*La matanza de mujeres en la cárcel de Támara en Honduras fue parte de un complot armado por militares para forzar el relevo de las autoridades de seguridad pública en el gobierno hondureño.
**Elías Melgar, un coronel señalado por nexos con escuadrones de la muerte, es uno de los implicados.
Diseño de investigación: Jared Olson, Estados Unidos | Wendy Funes, Honduras | Héctor Silva, El Salvador | *Reporteo y redacción: Wendy Funes y Jared Olson | *Edición: Héctor Silva Ávalos |Esta es una investigación transnacional pues hubo reuniones con diversas fuentes en diferentes países entre marzo y diciembre de 2023.
Un trabajo difundido por Expediente Público, Infobae, Argentina | Prensa Comunitaria, Guatemala | Criterio.hn, Reportar sin Miedo, Diario en Altavoz, Contracorriente, Honduras
Un reportaje de Reporteros de Investigación*
El subteniente de artillería Kevin Edgardo Vargas Meza aprovechó un viaje a Tegucigalpa para comprar dos uniformes de fatiga en los almacenes del ejército.
Eran días difíciles: el oficial recién había informado a investigadores de inteligencia que el coronel Elías Melgar Urbina, comandante de uno de los batallones de la Policía Militar de Orden Público, estaba implicado en asesinatos extrajudiciales.
Cuando el alto oficial se enteró de las acusaciones no dudó en reclamar y amenazar al subteniente: “Pedazo de mierda, vos quién putas te crees, cerote, yo soy un coronel y vos sos un cerote… Ya vas a ver”.
Habían pasado dos días de aquella amenaza, Vargas Meza fue a comprar sus uniformes al almacén militar, cerca del aeropuerto de Tegucigalpa.
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Cuando salió de su compra, la policía lo detuvo. Poco después las autoridades lo presentaron a la prensa junto a 20 pandilleros del Barrio 18 y lo acusaron de proveer de equipo militar y armas a la pandilla.
Un juez dejó libre al subteniente a los pocos días tras no encontrar mérito en las acusaciones, pero el joven militar tuvo que dejar el ejército hondureño para siempre. Confrontarse a Melgar le había costado su carrera y buena parte de su salud mental, según dijo a Reporteros de Investigación un abogado que lo conoció y habló con él.
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El coronel Elías Melgar de Honduras
El coronel al que el subteniente Vargas Meza se atrevió a señalar, Elías Melgar Urbina, es un hombre poderoso en Honduras desde hace años. Su hoja de vida es larga y problemática.
Su nombre empezó a sonar primero en el Bajo Aguán, el amplio territorio agrícola en el norte del país salpicado por ejecuciones extrajudiciales de campesinos y cooperativistas que han protestado contra proyectos mineros y de otra índole en la zona.
Esta entrega especial de Reporteros de Investigación ahonda en los vínculos de Melgar y una de sus empresas con esos asesinatos en el Bajo Aguán, de algunos de los cuales el subteniente Vargas Meza informó a la inteligencia policial de su país.
No está claro de cuántas muertes, estaba el tanto Vargas, pero informes de organizaciones internacionales de Derechos Humanos cifran los asesinatos por arriba de los 40.
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¿Quién es el coronel Elías Melgar?
Elías Melgar es un coronel retirado y, según documentos a los que esta investigación tuvo acceso, era el segundo al mando en las fuerzas armadas de Honduras y por dos años viceministro de Defensa de la presidenta Castro.
Ha sido, dice un perfilador estadounidense que conoce el caso del militar, un hombre ambicioso siempre, tanto que ha sabido cómo relacionarse con los principales grupos de poder político en Honduras, tanto con el Partido Nacional como con la coalición política que gobierna en la actualidad, encabezada por LIBRE.
La frialdad para negar, una y otra vez, cosas de las que es acusado con multitud de pruebas e indicios, como su relación con grupos de exterminio y el Bajo Aguán, parecen ser rasgos característicos de su personalidad.
¿Por qué la presidenta de Honduras no lo retiró?
En julio pasado, luego de la masacre de mujeres perpetrada en la cárcel de Támara, voceros del gobierno aseguraron que Melgar había renunciado, pero fuentes consultadas para esta investigación indican que eso no es así: un alto oficial militar confirmó que Melgar seguía trabajando como viceministro.
A la pregunta de si la presidenta Castro rechazó la supuesta renuncia del coronel, esta fuente respondió: “Eso es lo que tengo entendido”.
Otro alto funcionario del gobierno, quien habló bajo condición de anonimato por seguridad, dijo que Melgar seguía apareciendo en reuniones.
Un funcionario de alto nivel consultado para este reportaje, relacionado con el gabinete de seguridad, aseguró que el plan último de Melgar era que lo colocaran a la cabeza de todo el ramo, pero eso no ocurrió.
El Memorando RR-HH SDN-547-08-2023 confirmó también que su renuncia no fue aceptada.
Nexos con el narcotraficante Giovanny Fuentes
Una investigación reciente de The Intercept, publicada en agosto pasado, confirmó los vínculos de Melgar con el narcotraficante hondureño Giovanny Fuentes y los nexos de Melgar con compañías de seguridad privada implicadas en asesinatos de campesinos y cooperativistas en el Bajó Aguán.
Melgar ha sabido navegar esos señalamientos, tanto que durante el gobierno de Xiomara Castro fue nombrado viceministro de Defensa y miembro de un consejo permanente gubernamental que debe velar por la seguridad de los campesinos en el Bajo Aguán.
“Se ha disfrazado como defensor de derechos humanos… de luchador contra el crimen, como cuando se tomó una foto llevando a Juan Orlando Hernández hacia un avión de la DEA, tal como si él lo hubiera capturado, como si no estuviera mencionado en el caso de Giovanny Fuentes, o por sus actos de represión en el Bajo Aguán”, dice un exfuncionario del Ejecutivo que habló bajo condición de anonimato por razones de seguridad personal y quien ha conocido de cerca cómo ha funcionado la cartera de seguridad pública durante el gobierno de Xiomara Castro.
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Lo de los asesinatos en el Bajo Aguán es solo el principio. Sobre el coronel Melgar pende, también, el asunto de la masacre de Támara.
Masacre en Támara
Un funcionario del gobierno de Xiomara Castro, quien habló para esta investigación bajo condición de anonimato, aseguró que después de los asesinatos de 46 presas el 20 de junio en la cárcel de mujeres de Támara se abrieron varias hipótesis sobre las causas detrás de la masacre.
Las primeras versiones filtradas a la prensa apuntaron a una venganza entre pandillas y a la complicidad de custodios, policías y militares.
Hay, sin embargo, otra hipótesis: que la masacre fue parte de una conspiración de líderes militares para sacar del aparato de seguridad de la presidenta Xiomara Castro al general Ramón Sabillón e instalar, tras bambalinas, a oficiales ligados con el narcotráfico, como el mismo coronel Melgar Urbina.
“En eso (la masacre de Támara) hubo confabulación policial y militar”, dice el alto cargo del gobierno de Xiomara Castro.