* Expediente Público entrevistó en Asunción al viceministro de Seguridad de Paraguay, Óscar Pereira para conocer por qué podría interesar una política basada en un permanente estado de excepción.
** Con una tasa de homicidios de siete por cada cien mil habitantes, el gobierno de Santiago Peña se muestra interesado en replicar modelo de seguridad de El Salvador.
Perla Silguero /
Especial para Expediente Público / Paraguay
El gobierno paraguayo tiene interés en el modelo de seguridad de El Salvador. Oficialmente se informó del intercambio entre equipos técnicos de ambos países y el mismo presidente Santiago Peña se reunió con Nayib Bukele en San Salvador, durante la toma del segundo mandato el primero de junio de 2024.
Expediente Público entrevistó en Asunción al viceministro de Seguridad Interna de Paraguay, el comisario general en situación de retiro, Óscar Pereira, quien afirmó que “se dieron los primeros pasos de intercambio de experiencias. Todavía no han llegado policías de El Salvador”.
Pereira, quien fue director de Inteligencia de la Policía Nacional, indicó que el gobierno paraguayo tiene cooperación con Brasil, Argentina y Colombia.
«Se firmó con el FBI (Buro Federal de Investigaciones de Estados Unidos) un convenio en el cual se va a instalar una oficina en Paraguay, con policías paraguayos entrenados y capacitados por ellos”.
“Internacionalmente estamos fortaleciendo los vínculos, pero, muy particularmente, con El Salvador es un primer paso, son conversaciones que todavía no están avanzando», sostuvo.
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Paraguay, un país del Mercado Común del Sur (Mercosur), con cicatrices de la dictadura militar de 35 años (1954-1989), actualmente tiene diferentes problemas de seguridad, desde la delincuencia común de robos y asaltos, hasta bandas armadas, trasiego de drogas y la presencia de intereses económicos de la guerrilla islamista de Hezbolá, pero no hay maras.
Cecot, el modelo de megacárcel
Pereira considera que «podemos ver el tema del manejo de los centros penitenciarios, ver la forma en la que están controlando a las personas privadas de libertad, eso podría ser de interés en un momento determinado”.
La referencia es el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot), una cárcel de máxima seguridad en El Salvador que tiene a 70 mil reos en estricto aislamiento.
En Paraguay se realizó el operativo “Veneratio” en diciembre del 2023, en el penal Tacumbú, cuyo objetivo era recuperar el control de la cárcel. En esa acción murió un policía y once reclusos.
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¿Qué está copiando Paraguay a El Salvador?
El viceministro de Seguridad indicó que “interpretamos que una forma de contener la criminalidad urbana era ingresar al penal de Tacumbú. El Estado, prácticamente, no ingresaba en la penitenciaría. Entonces, se preparó la operación Veneratio”.
“Eran prácticamente 9 grupos criminales que estaban interactuando dentro. Lo que se hizo fue intervenir, que el Estado vuelva a tener posesión del penal y separar esos grupos criminales. Se distribuyeron, o se les ubicó en diferentes penitenciarias”, precisó Pereira.
También se inauguró en mayo, una nueva cárcel en Minga Guazú, que tiene medidas más extremas de seguridad.
Refirió que, al igual que Argentina, hay mucho interés en conocer la experiencia de las cárceles en el Salvador, debido a que, al menos en Paraguay, “no estaban cumpliendo con lo que eran sus finalidades, que es de rehabilitación, de dar tareas para que vuelvan a reinsertarse en la sociedad”.
“Queremos dar ejemplos positivos, para que las unidades penitenciarias cumplan su papel principal de reinsertar y rehabilitar a las personas privadas de libertad».
Sobre las medidas de extrema seguridad de los internos como en el Cecot salvadoreño, el viceministro explicó que construyeron nuevas unidades penitenciarias, donde hay “cierto régimen de aislamiento”, pero todo dentro del marco legal paraguayo.
“Ellos tienen un régimen: no se relacionan con los otros internos, tienen sus actividades, sus horarios de alimentación y sus horarios de caminata en un sector específico. El aislamiento se refiere a que las personas privadas de libertad no tienen contacto con otras personas privadas de libertad, pero sí se mantienen en relacionamiento con sus representantes legales”, aseguró.
Régimen de excepción
Con relación al régimen de excepción que también se está replicando en Honduras como lo hizo Bukele en El Salvador, indicó que Constitución del Paraguay es muy clara, en ese sentido, y tiene bien explícito en qué situaciones se puede implementar.
“Por eso digo, que El Salvador tiene una legislación y nuestra Constitución tiene otras determinaciones. Todas las actuaciones del Poder Ejecutivo, del Poder Judicial o del Poder Legislativo se enmarcan en la Constitución Nacional y el Estado tiene algunos requisitos que cumplir. No es una decisión personal determinar, o no, ese estado”.
“Los requisitos hablan de violencia extrema. Este tema del ataque a las instituciones. No se refiere específicamente a violencia urbana o violencia criminal”, aclaró.
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Paraguay y los derechos humanos
Refirió que una premisa del gobierno es el respeto a los derechos humanos, como a la propiedad privada, del mismo modo, indicó que no tenían ninguna denuncia, en este sentido.
Pereira llamó la atención que en los centros de formación de oficiales se enfatiza mucho la protección a los derechos humanos, inclusive, en la actuación policial.
“Acá en el Ministerio del Interior, por ejemplo, tenemos una dirección de Derechos Humanos, que aparte de dar capacitaciones de forma permanente, acompaña en ciertos procedimientos policiales, para darle garantías, tanto a los afectados como a los policías que van a estar en esta intervención”, precisó.
“Tratamos de marcar todas las actuaciones policiales dentro del marco constitucional legal, se respetan las garantías de los aprehendidos. Por más que haya criminalidad, siempre vamos a estar respetando los Derechos Humanos”.
“Pero dentro del marco de la ley, si hace falta hacer uso de la fuerza, se hace el uso de la fuerza de forma racional, sin llegar al extremo de la violencia de la fuerza del Estado contra las personas”, aseguró.
Hezbolá, ¿qué hace en Sudamérica?
En esta región es particularmente llamativa la presencia del grupo armado islamista de Hezbolá, milicia patrocinada por Irán.
La presencia en la denominada triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay, cerca de las famosas cataratas del Iguazú, fue detectada desde hace algunas décadas.
Pereira explicó que la presencia de Hezbolá no se da como un actor activo, pero hay ciertos comercios en Ciudad del Este, que podrían estar lavando de dinero y que ese dinero podría ser destinado para financiar al grupo terrorista.
“Hay actuaciones policiales, hay controles permanentes y en los últimos casos se tomaron medidas y se pusieron a disposición de la justicia, preferentemente, a ciudadanos de origen libanés. Incluso, ya hay extraditados a otros países”, sostuvo.
En 2018 extraditaron a Estados Unidos al brasileño de origen libanés Mahmoud Alí Barakat, por ejemplo.
Tráfico de armas
Por otra parte, “hay tráfico de armas, pero hasta ahora no de gran tamaño o grandes volúmenes”.
En enero se hizo la Operación Dakovo, en la que se incautaron cómo 2,500 armas por valor de casi 5 millones de dólares, pero esos eran grupos que se dedicaban al tráfico de armas, no precisamente que están relacionados con actividades en Ciudad del Este.
«Hay controles permanentes, nos falta mejorar preventivamente. Quizás, hay algunos casos muy puntuales que asumió este gobierno, donde hay una dinámica diferente a la gestión de seguridad. Tenemos fallas, tenemos críticas, pero eso hace que vaya mejorando nuestro servicio. Cada semana evaluamos la gestión para ir mejorando la siguiente».
«Si es que nosotros no atendemos mucho Ciudad del Este, quizá puede trasladarse a otra ciudad, pero hasta ahora ciudad del Este y Asunción son las más grandes ciudades comerciales y mantenemos un control efectivo sobre Ciudad del Este».
Sobre una posible vinculación de Hezbollah con otros grupos criminales de Nicaragua o de Centroamérica, indicó que existe una distancia geográfica.
Otros grupos criminales
Por otra parte, hay presencia del Primer Comando Capital (PCC) y el Comando Vermelho, con base en Brasil. Según datos del Ministerio de Justicia, en el 2022, el PCC contaba con 1,027 militantes, que estaban distribuidos en las seis penitenciarías regionales más importantes del territorio paraguayo.
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Por otra parte, el Clan Rotela, que es de origen paraguayo, tuvo sus inicios en el penal de Tacumbú, donde cumplía su condena su líder, Luis Armando Javier Rotela, apodado el “zar del microtráfico”, según autoridades controlaba la mitad de la venta de crack en todo el país.
Las autoridades de seguridad estimaban que esta organización podría tener entre 1,000 y 4,000 integrantes. Tras el operativo “Veneratio”, su líder fue traslado a una cárcel de máxima seguridad.
Los retos en seguridad que Tiene Paraguay
El viceministro de Seguridad Interna Óscar Pereira detalló que «estamos en un proceso de aumentar las capacidades de la Policía Nacional. No es excusa, pero solamente tenemos 24,000 policías operativos en la parte preventiva”, de los cuales la mitad está activa, mientras la otra mitad descansa.
Paraguay tiene diferentes problemas de Seguridad, de acuerdo a las regiones. “Teníamos la problemática del crimen organizado y el narcotráfico. En la zona fronteriza con Brasil tiene más aceptación las bandas organizadas como el PCC y Comando Vermelho. Con la influencia de ellos se obtiene tráfico de armas y tráfico de drogas”.
«En la región Central del Paraguay, donde la producción de ganadería y de agricultura es fuerte, tenemos el abigeato. Cada región tiene una característica propia. En la región metropolitana y el Departamento Central son frecuentes los robos domiciliarios. Estos arrebatos de los mal llamados motochorros”.
Pereira menciono que la afectación principal en Asunción y Central es el tema motochorros, “con base a eso hicimos la gestión de aumentar las capacidades de las Unidades Tácticas Motorizadas, que las llamamos Linces”.
Por otra parte, 5,000 jóvenes se están formando en 10 centros, estos entraron en febrero y estarán operativos en diciembre. Cada año se formará una cantidad similar de policías, dijo Pereira.
La Policía Nacional del Paraguay tiene 29,000 efectivos en total, pero el Ministerio del Interior tiene proyectado tener 60,000 como mínimo. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), tras el último censo realizado en el 2023, el Paraguay cuenta con 6.1 millones de habitantes.