*Lula da Silva asumirá el gobierno de Brasil con las democracias del hemisferio occidental debilitadas, la ‘cubanización’ de Venezuela y Nicaragua e intentos autoritarios en Bolivia y Ecuador, advierte el analista y exdiplomático argentino Mariano Caucino.
**En entrevista con Expediente Público, el exembajador argentino Caucino ve inevitable presencia rusa y china en América Latina, pero tilda de “bobo” el discurso de la izquierda antimperialista.
Expediente Público
El retorno al poder de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil, la principal economía de América Latina y con aspiraciones históricas a ser un actor global, reorganiza el juego político en una región favorable a la izquierda, pero también permeable al autoritarismo.
Para abordar el significado del nuevo gobierno de Lula en este contexto de tensiones entre las potencias de Estados Unidos, Rusia y China y la crisis de las democracias en el continente, Expediente Público entrevistó al analista de política internacional Mariano Caucino, exembajador de Argentina en Costa Rica e Israel.
Sobre el efecto negativo a la institucionalidad democrática con la presencia china y rusa en la región, particularmente en naciones pequeñas como las centroamericanas, Caucino comentó que “los países no caen en dictaduras de la noche a la mañana. Antes había un golpe de Estado, un golpe militar. En las últimas décadas, gobiernos de origen democrático, que llegaron al poder por la vía electoral una vez en el poder, desmontan la democracia”.
Para el exembajador argentino, este desmontaje tiene patrones claros que se relacionan, por ejemplo, con la captura de instituciones como el Poder Judicial, ataques a la libertad de prensa y extorsiones a las empresas para que no puedan tener actividad libre y dependan completamente del poder de turno.
“Terminan cercenando la actuación de los congresos, modificando el sistema electoral y eternizándose en el poder de manera que hay que estar muy alerta a estas situaciones, porque ya son situaciones que se han producido y que pueden seguir dándose. En nuestra región hay que condenar la presencia de estos regímenes, pero también advertir la posibilidad de que puedan aparecer otros en la región”, sostuvo
Debilitar democracias
Para el exembajador Caucino es notable que dichos países con gobernantes populistas tengan un amplio interés en revitalizar la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en la que no participan Canadá y Estados Unidos, pero sí los países más autoritarios de la región: Cuba, Venezuela y Nicaragua.
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Para el analista «insistir con foros alternativos” como la Celac o Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), lo que han hecho “es debilitar a la Organización de Estados Americanos (OEA) y al sistema de promoción de los derechos humanos y de defensa a la democracia contenidos, que son prácticamente el nudo central del sistema. Han terminado siendo funcionales a estas dictaduras y a la promoción de otras dictaduras”.
Sin embargo, ante la crisis del autoritarismo en la región, “sería positivo hacer una revalorización del sistema interamericano en especial a través del sistema de la OEA, lamentablemente yo tengo una visión crítica sobre la propuesta que han tenido muchos de los gobiernos de la región», dijo Caucino.
Tercia de potencias globales
La presencia china y rusa en América Latina es un reto para Estados Unidos porque representa una pugna entre un modelo autoritario y otro democrático. Muchos países de América Latina se están sintiendo muy cómodos con actores extrarregionales que tienen a sus ciudadanos bajo controles férreos y sin acceso a la prensa libre, reflexionó el especialista.
Caucino explicó que Estados Unidos es económica y militarmente poderoso, pero “es un error de muchos de nuestros países creer que esa situación es algo necesariamente negativo”.
Para el exdiplomático deberíamos encontrar puntos en común para negociar en conjunto con Estados Unidos y encontrar oportunidades de cooperación, “no quedarnos en un discurso antimperialista estúpido que lo único que hace es eternizar las diferencias, la pobreza y la postergación”.
“Me parece que lo correcto sería tratar de actuar con ese interés y buscar las oportunidades que la situación ofrece y no estar todo el tiempo con esa idea, que a veces tiene una cierta izquierda boba en nuestra región, de creer que la culpa de todo la tienen los Estados Unidos», agregó.
Liderazgos y protagonismos de izquierda
«Lula es un hombre verdaderamente sobresaliente, ha participado en seis elecciones presidenciales, ha ganado tres y presidió Brasil en una década singular de gran ventaja para los países sudamericanos”, estimó.
«Lula aprovechó, sin ninguna duda, el crecimiento del precio de los commodities, sobre todo empujados por la demanda China que en el 2001 comenzó su proceso de expansión económica a partir de su incorporación a la Organización Mundial de Comercio (OMC)», recordó el analista.
Ahora, su reaparición en el escenario mundial, se hace con actores políticamente muy debilitados y desprestigiados internacionalmente como Nicolás Maduro en Venezuela, Daniel Ortega en Nicaragua y con otros actores ideológicamente cercanos como López Obrador en México, así como Gustavo Petro en Colombia, Luis Arce en Bolivia y Gabriel Boric en Chile.
“A pesar de su discurso izquierdista y su prédica antimperialista, en los hechos López Obrador buscó en su momento un entendimiento con el gobierno de Donald Trump y ahora con Joe Biden. Es natural que así sea y esto es este algo que la izquierda latinoamericana le cuesta aceptar, pero es el resultado de una realidad”, indicó.
Irán y Ortega
En Nicaragua sorprendió la timidez con la que el gobierno argentino reaccionó a la visita en enero de 2022 del vicepresidente de Asuntos Económicos de Irán Mohsen Rezai, exjefe de la Guardia Republicana y acusado de ser uno de los autores intelectuales del atentado a la mutual israelí en Buenos Aires, Argentina en 1994 que causó 85 muertos y fue el peor acto terrorista cometido en América Latina. En cambio, en octubre Argentina pidió a Catar la captura del funcionario cuando visitaba ese territorio. La Cancillería de Argentina condenó la visita del terrorista iraní a Nicaragua, que nuevamente fue defendida días después en la OEA, cuando 22 países votaron una resolución condenando la acción.
En esa ocasión, el entonces embajador nicaragüense Arturo Mcfields indicó que Nicaragua “podía invitar a quien quisiera”, mientras Ortega ripostó en agosto calificando a la administración del presidente Alberto Fernández de ser «instrumento del imperialismo» y “traicionar los principios de la Celac” por retener un avión con 14 venezolanos acusados de varios delitos.
«Después de tres años de ejercicio en el poder, es evidente (que el gobierno argentino) tiene un compromiso muy importante con los cubanos, la dictadura castrista y sus aliados regionales, Nicaragua y Venezuela. Eso complica al gobierno de Alberto Fernández en una serie de relaciones globales», advirtió Caucino.
Sumisión del presidente Fernández
Por otra parte, el presidente argentino Fernández viajó de inmediato a Sao Paulo, Brasil, para saludar a Lula, un día después del balotaje el 30 de octubre. “Normalmente las reglas diplomáticas indican que el presidente electo de un país concurre a los países vecinos para saludar a sus colegas, pero no que un presidente en ejercicio concurra a un país donde hay un presidente electo”.
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Para el analista, la actitud de Fernández denota sumisión que “no corresponde para un Estado soberano”, pero el Gobierno argentino está en dificultades por el mal manejo económico y enfrenta una situación de una inflación prácticamente al borde de la hiperinflación.
Tras este encuentro Lula anunció que devolverá la visita a Fernández antes de su toma de posesión en enero del 2023, pero Caucino recordó que durante la campaña electoral, el ahora presidente electo procuró no quedar relacionado al gobierno argentino y a la figura de Cristina Kirchner.
Lula y los foros regionales
Brasil es un país sumamente importante en América del Sur, que representa el 50% del producto bruto de la región. Limita prácticamente con casi todos los otros Estados y Lula es reconocido como un líder histórico que ha podido volver al poder.
“También es imposible evitar comparar a Lula con el liderazgo de Getulio Vargas que también logró volver al poder. Sin embargo, también es imposible evitar recordar el hecho de que ha sido fundador del Foro de Sao Paulo, promotor del socialismo del siglo XXI y ha sido un hombre que ha avalado en los hechos las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Y esto es verdaderamente preocupante”, precisó Caucino.
Sobre Argentina, según Caucino, el mandatario Alberto Fernández utiliza la diplomacia como una fuente de protección y como una plataforma para la promoción de las dictaduras cubana, venezolana y nicaragüense, particularmente desde que Argentina fue electa en la presidencia pro témpore 2022 de la Celac, de manera tal que “esto presagia eventualmente problemas importantes y en particular, en el caso de Venezuela, por ser un tema regional”.
El rol de Lula para Venezuela
Sobre una posible mediación de Lula para resolver la crisis venezolana, el analista dijo ser poco optimista con cambios a corto plazo, porque la jefatura política de Venezuela está en el extranjero.
“Se puede decir que el régimen venezolano es tributario del gobierno cubano, de la dictadura castrista, y en algún punto podría decirse que es un régimen casi colonial, en el sentido que las decisiones políticas fundamentales se adoptan en La Habana”.
La crisis venezolana es particular porque se trata de un Gobierno electo legítimamente hace 20 años, pero que como consecuencia de las acciones hechas por Hugo Chávez y después por Maduro “deriva en una dictadura militar”, precisó Caucino.
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“El régimen castrista logró capturar políticamente a Venezuela, una situación que había buscado durante décadas y que le permitió reemplazar la asistencia soviética por la asistencia de petrodólares venezolanos, después de haber atravesado los 10 años más complejos y difíciles en la última mitad del siglo durante los años 90, a partir de la disolución de la Unión Soviética”, comentó.
Las tendencias hacia las dictaduras
Si bien Lula tiene amistades con líderes de izquierda dictatorial como Daniel Ortega, Raúl Castro y Maduro, más que el factor personal, hay implicaciones ideológicas de por medio.
Desde 1990, Lula fue un actor fundamental en la fundación del Foro de Sao Paulo, que fue una iniciativa lanzada por la izquierda latinoamericana, a partir de la caída del muro de Berlín. Se dio cuando interpretaron que la toma del poder no iba a poder realizarse de manera violenta y por las armas, sino a través de las urnas.
“El problema es que los gobiernos surgidos a partir del foro en las últimas tres décadas, los gobiernos del llamado socialismo del siglo 21, muchos de ellos han cumplido las normas democráticas y se han adaptado al sistema constitucional», precisó.
Pero otros han forzado el sistema institucional hasta desmontarlo y anularlo, dejando primero el sistema republicano y después dejando la democracia totalmente de lado y constituyendo dictaduras, «como ha ocurrido desgraciadamente en Venezuela y en Nicaragua. O el caso de países como Ecuador durante el tiempo de Rafael Correa o Bolivia en el tiempo de Evo Morales que estuvieron al borde de constituirse en dictaduras”.
Estos procesos autoritarios en Ecuador y Bolivia se corrigieron, pero en el caso del presidente Luis Arce, hay decisiones inquietantes que merecen ser observadas atentamente por parte del sistema interamericano en materia de promoción de los derechos humanos, aseveró.
La importancia de Rusia para Brasil
Brasil es miembro de los BRICS (acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), esta alianza o relación de países supondría que Lula retomaría ese gran liderazgo internacional como lo ejerció en la primera década de este siglo.
“Es altamente probable que así lo haga, pero también hay que recordar que durante los cuatro años del gobierno del presidente Jair Bolsonaro, Brasil mantuvo una relación importante con Rusia”, dijo Caucino.
Brasil a pesar de tener un Gobierno de derecha con una gran relación con los Estados Unidos, sostuvo un vínculo importante con Vladimir Putin, especialmente durante la administración de Trump, incluso después de la invasión rusa a Ucrania el 24 de febrero de este año.
Bolsonaro condenó el ataque a la soberanía ucraniana como la mayoría de países, pero como muchos países no occidentales, no acompañó las sanciones impuestas por Estados Unidos, por la Unión Europea y otras potencias occidentales. Y probablemente Lula mantendrá una política en ese sentido, mencionó el analista.
Superpotencia económica
China se ha convertido en una superpotencia económica a partir de la muerte de Mao y las reformas económicas iniciadas por Deng Xiao Ping en 1978 que le permitieron un despliegue económico extraordinario.
Este crecimiento generó un cambio de estatus de un país que se ve a sí mismo como llamado a protagonizar un rol cada vez más importante primero en Asia y después en la escena global. “Esta realidad implica que China tiene relaciones económicas con todo el mundo y que se ha convertido en el primer o segundo socio comercial de muchísimas economías latinoamericanas», lo que alerta a Estados Unidos por su avance en la influencia económica y política.
«En el caso de la Argentina, China es el segundo socio comercial de la Argentina detrás de Brasil, tercero es Estados Unidos y sigue la India. Esta es una realidad que acompaña a prácticamente todos los países de la región y es una realidad económica fundamental, consecuencia de las reformas capitalistas y de apertura económica realizadas”, aseguró el entrevistado.
China también se enfrenta a nuevas dinámicas, precisó Caucino. “Es gobernado por el Partido Comunista que conserva el poder a pesar de las reformas económicas y que además ha visto en los últimos dos años una acumulación del poder en torno a la persona de Xi Jinping, que en las últimas semanas fue reelecto para su tercer mandato».
Esto es «algo sin precedentes desde el fin de la era Mao y esto está suponiendo una alteración en el sistema político en el sentido de una posible creación de una suerte de gobierno personalizado que concentra la jefatura del partido del Gobierno y de las Fuerzas Armadas”.
Las ligerezas con China
Caucino explicó que esa concentración en el poder resulta oportuna a naciones que quieren hacer negocios con China. «Los sistemas de decisión política concentrados y menores sistemas de intermediación y controles a la hora de hacer inversiones, son una realidad indudablemente que enfrentan las grandes potencias occidentales, sobre todo Estados Unidos, en relación a sus vínculos con los otros actores del sistema incluyendo los países de Latinoamérica que son países que pertenecen a la misma cultura”.
En el caso de países pequeños como los centroamericanos, las reglas de juego parecen hacerlos más vulnerables, a diferencia de naciones como Brasil.
Caucino consideró que “los países cuanto más pequeños, más se benefician del comercio internacional y es una idea que normalmente se ha venido cumpliendo en el caso de los países centroamericanos. Se ha verificado en buena medida dado que, a partir de acuerdos de comercio, han tenido una mejora importante al menos en términos relativos de sus economías”.