*Aunque en La Habana, los evangélicos son tan beligerantes como los católicos, en Nicaragua parecen estar callados. ¿Por qué?
**En América Latina, Cuba se ha convertido en una escuela de represión, y los patrones autoritarios también se reflejan en los ataques a la fe de los opositores.
Expediente Público
“Le diría a la iglesia evangélica en Nicaragua que no se quede callada, porque en Cuba hemos pasado por esta situación, vemos cómo persiguen a un grupo o a una denominación, le quitan los templos, le hace esto o lo otro, y se quedan callados, pero está demostrado que, si no hablan, el día de mañana se lo hacen a ellos”, precisó bajo anonimato un pastor cubano a Expediente Público.
“En Cuba nos ha funcionado que cuando atacan a alguien, tratamos de levantar la voz y no dejar que algo les suceda a ellos, porque una vez que lo hacen a ellos, luego lo hacen a uno de nosotros”, manifestó el religioso.
Rossana Muga, consultora externa para proyectos en derechos humanos y colaboradora del Observatorio de Libertad Religiosa en América Latina (OLIRE), explicó que, en Cuba, durante las manifestaciones del 11 de julio de 2021, líderes evangélicos, principalmente pastores, se unieron en masa a las protestas, enfrentando directamente las represalias del régimen cubano.
Diferencias entre evangélicos de Cuba y Nicaragua
A pesar de que la presencia de sacerdotes, religiosos y obispos de la iglesia católica cubana no fue ampliamente difundida en los medios, muchos laicos católicos, especialmente aquellos comprometidos con el activismo social, se unieron a los manifestantes, expresando su postura en contra de los abusos a los derechos humanos y a favor de la paz social.
Por el contrario, en Nicaragua, desde el inicio de la crisis en abril de 2018, los líderes religiosos católicos, incluyendo sacerdotes, obispos y laicos, han desempeñado un papel protagónico en la denuncia de los abusos perpetrados por el régimen de Ortega-Murillo.
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Varios de los líderes religiosos de Nicaragua como monseñor Silvio Báez y el padre Edwin Román han tenido que salir del país debido a que sus vidas corrían peligro.
Monseñor Rolando Álvarez está detenido desde agosto de 2022 y en febrero de este año fue condenado a 26 años de cárcel por solo levantar su voz contra las injusticias y violaciones de derechos humanos cometidos por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo desde abril de 2018 contra los nicaragüenses.
Ortega y su odio contra los católicos
Varias iglesias en el país centroamericano han sido vandalizadas y recientemente fueron congeladas las cuentas bancarias de muchos templos para ahogarlos económicamente. El caso más triste fue en el 2020 cuando simpatizantes sandinistas incendiaron la capilla de la Catedral de Managua donde estaba la imagen de la Sangre de Cristo, que tenía más de 300 años de antigüedad.
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“Han sido firmes defensores de los derechos humanos brindando refugio y apoyo a los manifestantes y tratando de mediar en el diálogo nacional en pro del retorno a las prácticas democráticas”, dijo. Esta postura crítica hacia la falta de garantías de los derechos humanos y la
transparencia en los procesos electorales ha convertido a los líderes religiosos católicos en blanco frecuente de represalias gubernamentales, sostuvo Muga.
En Cuba, la iglesia evangélica ha operado en la clandestinidad desde 1959, lo que ha destacado su situación de vulnerabilidad en los 64 años de dictadura. En contraste, en Nicaragua, los ataques directos contra la iglesia evangélica han sido menos frecuentes.
Aun cuando muchos miembros de la iglesia evangélica han sido también hostilizados por el régimen, “la dictadura ha intentado crear una imagen de cercanía para proyectar cierta legitimidad social, aunque los liderazgos evangélicos en su mayoría no cedan a los intereses del régimen”, dijo la también abogada.
Además, dado que Nicaragua es mayoritariamente católica, los ataques contra estos líderes han tenido un impacto social más significativo que los dirigidos a representantes evangélico.
Factor miedo
El escritor, documentalista y periodista cubano en el exilio Yoe Suárez explicó a Expediente Público que pesar de ser una minoría religiosa en un país mayoritariamente católico, los evangélicos cubanos han expresado abiertamente su oposición a la falta de libertades individuales.
Es llamativo que, a pesar de no contar con el apoyo explícito del pueblo cubano en su mayoría, exista un temor razonable a expresar públicamente el rechazo al régimen totalitario, el último en occidente de esa nación, agregó Suárez.
Sin embargo, en la isla caribeña, los evangélicos están llamando la atención debido a la participación social no solo a nivel de líderes intermedios, sino también desde la jerarquía misma de las iglesias, incluso aquellos a cargo de miles de personas.
Las cinco iglesias evangélicas más grandes, junto con otras más pequeñas, se han manifestado abiertamente contra las políticas del Estado cubano. “Esto es algo notable que no se había visto antes y nos llena de orgullo a aquellos que visitamos estas instituciones”, afirmó Suárez.
“La iglesia cubana, a lo largo del tiempo, había mirado hacia adentro debido a la presión del régimen totalitario y su misión fundamental de rescatar almas para Cristo. Sin embargo, factores como el acceso a internet, la salida de cubanos del país y su testimonio sobre la realidad en otros lugares, han despertado a la iglesia y su deseo de un futuro político diferente al que promueve el partido comunista cubano”, explicó.
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Advertencia a evangélicos: “prepárense”
“Mi recomendación en ese aspecto es que al interior de la Iglesia puedan fomentar las técnicas de resiliencia ante las hostilidades de un Gobierno que se presenta como todopoderoso e intenta ahogar a quienes no ceden a sus principios y, por tanto, son considerados enemigos”, precisó Muga.
La jurista pidió a esta comunidad religiosa formar una nueva generación de “creyentes y líderes que estén preparados para mantenerse firmes ante el agudizamiento de la crisis y las represalias contra ellos, tomando como ejemplo la actuación en similares circunstancias de los líderes evangélicos cubanos”.
Muga advirtió que el gobierno nicaragüense no cesa en su escalada represiva contra la sociedad civil y que se ha ensañado especialmente contra la iglesia católica y sus liderazgos para callar su voz profética y evitar que hayan voces críticas a los abusos perpetrados que despierten la conciencia social.
Persecución religiosa
A la vez, pidió a las congregaciones cristianas que acompañen al pueblo nicaragüense en medio de la crisis multidimensional que están viviendo.
“El rol de la iglesia evangélica debe centrarse en no apartarse de sus bases fundacionales a pesar de las presiones gubernamentales, promoviendo el trabajo intersectorial e interdenominacional para mostrarse unidos y tal como lo ha hecho la Iglesia católica, denunciar -cuando sea el caso- las vejaciones de las que son víctimas e incrementar la visibilización de sus vulnerabilidades”, afirmó Muga.
“Lo que hoy está pasando a los católicos (en Nicaragua) le puede pasar mañana al mundo evangélico, porque las leyes que se pongan se aplican en sentido general, por eso, no debe callarse un grupo religioso cuando ve a otro grupo religioso perseguido, porque después vienes tú, eso ha sucedido en Cuba, por eso creemos que no debemos callar cuando le hacen daño a otro”, dijo el pastor consultado.
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“No pacten”
Suárez recomendó que «no hagan pactos con la tiranía orteguista. Nada bueno surge de las ideas socialistas. Los cubanos somos testigos de ello durante más de 60 años, al igual que los soviéticos en gran parte del siglo XX y nuestros hermanos venezolanos en la actualidad, quienes también sufren las consecuencias”, reiteró.
Señaló que la comunidad internacional ha perdido el interés de lo que pasa en Cuba, que es la cabeza de la serpiente en cuanto a represión, pero las principales iglesias evangélicas y también algunas de las más pequeñas, independientes o no registradas en asociaciones, se han distanciado del poder.
Aunque nunca hubo una iglesia oficial, han optado por mantener una mayor distancia debido a su comprensión de que pueden desempeñar un servicio a la nación al mediar en una transición hacia la democracia, indicó Suárez.
“Imagina que una tiranía tan prolongada ha generado muchos enemigos, resentimientos y odios, a veces justificados y a veces no. En definitiva, existe un rechazo razonable hacia el socialismo, la idea del estatismo y el liderazgo totalitario, y durante un proceso de transición, estos sentimientos pueden desbordarse. Es ahí donde la iglesia debería desempeñar un papel”, relató.
Vulnerables
Suárez recordó que en Corea del Sur al finalizar la primera dictadura y en otros lugares como Sudáfrica, las iglesias tuvieron un gran rol, así como sus líderes, por ejemplo, Desmond Tutu trabajó como mediador tras el apartheid. “La iglesia puede sanar a la sociedad y fomentar el perdón para avanzar después de décadas de socialismo, marxismo y centralismo».
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Suárez explicó que las instituciones religiosas no inscritas en el registro de asociaciones del régimen están más expuestas debido a la falta de libertad de asociación en Cuba. Esto contrasta con la iglesia católica, respaldada por una institución milenaria y el Estado del Vaticano.
Por ejemplo, sacerdotes y líderes religiosos católicos que fueron aprehendidos han sido liberados, pero otros, como los líderes yorubas y el pastor Lorenzo Rosales Fajardo, todavía están sufriendo penas de cárcel por participar en las protestas del 11 de julio en Cuba.