*Deterioro democrático y avance del autoritarismo se refleja en los índices de transparencia, participación ciudadana y fortaleza de las instituciones de vigilancia que mide la Encuesta de Presupuesto Abierto.
**Aunque los mayores niveles de transparencia hacen más creíbles los presupuestos, hay deterioro de este indicador y Nicaragua, Venezuela, Bolivia y El Salvador son los peor calificados en la región.
Expediente Público
El avance del autoritarismo y la regresión democrática que enfrentan Latinoamérica y otras regiones del mundo se reflejó en los resultados de la edición del 2023 de la Encuesta de Presupuesto Abierto (OBS, por sus siglas en inglés).
La encuesta la publica desde 2007 la International Budget Partnership (IBP, por sus siglas en inglés) o Asociación Presupuestaria Internacional, con el apoyo de una red de organizaciones aliadas.
El Índice promedio global de Transparencia se ubicó en 47 de 100 puntos posibles; el de Participación Ciudadana en 16 puntos; el de Control del Poder Legislativo en 46 puntos; y la Vigilancia de Instituciones Especializadas en 63 puntos de 100.
En el caso de los poderes legislativos mejor evaluados, esto sólo implica cumplir los mecanismos establecidos por la ley y no lo que hacen en el proceso presupuestario.
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En general, los resultados de la OBS reflejan la grave situación que enfrentan los procesos presupuestarios y el riesgo de mal uso que corren los recursos públicos ante la falta de transparencia y fiscalización.
“La Encuesta de Presupuesto Abierto 2023 sale a la luz en un momento en que el mundo se enfrenta a una oleada tras otra de nuevos y renovados desafíos”, dice el informe de resultados de la OBS 2023.
“Los efectos de los conflictos, el hambre, las catástrofes naturales, las enfermedades, el cambio climático y las crisis económicas se propagan por un mundo que ya se enfrenta a profundas desigualdades”, indica la OBS.
“Sus corrientes cruzadas se dejan sentir en todos los países y por todos, especialmente por aquellos que se enfrentan a desplazamientos y dificultades económicas extraordinarias”, continúa el informe.
Todas estas situaciones demandan que los gobiernos inviertan recursos para prevenir o enfrentar las crisis que generan, sin embargo, la recaudación, asignación y el gasto de esos recursos, cada día se alejan más de la transparencia e inclusión que debería caracterizarlos.
Autoritarismo influye en opacidad
Ricardo Barrientos, director del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) de Guatemala, considera que los procesos de regresión democrática, y las acciones antidemocráticas y de corte autoritario que en la región centroamericana cada vez son más comunes e incluso sostenidas, se reflejan en muchos ámbitos de la vida.
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Es por eso que los resultados de la encuesta reflejan que la pérdida del derecho humano de acceder a la información presupuestaria que es pública, va de la mano con la pérdida de garantías y libertades democráticas.
Pero Barrientos aclara que esta situación no es exclusiva de una región o país del mundo; sino generalizada, incluso en Estados Unidos hay problemas de este tipo.
“Pero creo que en la región centroamericana… que es muy pequeña, donde coexistimos seis países hispanohablantes desde Guatemala hasta Panamá, pasando por El Salvador, Honduras, Nicaragua y Costa Rica, es muy interesante como un derecho humano como el acceso a la información pública en materia presupuestaria y fiscal, va variando”, indicó.
No se trata de la cultura ni de las características antropológicas de los pueblos, “sino de las características del gobierno que hay en cada uno de los países”, expuso Barrientos.
El director del ICEFI advierte que, cuando se viola el derecho humano de acceso a la información presupuestaria, se abren espacios para el abuso, la corrupción, la captura de las instituciones del Estado; entonces, ocurre lo que los economistas llaman el uso subóptimo de los recursos, que es cuando el erario no se usa para beneficio de la población.
“Hay opacidad fiscal, merma la transparencia fiscal y hay una ruta muy clara que conduce a un incremento de la corrupción y la impunidad. Es decir, es toda la sociedad la que paga el precio de esto”, señala Barrientos.
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Barrientos admite que desafortunadamente estos abusos no siempre provocan la reacción de los ciudadanos.
Población aletargada
“La propia región centroamericana está llena de ejemplos de cuando la ciudadanía se levanta y se activa, y de cuando permanece pasiva y las condiciones se deterioran”, agregó.
Pero el caso de El Salvador es muy preocupante, porque hay un proceso de regresión democrática, un proceso de restricción de libertades, aunque el líder del régimen de este proceso tiene una cuota de apoyo popular de las más altas de Centroamérica, de Latinoamérica y del mundo.
Esta popularidad ocurre a pesar de que hay un deterioro severo en las mediciones internacionales, por ejemplo, en acceso a la información o apertura de los procesos presupuestarios, advirtió Barrientos.
Para Alexandre Ciconello, investigador de IBP, coincidió que el caso de El Salvador es preocupante, porque bajó en el indicador de transparencia al no publicar la propuesta del Presupuesto General.
Además, tomó el control absoluto del Poder Legislativo y de la Corte de Cuentas. Otro país que preocupa mucho es Bolivia, cuyos indicadores se deterioraron mucho en esta edición de la encuesta, no por el incremento del autoritarismo como ocurre en El Salvador, sino por la falta de publicación de documentos.
Los peor evaluados
El peor de los casos es Venezuela que obtuvo cero en algunas mediciones. En cambio, en otras regiones del mundo, entre ellas África Subsahariana se aumentó un poco el puntaje; y en algunos países de Latinoamérica y el Caribe se mejoró la participación pública con mecanismos interesantes para que los ciudadanos participen en la formulación y en la implementación del presupuesto.
Para Ciconello cada país es un caso distinto y el deterioro de los indicadores también tiene causas distintas. Por ejemplo, resulta interesante analizar como algunos países con regímenes más autoritarios como el de Nicaragua, tiene mejor calificación que Bolivia en los Índices de Transparencia y Fortaleza de las instituciones de vigilancia.
En medio de este panorama nada alentador la IBP advierte que la gestión y la gobernanza de los recursos públicos puede y debe cambiar.
“Debe cambiar no solo porque la gente lo exige, sino porque los presupuestos abiertos benefician a todos. El puñado de países que ya cuentan con sistemas presupuestarios más abiertos y responsables tienden a tener un compromiso democrático más fuerte, mayor equidad y mejores resultados de desarrollo”, dice el informe de resultados de la edición 2023 de la OBS.
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Además, confirma que los mayores niveles de transparencia se asocian a menores déficits, menores costes de endeudamiento y presupuestos más creíbles e incluso a mayor aceptación de los gobiernos.
“Una mayor participación en la elaboración de presupuestos está vinculada a una prestación de servicios más eficaz y a una mayor disposición a pagar impuestos”, reitera la OBS.
“Mientras las sociedades luchan por reparar los contratos sociales rotos y construir un futuro mejor, el presupuesto abierto puede reconectar a gobiernos y comunidades de forma que se promueva el bienestar de todos”, detalla el informe de la encuesta.
Finalmente, el informe de resultados advierte que, al ritmo actual de mejora, los 77 países que han participado en la encuesta desde 2008 alcanzarán niveles adecuados de transparencia, pero hasta dentro de unas dos décadas.
Esto podría lelgar demasiado tarde para contribuir a la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, alcanzar las metas fijadas por el Acuerdo de París sobre el cambio climático, recuperarse de las actuales crisis socioeconómicas o prepararse adecuadamente para la próxima crisis.