.
“Solo a través de un esfuerzo conjunto entre el gobierno, la sociedad civil y los organismos internacionales se podrá transformar este espacio de crisis en un modelo de respeto por los derechos humanos y justicia efectiva”, mencionó, por su parte, Mendoza.