* Los expresos políticos Víctor Hugo Tinoco y José Antonio Peraza plantearon en México que el diálogo y la unidad entre opositores es indispensable para sacar a Daniel Ortega del poder.
** Ambos desterrados participan en el programa Becas para la Democracia en Nicaragua del centro de pensamiento Expediente Abierto.
Expediente Público
El diálogo y la negociación para salir de la crisis es una vía que tienen los nicaragüenses para salir del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Sin embargo, las negociaciones deben tener la representación de los principales actores políticos y la oposición previamente debe conseguir la unidad, destacaron participantes del foro “Reflexiones sobre la situación política de Nicaragua y la democracia del futuro”, organizado por Expediente Abierto, Fundación sin Límites y Casa Centroamérica, en la Ciudad de México.
El foro es parte de las actividades que se realizan en el marco del programa de Becas para la Democracia en Nicaragua del centro de pensamiento centroamericano Expediente Abierto.
Los ponentes en el evento en México fueron los excarcelados políticos y becarios Víctor Hugo Tinoco y José Antonio Peraza, nicaragüenses del grupo de los 222 excarcelados políticos, desterrados y desnacionalizados por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo en 2023.
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También participaron Edson Martínez, coordinador de Vente Venezuela en México y la politóloga venezolana, María Isabel Puerta, profesora Adjunta de Ciencia Política en Valencia College en Estados Unidos.
Ambos venezolanos compararon de primera mano la crisis política venezolana para dar luces sobre una posible solución de lo que ocurre en Nicaragua, donde los opositores siguen divididos y sin espacios internos.
¿Se puede dialogar con Daniel Ortega?
Tinoco explicó que en un contexto de crisis prolongada como la que vive el país centroamericano “dialogar y negociar marca el curso de los acontecimientos”.
No negociar en conflictos como el de Nicaragua también “marca el curso de los acontecimientos y de la historia”, explicó Tinoco.
En ese sentido, el excarcelado político desarrolla con la beca la investigación sobre la “sistematización de experiencias de negociación política en Nicaragua: perspectivas personales sobre fallos, logros y retos”.
“Yo escogí el tema diálogo y negociación, porque siento que ese es un tema que, en el contexto de guerra civil, en el contexto de conflictos armados o de conflictos políticos sumamente violentos, el hablar de diálogo y negociación a veces se vuelve un anatema”, explicó Tinoco.
Daniel Ortega sin respeto a la vida y libertad
A pesar de los diálogos en Nicaragua en 2018 y 2019, así como el intento de acudir a elecciones en 2021, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo cerró las puertas a cualquier negociación.
De hecho, Tinoco pasó 606 días en prisión desde su captura el 13 de junio de 2021, en el contexto de persecución pre electoral, y fue liberado el 9 de febrero de 2023, pero bajo condición de destierro en un vuelo directo de Managua a Washington DC, Estados Unidos.
Por esos antecedentes recientes, al analizar las oportunidades y retos para la democratización de Nicaragua hablar de diálogo es visto con recelo y desconfianza por algunos sectores de la oposición en el país centroamericano, sobre todo los jóvenes.
El respeto a la vida y la libertad son factores que se deben tomar en cuenta en una negociación, porque “nadie negocia para que lo lleven a la cárcel”, afirmó Tinoco.
Pero, en Nicaragua más de 147 opositores y críticos del régimen Ortega Murillo en Nicaragua continúan en las cárceles del país centroamericano, según el Mecanismo para el Reconocimiento de Personas Presas Políticas.
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Además, más de 3,600 las organizaciones no gubernamentales fueron disueltas desde el estallido de la represión en 2018. Y al menos 800 mil nicaragüenses se han visto forzados a migrar por la crisis sociopolítica y económica.
“Están las heridas, están los golpes, está la prisión, están las confiscaciones y sobre todo en las generaciones jóvenes es un tema difícil de asimilar”, explicó Tinoco.
La importancia de la “unidad” opositora
Peraza investiga en el programa de la beca de Expediente Abierto las “concepciones de los grupos de oposición sobre el poder y su ejercicio”, analizando sus declaraciones donde todos sin excepción coinciden que es “necesario entrar en un proceso de negociación”.
A pesar de eso, según Peraza, estos grupos opositores no ven la posibilidad de unas elecciones libres, mucho menos con Daniel Ortega en el poder.
Por otra parte, son opositores que ideológicamente se describen como grupos de izquierda y derecha que consideran necesario y ponen “énfasis en la construcción de un nuevo sujeto político”.
A lo largo de su investigación, Peraza encontró que muchos opositores consideran importante “reconstruir el ecosistema político de sociedad civil en Nicaragua”, que ha sido totalmente destruido.
Por otro lado, los jóvenes insisten que la lucha más importante está dentro de Nicaragua, pero para avanzar hay que “construir una unidad”.
La experiencia venezolana
El venezolano Edson Martínez, coordinador de Vente Venezuela en México, explicó que, en el caso de su país, el proceso de las elecciones primarias opositoras, donde los “liderazgos naturales fueron posicionándose”, dieron la pauta para lograr la unidad política.
“El primer objetivo es conseguir un líder (…). Busquen la unidad de la ciudadanía, pónganse el color de la bandera primero y ya después vemos quién gana”, manifestó Martínez.
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Vente Venezuela es un movimiento político fundado por María Corina Machado, opositora que tiene como objetivo sacar del poder al chavista Nicolás Maduro, y que resurgió como una líder en el año 2023 al resultar ganadora de las primeras opositoras en Venezuela.
Martínez, quien participó en el foro organizado por Expediente Abierto, destacó que, al momento de concertar el liderazgo, se debe mantener el concepto democrático.
“Hoy, Edmundo González es el presidente y María Corina Machado, ojo, ella no es la candidata a presidente, es la líder y hay respeto por la líder, pero hay respeto por el presidente”, apuntó Martínez.
Tinoco comparó que durante la revolución sandinista no hubo un “líder colectivo” y que a “Daniel Ortega no lo conocía nadie”.
Lecciones aprendidas
Tinoco considera que los procesos negociadores y el diálogo “te ayuda o te desayuda, te permite avanzar o retroceder, según como lo llevés”.
Recordó que en los años setenta, la dictadura de Anastasio Somoza Debayle decidió no negociar y “atornillarse en el poder”.
También puso como ejemplo el conflicto armado de los años ochenta en Nicaragua, desde su punto de vista, terminó cuando los gobiernos de Estados Unidos y la extinta Unión Soviética se cansaron, por lo cual, “negocian que esa guerra se tenía que acabar”.
Tinoco, en la década de los ochenta ocupó importantes cargos diplomáticos en el gobierno sandinista, por ejemplo, embajador ante las Naciones Unidas y vicecanciller.
El ponente en el foro recordó que previó a las elecciones de 2007, las fuerzas liberales representadas por el expresidente Arnoldo Alemán (1997-2002) y el exdiputado Eduardo Montealegre, no fueron capaces de dialogar y negociar.
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“Eso marcó definitivamente el curso de los acontecimientos y la actual deriva que estamos sufriendo todos los nicaragüenses en este momento. Esa es la realidad, son las experiencias”, dijo Tinoco.
Si se toma la vía del diálogo es importante que “las partes sientan la necesidad de negociar”, insistió.
“En el caso nicaragüense habrá que ver cómo las partes que respaldan lo que es actualmente un régimen de autoritarismo extremo, convencen de que hay que negociar y, cómo también las partes convencen a la oposición de que tienen que buscar cómo ponerse de acuerdo para dialogar y para negociar”, reflexionó Tinoco.
Mantenerse en los medios
La politóloga venezolana, María Isabel Puerta, profesora Adjunta de Ciencia Política en Valencia College en Estados Unidos, explicó la importancia que desde la academia se mantenga el tema de la crisis en la agenda de los medios de comunicación.
“En los países sujetos a este tipo de regímenes es muy difícil investigar. Si no hay libertad de expresión, mucho menos hay libertad académica”, manifestó.
En el caso venezolano, según Puerta, no se dio el cierre de las instituciones educativas como en Nicaragua, pero “neutralizaron por la vía financiera” y eso limitó el trabajo de investigación sobre el deterioro de la democracia.
“Creo que es algo que podemos hacer desde la academia, mantener el tema (democracia) en los medios de comunicación”.
“Eso nos ha convertido en voceros, no de un movimiento político, sino de una realidad desde el punto de vista institucional, si nosotros hacemos la conexión entre la ausencia de libertades individuales y nuestro rol en la academia”, mencionó Puerta.
A los 20 becarios del programa de Expediente Abierto, Puerta recomendó aprovechar el espacio para sensibilizar, porque “llega un momento en que la atención desde el punto de vista regional baja la atención”, debido a otros problemas y crisis que hay en el mundo.
El programa Becas para la Democracia en Nicaragua de Expediente Abierto convocó a los 221 excarcelados políticos nicaragüenses, de los cuales seleccionó a 20 personas por su capacidad de incidencia y trabajos de investigaciones que propusieron para construir la democracia.
