* El Observatorio de Industrias Extractivas (OIE) de Guatemala reveló que las tierras de los pueblos originarios son apetecidas por empresas transnacionales.
** Más de 180 licencias de exploración y explotación de níquel abarca al menos 500 mil hectáreas del territorio guatemalteco, donde Rusia y China tienen grandes intereses.
Eric Lemus / Expediente Público
Un informe sobre la presencia de industrias extractivas alertó sobre los efectos devastadores de la extracción de la minería en Guatemala y las amenazas hacia las comunidades indígenas.
El Observatorio de Industrias Extractivas (OIE) de este país centroamericano encontró que al menos 25 proyectos están geográficamente traslapados con comunidades indígenas que están amenazadas por las empresas transnacionales.
La antropóloga Guadalupe García Prado, quien es la directora del OIE, presentó un resumen de los hallazgos sobre dichos planes extractivos mineros que ponen en peligro el suelo guatemalteco.
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El OIE es una plataforma de investigación y académica que estudia la industria extractiva desde una mirada independiente con datos recopilados a nivel nacional.
“En Guatemala más de 180 licencias de exploración y explotación de níquel han sido registradas en el Ministerio de Minas, lo cual equivale a más o menos 500 mil hectáreas del territorio nacional”, previno García Prado a Expediente Público.
La antropóloga disertó en el marco del encuentro regional “Poder y prestigio populista: El impacto ambiental de la presencia china en Centroamérica”, el cual fue llevado a cabo a finales de mayo en el campus de la Universidad Rafael Landívar de Guatemala en coordinación con el centro de investigación Expediente Abierto.
Resistencia ante proyectos de extracción
La directora del Instituto de Investigación y Proyección sobre Dinámicas Globales y Territoriales (IDGT) de la Universidad Rafael Landívar, Úrsula Roldán, destaca a Expediente Público la importancia de mirar con atención el interés de China en la extracción de minerales en la región.
“Tenemos poca información realmente de qué impacto está teniendo, cuáles son los actores a los que llegan y especialmente con gobiernos y qué tipo de diferencia puede hacer una inversión china respecto a otras, como la canadiense, la norteamericana o de Europa mismo”, dice Roldán, cuya institución es miembro de la Red Jesuita con Migrantes.
Para la académica guatemalteca, que cuenta con un doctorado en Geografía por la Universidad de París, Francia, “América Latina y Centroamérica en particular están en una transición precisamente no sólo en el tema político con sus diversas crisis, sino también en el tema de cuánto quieren extraerle sus recursos naturales”.
Sin embargo, Roldán destaca que en Guatemala “hay mucha resistencia, sobre todo de los pueblos indígenas, porque son en sus territorios donde se están incluyendo este tipo de proyectos”.
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“De todo lo que han sido las protestas de 2015, 2017 y ahora en 2023, creo que la población ha tomado mayor conciencia de lo que defiende la población indígena y campesina en los territorios. Además, que hay mucha sensibilidad hacia la defensa del agua”, opina Roldán.
Interés por minerales de transición
Durante el diálogo organizado por Expediente Abierto en Guatemala, el Observatorio de Industrias Extractivas centró su atención en cuan atractivo son los denominados minerales de transición, como el níquel.
Este material es explotado por empresas de capital ruso que lo exportan. “En el tema de los minerales de transición se especula que se necesitan extraer seis veces más de lo que actualmente se extraen para poder tener esta tecnología de otra fuente de energía”, dice la investigadora a Expediente Público.
En los últimos dos años, más de 180 licencias de exploración y explotación de níquel han sido ingresadas al Ministerio de Minas y Energías de Guatemala.
La directora del OIE mostró que poco más de la mitad de los proyectos mineros están ubicados dentro de territorios indígenas.
García Prado detalla a Expediente Público que, en el caso de 25 lugares, hay suelos ancestrales de comunidades originarias que guardan celosamente recursos valiosos para el futuro de la humanidad como el agua y una rica biodiversidad en la región.
La presión por el caso Taiwán
En el istmo centroamericano, Belice y Guatemala son los últimos países que reconocen la soberanía de Taiwán, cuyo territorio insular reclama China porque la considera una provincia rebelde.
Sin embargo, el 23 de mayo, tres días después de la toma de posesión del nuevo presidente de Taiwán, Lai Ching-te, trascendió que la República Popular China retuvo siete contenedores de semilla de macadamia procedentes de Guatemala.
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El gobierno de Bernardo Arévalo, que acudió a la investidura mediante la participación del canciller Carlos Ramiro Martínez, está en la mira de Pekín luego del acercamiento con los países vecinos, como el caso de El Salvador, Honduras y Nicaragua.
El editor del periódico Prensa Libre, Alex Rojas, dice a Expediente Público que no puede pasar desapercibido lo acaecido en el puerto de Ningbo, tal como avisó la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport).
“¿Eso será una intimidación o será un problema de papeleo porque -sería una ironía decirlo- hay tantos barcos ahí que no se han dado cuenta de que hay unos barcos guatemaltecos?”, interroga.
Por su parte, el director ejecutivo de Expediente Abierto, Javier Meléndez, hace hincapié en el escenario geopolítico donde “hemos visto que el asunto chino cruza diferentes sectores y afecta diferentes ámbitos de seguridad como ambiental”.
“Guatemala es el único país que mantiene sus vínculos con Taiwán y prevemos una fuerte presión de China para que el Gobierno actual del presidente Arévalo cambie la idea en favor de China”, remarca Meléndez a Expediente Público.
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Interés chino por níquel guatemalteco
El Observatorio reitera su atención en los planes extractivos y el impacto ambiental que generan especialmente con la destrucción de reservas naturales mientras aumenta el fenómeno del cambio climático.
“Actualmente se extraen (minerales de transición) para tener tecnología de energía renovable, pero más que una transición que ponga al centro el bienestar de los ecosistemas de las comunidades, esto es una expansión energética”, anticipa García Prado.
“Por no reducir nuestro consumo energético lo que se hace es aumentar la extracción de minerales en perjuicio de comunidades indígenas”, insiste.
El níquel junto al cobalto, el cobre y el litio son los minerales esenciales en la fabricación de turbinas eólicas, paneles solares, redes eléctricas y vehículos eléctricos, por ejemplo.
De los 468 millones de toneladas de ferroníquel extraído de este pequeño país centroamericano en el año 2022, el 55.8 % fue destinado a China. El resto del mineral llegó al mercado de Italia, Holanda, Corea del Sur y EE. UU.
“En el tema del níquel China es quien lleva la delantera en el control y procesamiento. Incluso, en la producción de baterías son ellos quienes controlan la cadena de los recursos, producción, procesamiento y usos”, remarca la directora del Observatorio.