* El régimen de Nicolás Maduro generó en Venezuela un impuesto en plena campaña electoral, se presume que es para financiar a su partido.
** Los grandes capitales internacionales se encuentran en una posición de “esperar y ver”, ante la posibilidad de un cambio político en Venezuela.
Expediente Público
Una legislación aprobada en plena campaña electoral obliga a todos los factores de producción privada de Venezuela a entregar al Ejecutivo una “contribución especial” equivalente al 9% de sus gastos mensuales de nómina.
El 22 de mayo, la patronal empresarial venezolana Fedecámaras emitió un comunicado para solicitar al gobierno de Nicolás Maduro la “reconsideración” de los términos en los que fue aprobada la Ley Orgánica de Protección a las Pensiones de Seguridad Social Frente al Bloqueo Imperialista.
La ley redactada en Miraflores fue aprobada por el Parlamento dominado por el oficialismo en apenas dos sesiones consecutivas.
El texto sorprendió al propio empresariado, cuya cúpula encabezada por Adán Celis hijo presumía de una mayor proximidad con el oficialismo venezolano.
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En términos diplomáticos, el comunicado de Fedecámaras advirtió que a partir de la entrada en vigencia de esta ley se verían afectados tanto las inversiones privadas como el ingreso de los trabajadores, “estimulándose el empleo informal”.
De nada sirvió. Al momento en que se redacta este trabajo, fiscales del Servicio Nacional Integrado de Administración Tributaria (Seniat) hacían verificaciones aleatorias entre los contribuyentes corporativos, para determinar si habían declarado y pagado todo lo que debían enterar a las arcas nacionales por esta materia.
Exprimir recursos para reelección
Según el economista y representante del Observatorio Venezolano de Finanzas, José Guerra, el gobierno central está incrementando sustancialmente el gasto público, debido a razones netamente políticas, que englobó con la expresión “gasto electoral”. De allí la necesidad de obtener recursos a como dé lugar.
“El gasto electoral tiene varias aristas. Uno, gastos en bonos. Otro, gastos en algunas obras muy puntuales, y además el gasto propio de la campaña de Maduro. Estamos hablando de 30 mil dólares diarios en la campaña”, explicó en entrevista con Expediente Público.
La consultora Dinámica Venezuela indicó en mayo que el gasto semanal del sector oficial ascendió a 405 millones de dólares, lo que representa un 45% más que el promedio registrado en la segunda mitad de 2023.
Los bonos son cantidades variables de dinero, que el Gobierno entrega según su conveniencia y disponibilidad, a manera de complemento al salario, equivalente a tres dólares mensuales. Una característica común es que los bonos no son computables para las prestaciones sociales.
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Compra de votos
En mayo, se entregaron los llamados bonos de la patria (40 dólares), un bono de alimentación (USD40) y el 1×10 (USD4.5). Este último es un sistema implantado por el oficialismo para arrastrar votos el día de la elección, pues cada adherente a este mecanismo debe llevar a otros diez a los centros de votación.
Con el salario básico y los bonos, un trabajador puede obtener alrededor de cincuenta dólares mensuales.
El Centro de Documentación y Análisis de los Trabajadores (Cenda), estableció que la canasta básica mensual para el mes de mayo en una familia de cinco personas es de 1,200 dólares. Por ende, la brecha entre el costo de la vida y los salarios es muy amplia. Esto ocasiona una creciente dependencia del ciudadano común hacia los programas sociales del oficialismo.
Uno de los métodos clientelistas más conocido es la entrega de alimentos a precios subsidiados, conocido como Clap (iniciales de Comités Locales de Abastecimiento y Producción).
A pesar de su nombre, muchos componentes de las cestas de comida son importados a través de mecanismos viciados por la corrupción. Este fue el punto de partida de la acusación por lavado de dinero contra el empresario colombiano Alex Saab, en una corte de Florida.
Saab fue entregado a Venezuela en 2024, como parte de un acuerdo de intercambio de detenidos. A su llegada a Caracas, Maduro lo nombró presidente del Centro Internacional de Inversión Productiva.
Cajas agotadas
En octubre de 2023, el Fondo Monetario Internacional pronosticó un crecimiento económico de 4% para el país al cierre de este año. El gobernante venezolano y aspirante a la reelección se atrevió a señalar por esos días que el crecimiento real de la economía nacional sería el doble (8%).
No obstante, de acuerdo con el representante del OVF, la economía nacional registra una desaceleración.
“En el primer trimestre, según las cifras nuestras, la economía creció 1.2%, mucho menos que lo que se había esperado. Las firmas consultoras esperaban 6 a 7% anualizado. Y esto básicamente impulsado por la industria petrolera, que sí creció 12 por ciento. Pero el sector privado prácticamente estuvo estancado, cero literalmente”, indicó Guerra.
Ni siquiera una campaña electoral de corte populista ha logrado incentivar el consumo de bienes y servicios, algo que sí se observaba en procesos presidenciales anteriores.
Según Dinámica Venezuela, a pesar de la entrega directa de dinero por parte del Gobierno, el gasto en hogares se contrajo en cuatro semanas consecutivas. Pareciera que lo entregado a la población es muy poco, y muy tarde.
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“A diferencia de otros procesos electorales, el Gobierno llega a esta instancia con mucho mayor agotamiento en su caja”, afirmó a Expediente Público el investigador del Centro para la Divulgación del Conocimiento Económico (Cedice) Andrés Guevara.
Y esto sucede por una sola razón: a pesar de los discursos de la campaña electoral, la realidad según Guevara es que “la economía no se ha reactivado”.
Recuperación de Venezuela asfixiada
A partir del segundo trimestre de 2022, la economía venezolana dio señales de cierta recuperación, gracias a un conjunto de medidas implantadas por el Ejecutivo, que reactivaron la oferta de bienes y servicios.
En un entorno hasta entonces caracterizado por la escasez, de repente surgieron cientos de abastos que ofrecían productos importados, gracias a una excepción en el pago de aranceles.
Además, fueron desaplicadas las normas que regulaban los precios finales de las mercancías, y así como los convenios cambiarios que criminalizaban el uso del dólar.
De una situación en la que ni siquiera se conseguía papel higiénico, de repente se abrieron en Caracas y otras urbes numerosos restaurantes y ventas de vehículos de lujo.
La hipérbole llegó al punto en que fue inaugurado un comedero que era elevado por una grúa. Su clientela era una clase de nuevos ricos, la de los llamados “enchufados” o contratistas del oficialismo.
Entonces, Maduro se atrevió a sentenciar que “Venezuela se arregló”.
Nicolás Maduro es lo peor para Venezuela
Dos años después, el país vuelve a padecer los efectos de la desaceleración económica.
Maduro eliminó las exenciones arancelarias, y los llamados “bodegones” cerraron o tuvieron que ajustar sus precios, al punto que se volvieron insostenibles. Ello, precisamente, por la necesidad de captar recursos para el fisco.
En diciembre de 2023, el presidente de la Cámara Nacional de Restaurantes, Iván Puerta, advirtió que el 40% de los locales abiertos durante los meses de aparente bonanza ya habían cerrado o estaban en vías de hacerlo. Uno de ellos fue, precisamente, el bar colgante.
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Guevara, en entrevista con Expediente Público, Guevara indicó que la economía venezolana ha llegado a este punto en buena medida porque el sector petrolero no está aportando recursos suficientes, en un contexto en el que las empresas privadas carecen de margen de maniobra.
Producción de petróleo en Venezuela
El último reporte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), emitido en junio de 2024, indica que Venezuela cerró el mes anterior con una producción diaria de 822 mil barriles de petróleo.
El promedio para el primer trimestre del año fue 816 mil barriles diarios. Ello representa unos 40 mil barriles más de lo producido en 2023.
“El gran motor de la economía venezolana es el sector petrolero, pero es un sector petrolero desconectado de la cadena de valor de los otros sectores de la economía. Al final del día este no genera lo que llamo yo el efecto chispazo”, explicó.
Según el experto petrolero Francisco Monaldi, para llevar la producción petrolera venezolana a un millón de barriles diarios se requieren inversiones superiores a los cinco millardos de dólares.
Guevara acotó que, en la actual situación de incertidumbre política, los grandes capitales optarán por mantener la prudencia. “Esperar y ver”.
“En el nivel empresarial lo que he escuchado es que, si bien no se ha dado luz verde para invertir en Venezuela, por todo lo que conlleva, tampoco está en luz roja. Está en un amarillo y amarillo quiere decir evaluamos y vemos”, dijo.