*Un programa con 20 de los 222 desterrados nicaragüenses de 2023 genera una serie de diálogos y análisis para un debate saludable en una oposición cada vez más dividida.
**Los participantes representan diferentes vertientes cívicas y políticas de los desterrados nicaragüenses y los resultados del programa serán publicados en los próximos tres meses por el centro de pensamiento centroamericano Expediente Abierto.
Expediente Público
Un grupo de 20 expresos políticos nicaragüenses desterrados en febrero de 2023 fueron seleccionados para desarrollar un “laboratorio de ideas” que contribuya a la discusión sobre el futuro y el restablecimiento de la democracia en su país, informó Expediente Abierto, el centro de pensamiento que implementa el programa Beca para la Democracia en Nicaragua.
Los 20 expresos políticos preparan investigaciones sobre democracia y participación política; diálogo y negociación; justicia y reparación; así como autoritarismo y resistencias, informó Damaris Rostrán, coordinadora del programa Becas para la Democracia en Nicaragua de Expediente Abierto.
Rostrán recordó a Expediente Público que en el grupo de los 222 desterrados y desnacionalizados en febrero de 2023, estaban los principales líderes de oposición, pero también los dirigentes gremiales, empresariales y de las organizaciones sociales.
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¿De qué trata la Beca para la Democracia?
“Se trata de aprovechar las habilidades y conocimientos de estas personas para continuar trabajando por la libertad de Nicaragua”, refirió Rostrán.
La idea detrás de esta beca surgió de una serie de conversaciones y reflexiones entre un grupo de profesionales “comprometidos con la causa de la libertad y la democracia en Nicaragua”, que deseaban reactivar y aprovechar las capacidades diversas de estas personalidades de la sociedad nicaragüense, afirmó la coordinadora del programa.
“Todo este cúmulo de experiencias y habilidades no podían dejarse de un lado”, explicó.
Alrededor de 50 expresos políticos de este grupo de desterrados solicitaron la beca para realizar una investigación. Expediente Abierto seleccionó a los participantes por medio de un comité académico integrado por profesionales con experiencia en los temas relacionados con Nicaragua. Se escogieron 20 propuestas.
Se reunió un grupo heterogéneo de personas con habilidades y conocimientos diversos, incluyendo diplomáticos, activistas sociales, analistas políticos y defensores de derechos humanos, dijo Rostrán.
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Programa de gran interés
“Se recibieron un total de 50 solicitudes, de las cuales se seleccionaron 20 becarios en base a criterios de excelencia académica, experiencia previa en incidencia política y diversidad de perspectivas”, aseguró Rostrán.
Los becarios trabajarán en una variedad de proyectos de investigación, que abarcan desde el análisis económico hasta los derechos humanos y la participación ciudadana. Se espera que los resultados de los diálogos e investigaciones contribuyan al debate público y a la formulación de nuevas opciones para la lucha cívica en Nicaragua contra el régimen Ortega-Murillo.
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Entre los becados está el líder campesino Freddy Navas, quien, pese a no tener experiencia académica, es una de las voces necesarias en esta diversidad de líderes nicaragüenses desterrados.
“He hecho énfasis dentro de la lucha campesina que siempre hemos sido utilizados”, dijo Navas a Expediente Público.
Para el líder campesino desnacionalizado, cuando los partidos políticos toman el poder con apoyo de los campesinos, se vuelven después sus enemigos, la lucha de los productores del campo se instrumentaliza y esto se muestra en distintos episodios de la historia de Nicaragua.
El programa de Becas para la Democracia en Nicaragua de Expediente Abierto reúne a 20 expresos políticos desterrados para investigar y proponer para el futuro de su país.
Navas considera que la historia del movimiento campesino en Nicaragua no debería ser sólo recopilar cifras, por eso, decidió investigar para publicar sobre la lucha de este grupo social al que pertenece.
Deslice para más información
El excarcelado político desea integrar en un ensayo relatos reales desde su experiencia en el movimiento campesino, “me ha tocado vivir la represión, asedio, persecución, encarcelación y ahora destierro”.
“Nos han utilizado por nuestra falta de educación o de conocimiento. Pero hemos puesto siempre los muertos por los cuales han escalado o se han aferrado tantos al poder”, resumió Navas sus conclusiones en el ensayo a publicar.
Mujeres excarceladas
Entre las mujeres del programa de becas está la joven Samantha Padilla, quien expresó que “la beca me pareció una buena oportunidad para aprender, para desarrollar, para aportar conocimiento”.
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Jirón investiga el rol de la juventud en la construcción de la democracia desde la Universidad Centroamericana (UCA), su alma mater confiscada en 2023.
“Estoy en una etapa de investigación y preparo entrevistas a personas y actores claves en diferentes momentos, por ejemplo, durante la revolución y la creación de los primeros grupos juveniles”, indicó Jirón a Expediente Público.
“Espero que el trabajo sea muy bien recibido y que realmente pueda servir a una futura generación para darse cuenta de todo lo que ha ocurrido y el legado que la universidad dejó”, agregó.
Reforzar el rol político
Alex Hernández, también del grupo de los 222 desterrados, está en el programa de becarios de Expediente Abierto. Decidió participar por la oportunidad para aprender a emitir crítica u opiniones en “papel” y reforzar su rol como líder político.
Su trabajo es un análisis sobre negociación política, particularmente el diálogo reconciliatorio entre opositores como herramienta para lograr la unidad.
Sin embargo, Hernández considera que este diálogo no necesariamente tiene como subproducto la creación de una plataforma de oposición, sino que de este espacio surjan acuerdos entre actores o un acuerdo de convivencia democrática.
En su trabajo plantea que los actores opositores se acepten entre sí como pares iguales, que se reconozca la existencia de pensamiento múltiple a nivel político, a nivel social, a nivel económico, a nivel ambiental.
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Hernández considera que lo necesario son las prácticas de convivencia democrática entre actores, “porque eso no se ha visto, no en el último año”.
