China propaganda desinformación

Cobertura Especial: China “exporta” desinformación y autocensura al mundo libre

*Los gobiernos autoritarios tienen una relación más estrecha con China para el manejo de desinformación y propaganda, dice la directora de investigación para China, Hong Kong y Taiwán de Freedom House, Sarah Cook.

**La influencia de la narrativa mediática china se concentra en la cooptación de élites, las que a su vez imponen “agenda” a sus sociedades, dice experta. Esto es particularmente cierto en países como Nicaragua y Venezuela.


Expediente Público

China trata de imponer sus propias narrativas ante el mundo, pretensión que no deja fuera a América Latina. El reporte de Freedom House Influencia Mediática Glogal de Pekín 2022, presentado este 8 de septiembre, explica cómo la propaganda, desinformación y autocensura del gigante asiático funciona también en esta región.

La propaganda China tiene presencia no solo por medio del intenso trabajo de embajadas. También por las corresponsalías de China Radio International, China Central Television, China News Service, y la agencia Xinhua, así como la cooperación con medios públicos y privados. Estos se centran en temas como la reducción a la pobreza, medio ambiente y economía, y obvian las críticas al Partido Comunista Chino, la falta de libertades, los abusos a los derechos humanos y las amenazas contra Taiwán.

El estudio, que abarca los años 2019 al 2021 toca a siete países latinoamericanos: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Panamá, Perú y México. Sin embargo, régimen  de países autoritarios como Cuba, Nicaragua y Venezuela tienen una relación mucho más permisiva e ideológica con la República Popular China.

Ver: China amenaza y extorsiona para imponer su agenda en el mundo

“No miramos a esos países particularmente porque estábamos observando el extremo más democrático del espectro. Lo que me imagino es que algunas de las cosas que ya vio en los entornos democráticos serían aún más fuertes ahí, como esos lazos con las élites y luego las propias élites ejercen su propio control”, explicó Sarah Cook, directora de investigación de China, Hong Kong y Taiwán de Freedom House.

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Ejerciendo controles para moldear opiniones

A pesar que la investigación se hizo en naciones con un entorno democrático, Cook consideró que a partir de los hallazgos se presume que las élites políticas y económicas importan medios de ciertos tipos, equipos de vigilancia o tal vez también filtran contenido y bloquean sitios web y ejercen capacitación o legislación y modelos para influir en la opinión pública.

Nicaragua estableció relaciones diplomáticas con China el 10 de diciembre de 2021 y el primer acuerdo de cooperación fue con el Grupo de Medios del gigante asiático, firmado el 15 del mismo mes.

Por su lado, el director para América Latina de este consorcio público, Zhu Boying, dijo que el propósito era «divulgar y reconocer mutuamente las informaciones objetivas y verdaderas» de ambos países. Esta semana ambas naciones anunciaron las negociaciones para un tratado de libre comercio.

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Con regímenes es más fácil para China

En un entorno más autoritario el gobierno trabaja mucho más estrechamente para los chinos. En particular, para suprimir los medios locales y la información crítica, así como actuar en nombre de Pekín, así no necesita la embajada china llamar por un artículo a los directores de medios o periodistas o hacer una campaña de desinformación, analizó la experta.

Por otra parte, en América Latina hay una gran cantidad de información china en español, medios estatales chinos y diplomáticos.

“Lo que ves en América Latina, y en general a nivel mundial, es definitivamente una especie de elemento generacional cuando miras la influencia china, así que esos países que tienen los niveles más altos de influencia son a menudo países, donde hay una relación a largo plazo de integración y comercio”, manifestó Cook.

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Enfatizó que hay países como en África, donde China está trabajando desde hace mucho tiempo, pero está teniendo una presencia cada vez mayor. Así también América Latina, donde cinco de los siete países analizados vieron un aumento en los esfuerzos de importación de Beijing y, en particular, planteó un esfuerzo en la dimensión de guerra de propaganda con los principales grupos y medios de comunicación locales para llevar contenido.

La narrativa china en América Latina

El estudio en 30 países del mundo, siete de América Latina, revela que en 18 de ellos hay una intensificada influencia. En 16 de ellos incluso altos y muy altos esfuerzos de China en su narrativa mediática, siendo Argentina, la nación en el nuevo continente con la campaña más intensa.

A pesar de todo, la opinión sobre China fue menos favorable que hace cuatro años. Particularmente porque el estudio en países democráticos mostraba la resistencia de los medios independientes, con críticas al régimen chino. Así también en particular, por la situación de la pandemia del covid-19, que inició en ese país.

Sin embargo, dominaba en los medios el lenguaje de los medios chinos, se verificó la cooptación de élites locales y autocensura en 16 países, con métodos más sofisticados de propaganda y desinformación.

En algunos países como Brasil, los principales medios oficialistas chinos tienen una oficina de prensa, como China Radio International, China Central Television, China News Service, y la agencia Xinhua. Además, existe cooperación oficial muy diversificada con medios públicos y privados locales.

El rol de las embajadas

También las embajadas están muy enfocadas en el trabajo con la prensa y la información. Así, organizan giras de periodistas a China, con gastos pagados. En esos casos los ejes centrales en sus narrativas son la reducción a la pobreza, medio ambiente, economía, la relación bilateral y diplomacia de vacunas.

Afortunadamente las instituciones democráticas, incluyendo los medios independientes, responden negativamente a esta influencia, pero en democracias débiles son más vulnerables a propaganda, indica el estudio.

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Así cuatro países del continente americano se mostraron vulnerables a la influencia del aparato de medios y propaganda chino: Argentina, México, Panamá y Perú, mientras Colombia, Chile y Brasil se mostraron resistentes.

Los puntos más vulnerables de la narrativa china en América Latina son su limitada audiencia e impacto. También la mala imagen tras la pandemia, escepticismo por falta de derechos, el incremento de análisis independientes y la exitosa cobertura de eventos críticos, como corrupción y escándalos en obras realizadas en sociedad o completamente por empresas del país asiático.