*Desde el exilio tres exprecandidatos presidenciales desterrados trabajan en el objetivo común de democratizar Nicaragua.
**Pese al destierro, la excarcelación de presos políticos supone una oxigenación al trabajo de la oposición en la diáspora, pero no deja de conllevar riesgos, detalla estudio de Expediente Abierto.
Expediente Público
A pesar del impulso mediático para los opositores con la salida de 222 presos políticos el 9 de febrero de 2023, ni la articulación ni los planes de las organizaciones opositoras en el exilio parece acelerarse porque el régimen no da señales de cambio y no hay expectativa de diálogo o elecciones a corto plazo, según la investigación de Expediente Abierto “La oposición nicaragüense ante el reto de la reorganización, articulación y creación de estrategias políticas contra la dictadura Ortega-Murillo”.
Aunque la excarcelación de gran parte del liderazgo opositor “generó un positivo efecto en la sociedad nicaragüense que demanda democracia y está estimulando cambios en las dinámicas de los exiliados nicaragüenses en Costa Rica”, hubo una “disminución del peso político de los liderazgos establecidos precariamente en los últimos dos años en la diáspora costarricense”, detalla el estudio.
Desde la rebelión cívica de abril de 2018, Nicaragua está sumida en una crisis sociopolítica que ha dejado más de 355 muertos, miles de heridos, encarcelados, enjuiciados, exiliados, confiscados y hasta desnacionalizados por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo que usa al Ejército, la Policía, paramilitares y grupos de choque para sostenerse a toda costa en el poder.
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¿Líderes en el destierro?
“Los recién liberados enfrentarán paradojas con esos liderazgos emergentes-suplentes. Si no entran en contradicciones, la interacción puede ser positiva y llenarían los vacíos de legitimidad y autoridad política que provoca la fragmentación diagnosticada en este informe”, continúa.
Expediente Abierto en su investigación tomó declaraciones de tres excandidatos presidenciales desterrados en Estados Unidos para conocer semanas después de su llegada a Estados Unidos, sus planes y propuestas para las organizaciones opositoras, así como mecanismos de trabajo conjunto entre los sectores.
Los excandidatos presidenciales Medardo Mairena, Félix Maradiaga y Juan Sebastián Chamorro, testificaron en marzo 2023 en Ginebra, Suiza, ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. También lo hicieron las expresas políticas Yaritza Mairena y Solange Centeno confirmando las denuncias constantes de tortura, tratos crueles e inhumanos a los presos políticos.
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Sí quieren unidad
Los tres excandidatos presidenciales fueron entrevistados para el estudio y coinciden como positivo que no existe un momento electoral que pueda generar una tensión entre los actores y debilite el proceso de diálogo multisectorial como en 2021.
El líder campesino Medardo Mairena, precisa que el tema de la unidad opositora siempre ha sido posible y reconoce la demanda popular por la unificación de los distintos sectores para alcanzar la democracia.
Por su parte, Felix Maradiaga expresó que la oposición cometió errores en 2021, pero no se le debería cargar a los opositores “una responsabilidad excesiva, cuando se nos golpeó, confiscó, inhibió, se prohibió por años que tuviéramos partidos políticos nuevos y hubo fraudes electorales”.
También “la estrategia del Frente Sandinista ha sido vender toda la responsabilidad en la oposición, pero toda la responsabilidad está en una dictadura que asesina, que a quien se quería organizarse cívicamente o electoralmente, se le perseguía o señalaba, mientras estimulaba a movimientos zancudos, ¿cuántas oposiciones en el planeta hubieran podido organizarse en esas circunstancias?”.
¿La oposición de Nicaragua logrará la unidad?
El precandidato presidencial de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) precisa que la búsqueda de unidad opositora se realiza también con actividades concretas, que incluyen informar a los medios de comunicación “para que el ciudadano nicaragüense que desea tener esa esperanza conozca lo que estamos haciendo, para hablar con absoluta transparencia y franqueza de que se está consolidando una propuesta de oposición sobre una estrategia clara”.
Juan Sebastían Chamorro cuestiona la responsabilidad que se le da a los opositores con el tema de la unidad, particularmente, por el mal recuerdo de 2021 cuando no pudieron concretar una sola plataforma electoral.
El exprecandidato presidencial de la Alianza Cívica recordó que se está enfrentado, en realidad, a “una dictadura que ha asesinado, que ha desterrado, que ha encarcelado, que ha desaparecido, que ha suprimido libertades, que ha violado la Constitución, que ha violado todo el debido proceso, que tiene secuestrado casi 7 millones de nicaragüenses, que Nicaragua en sí misma es una cárcel”.
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Del mismo modo, recuerda que en 2021 se lograron acuerdos entre las organizaciones. Después los liderazgos fueron encarcelados, pero ahora se ha desarrollado una relación diferente. Chamorro está convencido que la unidad se dará, pero para que se junte la mayor cantidad de personas en torno a esta unidad, es importante tener como horizonte cambiar al régimen por una democracia.
Dilemas del exilio
Medardo Mairena explica que desde la experiencia del movimiento campesino han existido diferencias, pero es normal que existan personas que no estén de acuerdo con determinadas decisiones, pero “muy distinto es hablar de estar divididos”.
Del mismo modo, considera que en Nicaragua tenía otra perspectiva, pero ahora exiliado, está claro que existen posiciones diferentes entre los que están aún en el país, con los que viven en Costa Rica o Estados Unidos.
“Cuando yo estaba dentro de Nicaragua, hablaba como nicaragüense dentro del país. Los exiliados obviamente hablaban como exiliados desde el exilio. Cada quien tiene sus propias estructuras y es así como cada uno da seguimiento a su lucha, pero al final seguimos demandando la derogación de Ley 840 de la concesión canalera y el respeto a la propiedad privada y respeto a los derechos humanos y constitucionales de cada uno de los nicaragüenses”, argumentó.
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Maradiaga señala el rol diferenciado entre las diásporas y los nicaragüenses que continúan padeciendo bajo el sistema autoritario dentro de Nicaragua.
«Tenemos que tener mucho cuidado en no organizarnos únicamente para atender las aspiraciones del exilio nicaragüense y de la diáspora. Aquí tenemos que pensar también en el mensaje a los que están dentro de Nicaragua” y señala que no se pueden cometer los errores de otras oposiciones políticas de otros países que se han estructurado esencialmente para generar respuestas para el exilio.
Dispersión en Costa Rica y EE.UU.
El destierro de notables líderes en Estados Unidos cambió también la atención en la oposición, con una mayor visibilidad a las personalidades, cuando el trabajo organizativo se había enfocado y multiplicado mayoritariamente en Costa Rica.
“En 2022 estaba conformándose un movimiento cívico democrático organizado desde diferentes frentes, pero por el perfilamiento de esta liberación, resurge ahora el movimiento político con los excarcelados”, sostiene el politólogo Manuel Orozco.
Para el politólogo “se crea un nuevo espacio dentro de la diáspora con los líderes que salieron de la cárcel que retomen la lucha política, lo cual podría fortalecer o entorpecer a los movimientos, pero en todo caso, significa un cambio en la forma como se llevaba la resistencia cívica en los últimos dos años”.
Orozco considera que “se crea un nuevo espacio dentro de la diáspora con los líderes que salieron de la cárcel que retomen la lucha política, lo cual podría fortalecer o entorpecer a los movimientos, pero en todo caso, significa un cambio en la forma como se llevaba la resistencia cívica en los últimos dos años”.
Propuestas para enfrentar división
Mairena considera que no es conveniente hablar de estrategias para alertar al régimen de las acciones para presionarlo, pero se debe tratar de construir una narrativa común que permita a las distintas organizaciones trabajar bajo una misma lógica.
“Es un error decirle a nuestro enemigo qué hacemos y cómo lo hacemos. Estamos haciendo grandes esfuerzos», para organizarse lo antes posible tanto con otros líderes campesinos como aliados.
Del mismo modo, Medardo Mairena señala que es momento de “redireccionar la lucha ya que en el 2021 estábamos preparándonos para participar en un proceso electoral. Esa es una etapa quemada, estamos en una cuestión de ponerle un basta ya a las violaciones de derechos humanos”.
¿Qué debe hacer la oposición de Nicaragua en el exilio?
Maradiaga señala algunas propuestas de trabajo a corto plazo:
Afianzar un frente de oposición en el exilio que proteja y cuide a los liderazgos locales dentro de Nicaragua, porque la «clandestinidad democrática no violenta” servirá para salvaguardar esa red de resistencia interna en Nicaragua.
Además:
- Estructurar una vocería en el exterior con unos liderazgos claramente identificados.
- Una acción diplomática que sea la punta de lanza y no tanto la resistencia interna que expone a los opositores. “No queremos más presos políticos, no queremos más secuestrados”, dijo.
- Afianzamiento de una plataforma de trabajo desde Costa Rica.
- Aislamiento del régimen con dos prismas fundamentales: diplomático y económico.
- Usar la arquitectura del sistema de justicia universal.
- Estimular la disidencia interna.
El exprecandidato presidencial por la UNAB indica que hay una lista concreta de negocios e industrias que están íntimamente vinculados al régimen y se les puede golpear directamente.
Señala que hay “una cantidad de cosas que aún no se han hecho. Yo no quiero dar demasiado detalle porque no le voy a dar la ventaja a la dictadura sandinista de que se prepare para eso”.
Sin embargo, aparte del deseo de terminar con los ciclos de impunidad, Maradiaga consideró que aun en el Frente Sandinista hay una cantidad importante de funcionarios “que no tiene las manos manchadas de sangre” y que deben estimularse para que abandonen al régimen.
Chamorro expone que, en primer lugar, varias voces han hablado de la importancia de tener un diálogo maduro para que “se vayan construyendo alianzas que vayan viendo las estrategias a seguir”.
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Sin apuros para la unidad
Para Maradiaga un planteamiento muy pragmático y sencillo es que en el orden de prioridad se coloquen “las aspiraciones, los deseos, los objetivos de quienes aún están dentro de Nicaragua, porque aún con todo el sufrimiento que tengamos, los que estamos afuera, podemos hablar, los que estamos afuera nos podemos pronunciar aún a un costo enorme, los que están en Nicaragua, no”.
Chamorro consideró que por “la ruptura con el Vaticano, la eliminación de nuestra nacionalidad, el destierro mismo” significa que “no hay interés de Ortega de dialogar con nadie”.
“Me tocó estar en dos mesas de diálogo: el diálogo nacional del 2018 y la mesa de la negociación del 2019. Pude ver a un Ortega, una dictadura cerrada en ceder una que otra cosita, a firmar un documento y no cumplirlo y en liberar presos políticos que los había agarrado precisamente para después darlo como gran concesión cuando en realidad nunca debieron de haber estado presos, nunca debimos de haber estado presos”, agregó.
Prepararse para una elección en 2026 sería esperar infructuosamente si no hay reformas a lo inmediato, porque, según indicó Juan Sebastián Chamorro, “hay un montón de cosas que sabemos que se deben de hacer, así que antes de ponerle fecha a unas elecciones, tenemos que ponerles fecha a todas estas reformas”.