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De protestantes, casi nada: dogmas y miedo dominan a la comunidad evangélica de Nicaragua 

*Sociólogo explica que una teología conservadora, en este contexto de represión, es algo beneficioso para el régimen de Nicaragua. Por ahora, la comunidad evangélica solo quieren hablar del “reino de los Cielos”. 


Expediente Público 

Aunque también hay pastores progobierno e intereses económicos de por medio, la principal razón del letargo de los evangélicos frente a la crisis nicaragüense es dogmática, señaló un sociólogo nicaragüense bajo condición de anonimato. 

“La teología que predica la iglesia evangélica es que ‘no nos ocupamos del mundo, vivimos para Dios y para el Cielo. La política no nos interesa, y meterse en eso no sería para un cristiano’. Ese es en general el pensamiento que promueve”, explicó. 

“¿Por qué los evangélicos no han sido tan tocados por el gobierno?, porque en general el régimen no los ve como un peligro, son grupos sin jerarquía identificable, cualquiera puede ser pastor. Ni siquiera repiten las palabras de Jesús, repiten las palabras de Pablo, que es un teólogo extremadamente conservador, que dice que toda autoridad viene de Dios y hay que respetarla (Romanos 13:1, dice que los esclavos deben obedecer a sus amos (Colosenses 3: 22.24)”, precisó. 

Saturnino Cerrato, exsuperintendente de las Asambleas de Dios y expresidente del Partido por la Restauración Democrática (PRD), cancelado por el régimen en 2021, indicó a Expediente Público que “lo político no es tema de discusión dentro de la iglesia local, ni tema de discusión durante la predicación, eso se deja para la vida con el resto de la sociedad”. 

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CPC los vigilan

Expediente Público preguntó si había miedo a predicar temas relacionados con la crisis nacional, a lo cual respondió: “No creo que haya temor, lo que se tiene que decir se dice, pero en todas las iglesias sin excepción tenemos sandinistas. Sabemos que cuando un pastor predica algo que no va de acorde con la filosofía del Gobierno, pasan la información a los CPC (Consejos del Poder Ciudadano) y ya el pastor se ve sometido a vigilancia, pero comúnmente eso (la crisis nacional) no es objeto de discusión dentro de la iglesia”. 

Cerrato admite la complejidad que significa contar con feligreses favorables al Gobierno, por lo que tocar temas políticos “genera mucho conflicto”, particularmente porque “en todas nuestras iglesias vienen de todo, sandinistas y no sandinistas, entonces no es objeto de discusión dentro de la iglesia (la situación del país)”. 

Por otra parte, el efecto de pastores sandinistas en la imagen de la iglesia no está afectando a las organizaciones, asegura. “Si ha generado problemas es en la iglesia local, no sé hasta qué grado eso afecta las iglesias de esos pastores, pero en los demás no”, indicó. 

Los evangélicos en Nicaragua 

Los nicaragüenses en general son extremadamente religiosos y en las últimas décadas, como en gran parte de Centroamérica, el culto protestante crece en su feligresía. El último censo nacional de 2005 indicaba que un 24 por ciento se consideraba protestante. Desde entonces, las encuestas difieren en el crecimiento: CID Gallup publicó en julio de 2022 que el promedio es de 18%, mientras M&R Asociados señaló en marzo de 2020 que era de 35.9%. 

Desde 1990, es decir, en los últimos 32 años, un total de 1,440 organizaciones evangélicas recibieron personería jurídica, la mayoría denominacionales, congregaciones, iglesias o ministerios, pero también fundaciones y gremios. De estas, 930 fueron dadas en 15 años de gobierno de Daniel Ortega, el 64%, según una recopilación de Expediente Público del registro digital de la Asamblea Nacional (parlamento). 

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En términos reales, entre un millón y dos millones de nicaragüenses son evangélicos, pero ese capital social no es visible en ámbitos más allá del religioso.

Mezcla de religión y política

Algunos pastores han tratado de capitalizar políticamente a este segmento, el primer partido confesional que surgió fue Camino Cristiano Nicaragüense (CCN) del reverendo Guillermo Osorno, quien obtuvo cuatro diputados en su primera elección, de 1996, pero pactó con el entonces presidente liberal Arnoldo Alemán, y posteriormente con Daniel Ortega. 

Pronto CCN se dividió para crear el Partido Unidad Cristiana (PUC), dirigido por el reverendo Guillermo Ortega Reyes, también aliado político del FSLN y actual presidente del Parlamento Centroamericano (Parlacen). El “micropartido” cuenta actualmente con un diputado nacional, William González Campos.  

Un último intento de crear un partido proevangélico fue el PRD, que serviría de plataforma electoral a un sector opositor en 2021, pero fue cancelado por el Consejo Supremo Electoral (CSE), favorable a los intereses del Frente Sandinista. 

El sociólogo explicó que los protestantes tienen poca incidencia política, porque el mundo evangélico está fragmentado y sus pastores tienen un mensaje muy conservador y tradicional que no representa una amenaza al poder. 

El coqueteo de Ortega con la religión  

En su segundo año en el poder, 2008, el mismo Ortega inauguró la Plaza de la Biblia, en Managua, un espacio que los pastores habían pedido a la alcaldía para sus actividades. Sin embargo, se las negó en 2016, previo a las elecciones nacionales que llevaron a su cuarta reelección consecutiva. 

La retórica populista del gobierno de Daniel Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, llevó a Nicaragua a convertirse en uno de los pocos países no laicos del hemisferio occidental. Nicaragua abandonó más de un siglo de laicismo con la reforma constitucional de 2014, que establece en su artículo 4 y 5 que el Estado reconoce como universales y generales “los valores cristianos”, además de los socialistas. 

A los evangélicos no les causó gracia la reforma constitucional. Los pastores de la Alianza Evangélica Nicaragüense (AENIC) emitieron un comunicado a finales de 2013, mientras se discutían los cambios a aprobarse en el siguiente año legislativo, argumentando que ser cristiano no se puede establecer por decreto y que el país era multiconfesional.

Ortega les cobró

Además, les preocupaban conceptos esotéricos y paganos como “madre tierra”, y mencionaban que el concepto “cristiano, socialista y solidario” era el eslogan del partido FSLN. Por otra parte, pedían eliminar los gabinetes de familia y agregar la revocatoria de mandato y poner límite a la reelección.  

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En respuesta a los pastores, el régimen canceló las subvenciones a AENIC, que recibió en total 1.85 millones de córdobas hasta el 2014, unos 77 mil dólares al cambio promedio de la fecha. Los medios oficialistas no publicaron las críticas de los otros pastores, solo los argumentos de quien era favorable a la medida, el pastor Neftalí Cortés, del Concilio Nacional de Iglesias Evangélicas, el mayor beneficiado de subvenciones entre los evangélicos, con 5.1 millones de córdobas entre 2007 y 2016, que serían actualmente 212 mil dólares. 

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Además, el estilo esotérico de Murillo tiene una fuerte oposición entre los evangélicos, quienes ven elementos de brujería en el uso excesivo de símbolos, como los árboles de la vida, pentagramas y amuletos.  

Poner la otra mejilla 

Durante el 2018, año del alzamiento de miles de nicaragüenses y que dejó al menos 355 muertos a manos del gobierno, la iglesia evangélica se mantuvo reacia a participar y se dedicó a hacer jornadas de oración. Todavía existe un grupo interdenominacional formado desde 2020 que se mantiene “activo”, Pastores Unidos por la Nación, cuya página de Facebook indica “nos reunimos para orar por la nación”. 

Mientras tanto, la falta de resistencia ante los abusos se vive no solo frente a los eventos nacionales, también en carne propia. La Convención Bautista de Nicaragua (CBN) fue despojada el 2 de febrero de 2022 de su alma mater, la Universidad Politécnica de Nicaragua (Upoli), el único centro de educación superior privado que abrió sus puertas a los estudiantes y protestantes en 2018, por lo que fue confiscada de facto por el régimen de Nicaragua, cobrando así esta cuenta pendiente. 

Los pastores bautistas guardaron silencio, pues hasta el día de hoy no existe un solo pronunciamiento sobre la confiscación de la Upoli. Lo que sí existe es una nota del régimen en el portal digital oficial, del 8 de febrero de este 2022, una semana después de la cancelación de la personalidad jurídica de la alma mater. Dicha publicación informa sobre la inauguración de una nueva sala en el Hospital Bautista de Managua, entidad que atendió a manifestantes heridos durante las protestas de 2018, ya que los hospitales públicos cerraron sus puertas. 

El emporio económico

Además: 190 ataques a la libertad religiosa 

La iglesia evangélica, que cuenta con más de 85 mil miembros en Nicaragua, inauguró un nuevo pabellón con motivo del 92 aniversario del Hospital Bautista e invitó a las autoridades del Ministerio de Salud (Minsa). Llegó Carlos Sáenz, secretario general de la entidad, quien hizo un recorrido por las nuevas instalaciones. 

El hospital tiene un programa de previsión del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) y cuenta con cinco filiales, que según el Anuario Estadístico 2020 del INSS tuvo un promedio anual de 32,048 afiliados. Eso es el 6.8 por ciento del total en el servicio privado, calculado en 466,766 personas, que junto a los adscritos al servicio previsional público del Minsa suman 653,034 asegurados. 

La Convención Bautista no solo es propietaria del hospital, también tiene una radio, decenas de escuelas, el Instituto Bíblico y un seminario. 

El capital no espiritual de las iglesias 

Los intereses de la iglesia evangélica son amplios, desde las propiedades de templos, proyectos sociales, hospitales o clínicas, fundaciones, inmuebles, más de 70 radioemisoras, tres universidades. Solo las Asambleas de Dios, probablemente la denominación más grande entre los evangélicos de Nicaragua, cuentan con 1,378 templos y 1,805 pastores para más de 287 mil miembros, según su portal digital. 

El régimen publica las legalizaciones de cientos de propiedades eclesiásticas, muchas de ellas tomadas arbitrariamente en asentamientos urbanos espontáneos, sobre todo en Managua. La última titulación fue en mayo de 2022 con un total de 78 propiedades. 

Comunidad evangélica

Según el portal oficial el19digital hasta septiembre de 2020 el régimen de Ortega había titulado un total de 575 templos de distintas denominaciones desde que retornó al poder en 2007, aunque en 2018 se habló de 835 propiedades y 2,000 solicitudes pendientes. En distintas declaraciones a medios, los pastores calculan que existen en el país entre 7,000 y 12,000 sitios de culto protestante. 

En el campo educativo, la iglesia evangélica es particularmente sensible, el Ministerio de Educación (Mined) registró en el año 2021, 9,105 escuelas públicas y 1,466 privadas. De estas últimas 307 eran cristianas protestantes, aunque son el tres por ciento del total, el operador político del régimen Fidel Moreno reconoció en 2016 que la matrícula total de las escuelas evangélicas era de 200,000 alumnos, es decir, el 11.7% del total de ese año, calculado en 1.7 millones de estudiantes en primaria y secundaria. Actualmente la matrícula es de 1.79 millones.  

Los aliados del régimen 

El régimen presupuestó entre 2007 y 2017 un total de C$21,370,000 en subvenciones para las iglesias evangélicas, unos 890 mil dólares al cambio promedio de la época, donde los principales beneficiados fueron al final los gremios de pastores más mediáticos. Sin embargo, desde 2018 eliminó todo tipo de fondos. En comparación, las parroquias católicas recibieron 161,195,430 córdobas de 2007 hasta 2019, alrededor de USD6.4 millones al promedio cambiario.  

Aparte de las subvenciones, las iglesias recibían fondos del presupuesto para fundaciones. Sin embargo, ya desde 2020 los fondos para templos y parroquias fueron anulados y apenas algunas fundaciones religiosas reciben parte del presupuesto.

El presupuesto de 2020 para las denominaciones se redujo a 112 mil dólares, cuando en 2019 fue de 1.2 millones de dólares, según el portal noticiacristiana.com. Sobre la cantidad de ingresos en diezmos y ofrendas, las denominaciones son celosas y no las publican, pero Gobernación ejerce un control férreo sobre las finanzas. 

Aparte de la mezcla de dogma y miedo, existen verdaderas alianzas que llevan a creer que la tendencia evangélica es favorable al régimen, particularmente, cuando hay pastores directamente afiliados al Frente Sandinista, como Miguel Ángel Casco y Sixto Ulloa, ambos exdiputados del partido gobernante. 

Pastores evangélicos que son diputados

Además de los pastores afiliados que ocupan u ocuparon cargos públicos como Casco, Ulloa, y el presidente del Parlacen, Guillermo Daniel Ortega Reyes, está el diputado aliado del Partido Liberal Independiente, Mauricio Orúe, de la iglesia Centro Vida.

El régimen sandinista reconoce a otros líderes de la iglesia evangélica, como ocurrió en el parlamento en 2019, cuando reconocieron al superintendente y vice superintendente de las Asambleas de Dios, Roberto Rojas y Rafael Arista; así como a Augusto Marenco, del Ministerio Apostolar Centro Cristiano; Guillermo Osorno, del Centro de Adoración Familiar; y Omar Duarte, de Ríos de Agua Viva.  

Igual existen prominentes evangélicos de la mano del orteguismo en Nicaragua. Entre ellos, el campeón profesional de boxeo, Román “Chocolatito” González, miembro de la iglesia Ríos de Agua Viva; del pastor Omar Duarte, o la exalcaldesa de Managua, Daisy Torres.

El pastor Jorge Rivera, quien fue llamado para el diálogo de 2019, representante de la Misión Centroamericana, apareció en abril de 2020 como pastor de la iglesia Luz de las Naciones, en un culto virtual con presos comunes desde las instalaciones de la Policía Nacional.

También existen grupos que continúan colaborando en áreas sociales, como los mormones, por lo general, políticamente distantes, pero que en los últimos meses publican con frecuencia donaciones médicas al sistema sanitario público.

«Ciegos» a los ataques a la Iglesia católica

Con el encarcelamiento de dos sacerdotes católicos y el acoso al obispo de Matagalpa Rolando Álvarez, es casi inevitable no establecer comparaciones con los evangélicos, pero Cerrato dice que “no es verdad (que cerramos las puertas). La única denuncia fue contra la iglesia Hosanna de Managua, pero el pastor documentó que no era verdad eso, la iglesia evangélica está dispuesta a abrir sus puertas a las necesidades de la sociedad”.

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“No sé por qué dice que la iglesia evangélica está callada, la iglesia evangélica está consciente de la problemática de Nicaragua como el resto de la sociedad, es cierto que no hacemos levantamientos, protestas o documentos públicos, pero estamos tan conscientes como los demás del problema”, aseveró el religioso.