Expediente Público verificó que el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega alteró y manipuló algunos hechos reales con datos y conclusiones falsas.
Ortega mintió sobre historia, sobre economía nacional e internacional, sobre la invasión rusa a Ucrania y sobre política exterior.
Expediente Público
Es usual que la pareja presidencial de Nicaragua, Daniel Ortega y Rosario Murillo, caigan en imprecisiones al describir los hechos. Él lo hizo de nuevo el pasado 18 de mayo, en un discurso donde se verificaron cinco datos y conclusiones que líder sandinista dio por ciertas, pero que en realidad no son veraces.
Ese día Ortega y Murillo celebraron el nacimiento del general “Augusto César Sandino”, alias de Augusto Nicolás Calderón Sandino, un guerrillero elevado a la categoría de héroe nacional por los sandinistas en el primer periodo de su dictadura en 1979-1990.
Aprovechando la fecha, Ortega recordó la muerte de Edwin Castro, Ausberto Narváez y Cornelio Silva, tres conspiradores que participaron en el atentado mortal contra el dictador Anastasio Somoza García en 1956, ejecutado a balazos por Rigoberto López Pérez, quien se oponía a la reelección continua.
Cuatro años después, el 18 de mayo de 1960, los carceleros de Somoza mataron a balazos a Castro, Narváez y Silva.
Daniel Ortega recordó el incidente para reclamar contra las organizaciones de derechos humanos que él y su régimen han venido desmantelando.
“Allí no había derechos humanos, ni nacionales, ni internacionales, ni gobiernos yanquis, ni gobiernos europeos, que denunciaran y protestaran por estos crímenes. Para ellos era algo natural, ¿por qué?, porque Somoza era el hijo del imperialismo, al servicio del imperialismo, el que había asesinado a nuestro general Sandino”.
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La primera mentira
Aquí Ortega cae en una imprecisión histórica y para verificarlo consultamos a un historiador nicaragüense, de quien omitimos su identidad por razones de seguridad.
Según el historiador, para 1960 Nicaragua, como miembro de la Organización de Naciones Unidas, ciertamente ya había ratificado su adherencia a la Declaración de Derechos Humanos, acordada en diciembre de 1948 en París.
Sin embargo, no estaban sus 30 artículos sobre derechos humanos ni la declaración misma, integrada en la Constitución Política de Nicaragua y no existían, tampoco, organizaciones de derechos humanos como las que hoy existen y que Ortega ha mandado a cancelar y expulsar.
“La primera organización de derechos humanos moderna y activa, como serían luego todas las organizaciones de derechos humanos del mundo, fue la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH)”, dijo.
Esta organización fue fundada en abril de 1977 en plena dictadura de la familia Somoza y se dedicó a documentar y denunciar a nivel internacional los crímenes cometidos por el Estado bajo dirección de la familia Somoza, principalmente la violación de derechos humanos a guerrilleros sandinistas, sus familias y organizaciones civiles víctimas de la represión.
Irónicamente, la CPDH fue cancelada por Ortega el pasado mes de abril tras 45 años de operaciones, y la mayoría de sus miembros se fueron al exilio por la represión sandinista contra las organizaciones de derechos humanos.
De ese equipo, la defensora María Oviedo fue capturada, enjuiciada y condenada a ocho años de cárcel acusada por los nuevos delitos impuestos por el régimen sandinista.
Segunda mentira
Daniel Ortega, en sus discursos, suele culpar de todos los males del planeta a Estados Unidos, a quien suele tildar de “imperialismo yanque”.
Esta vez, lo acusó de ser el responsable de la crisis económica mundial, que empezó a agravarse cuando Rusia decidió invadir militarmente a Ucrania en febrero de este 2022.
“Todos en el planeta sentimos los efectos de las políticas expansionistas del imperialismo, las guerras que deciden, imponen los imperialistas, sacuden a todo el mundo, afectan a todo el mundo, afecta a la misma economía de los países imperialistas”, dijo Ortega, para enseguida dar un dato.
“El colmo, noticias que salen en los Estados Unidos, que no hay leche para los niños, se ha agotado la producción de leche, resultado de la política terrorista que han lanzado Estados Unidos y Europa en contra del mundo. O sea, les está afectando a ellos también”.
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Manipulación de las noticias
Aquí Ortega utiliza un dato real: la reducción en la producción de fórmula especializada para niños, para consumo local estadounidense.
Sin embargo, su argumento conclusivo es falso: “resultado de la política terrorista que ha lanzado Estados Unidos y Europa en contra del mundo”.
Dicho en palabras de Ortega, hay escasez de fórmula láctea en Estados Unidos por las sanciones mundiales contra Rusia (“en contra del mundo”, dice), luego de la invasión y destrucción perpetrada por los rusos en Ucrania.
La mentira de Daniel Ortega queda al desnudo con una revisión al problema que ocasionó temporalmente la escasez de lecha en polvo infantil especializada en Estados Unidos.
Un reportaje del sitio La Voz de América lo explica ampliamente y Expediente Público lo resume: el problema inició en 2020 con la pandemia de coronavirus cuando todas las industrias redujeron su personal para evitar la contaminación colectiva.
La pandemia, a la vez, generó un problema de suministro de ingredientes, de transporte y distribución junto a la reducción de personal.
A la vez, millones de familias acapararon el producto con el fin de prepararse para la larga cuarentena. Cuando finalizó la mayor crisis, la principal productora estadounidense, Abbott Nutrition, empezó a reactivar las plantas industriales para la producción masiva, pero ocurrió un problema interno de salubridad, lejísimo de las conclusiones erradas de Ortega.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) encontró en febrero pasado rastros de una bacteria en una de las principales plantas, aunque no en el laboratorio de procesamiento del polvo, por lo que ordenó la revisión en todas las plantas y la suspensión temporal de la producción mientras no se demuestre la erradicación de la amenaza.
Lo que omite Daniel Ortega
La industria estimó a finales de marzo que entre ocho y diez semanas después de la notificación, la producción reiniciaría con el vigor acostumbrado, pero mientras tanto, y es algo que Ortega omitió, es que la administración Biden aprobó dos proyectos de ley para proporcionar 28 millones de dólares en fondos de emergencia para la FDA y garantizar que las familias de bajos ingresos puedan continuar consumiendo fórmula.
A la vez, la administración del presidente Joe Biden también implementa la “Operación Fly Formula” con la que autoriza al Departamento de Defensa a usar aviones comerciales para transportar suministros de fórmula desde el extranjero, que cumplan con los estándares de la FDA para su inmediata distribución.
La semana pasada la FDA dijo que incrementará las importaciones de leche infantil desde México, Chile, Irlanda y Países Bajos, mientras se recupera la industria de Estados Unidos, que produce el 98% de la fórmula que consume.
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Otra falsedad
En su larga retórica contra Estados Unidos y Europa, Ortega insiste en achacar la crisis mundial de la economía a las sanciones impuestas contra Rusia, y coloca a este país aliado en el papel de víctima de una conspiración internacional.
“El mundo era otro antes de que se produjera este enfrentamiento entre el imperialismo yanque, el imperialismo europeo, la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte), contra la Federación Rusa, y con la multitud de sanciones que han lanzado, afectando al mundo”, dijo el mandatario nicaragüense.
Aquí la mentira es evidente: las sanciones internacionales contra Rusia son consecuencia de la invasión militar ordenada por el dictador Vladimir Putin contra Ucrania en febrero pasado.
Los hechos internacionales son verificables: la guerra se desarrolla en territorio ucraniano, con el ejército ruso invadiendo y destruyendo ciudades enteras y el ejército ucraniano defendiendo su soberanía.
Ni Estados Unidos, ni la OTAN, ni sus países miembros, combaten en Ucrania, aunque sí aportan información, armas y suministros humanitarios y militares, en una guerra que, según diversos informes, ya supera las 10,000 muertes y aumentando, sobre lo cual Ortega no se lamenta.
En algo que sí acierta Daniel Ortega, es en los efectos de esas sanciones contra Rusia por haber iniciado la invasión: la guerra rusa ha alterado los mercados internacionales, ha afectado el suministro de bienes y disparado los precios de petróleos y derivados.
Cuarta mentira
“Nadie puede decir que ahora todo es más caro porque subió el precio de la gasolina, porque no está subiendo. Nadie puede decir que todo está más caro porque subió el precio del diésel, porque no está subiendo, o porque subió el precio del gas, porque no está subiendo, o porque subió la tarifa de la energía, porque no está subiendo, o que subió la tarifa de agua, porque no está subiendo”, afirmó Ortega, para enseguida amenazar a quienes digan lo contrario.
“Estarían mintiendo, estarían actuando como las personas que aprovechan situaciones como estas para mentir y decir que están perdiendo, y entonces empezar a pedir lo que ellos deben producir, que es lo que les corresponde en estas circunstancias”, advirtió.
En realidad, Nicaragua sí ha tomado algunas medidas para controlar el alza de los precios de combustible, pero no ha hecho ajustes para detener el alza programada del precio de la energía ni ha controlado el precio de la canasta básica (consumo mínimo esencial para una familia de cinco miembros).
Según datos de abril del oficialista Instituto Nacional de Información de Desarrollo (Inide), la canasta básica alcanzó un costo de 17,000 córdobas (equivalentes aproximadamente a 485 dólares), en un país donde el salario mínimo es el más bajo de Centroamérica: desde 134 dólares el más bajo hasta 300 dólares el más alto.
Y la energía, que según Ortega nadie debe puede decir que ha subido, a partir de enero de este 2022, se redujo el subsidio energético a la mayoría de consumidores mientras se incrementó la cantidad de hogares que deben pagar un impuesto mensual de 7% hasta el 15%.
Es decir, que al haber menos subsidio y más impuestos, los nicaragüenses deben pagar más en sus facturas de energía mensual. Todo ello conforme a la ley 971, de reformas al sistema de energía.
Pero decir lo contrario podría implicar la aplicación de la ley de Ciberdelitos, que considera noticia falsa toda información que contradiga el discurso oficial y conlleva penas de hasta cinco años sin garantías constitucionales.
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Quinta mentira: Hitler
Ortega parece no desperdiciar oportunidad para cuestionar y criticar a Estados Unidos y Europa, y no tiene empacho en retorcer los hechos para plantear su visión ideológica, omitiendo realidades locales que no le favorecen.
Por ejemplo, la visión ideológica de su utópica unidad “de los pueblos”: “Qué unidad europea iba a haber si estaban en guerras continuamente, y faltaba la más conocida guerra terrorífica que es el monstruo de la democracia. Hitler es hijo de esa democracia, y tan cierto que, hasta la fecha en los Estados Unidos, en Europa, los grupos nazi-fascistas, partidos políticos, tienen derecho de andar armados, de andar con sus signos y de acceder al gobierno”.
Otra vez, Daniel Ortega miente al decir que grupos nazi-fascistas tienen derecho a andar armados. En Europa y en especial en Alemania, la ley castiga con hasta tres años de cárcel el hecho de portar cualquier insignia referente al nazismo o hacer apología del mismo.
La esvástica, el saludo hitleriano, el himno del partido nazi, el uso y la distribución de los símbolos y canciones nazis están prohibidos en Alemania por el Strafgesetzbuch, el código penal, desde finales de la Segunda Guerra Mundial.
En Estados Unidos, en cambio, la utilización de estos símbolos o la propagación del ideario nazi están amparados en el derecho a la libre expresión, consagrado por la Primera Enmienda (1791) de la Constitución.
Sin embargo, cada Estado tiene leyes propias que ponen límites a esos derechos y sancionan penalmente el comportamiento violento, el racismo y la apología a la violencia específica, aunque, ya se sabe, hay grupos supremacistas blancos tanto en Europa como en Estados Unidos.
En Nicaragua, si bien la Constitución establece la pluralidad política, Ortega se ha encargado de eliminarla y establecer de facto que el único grupo político con derecho a andar armado, con sus signos y símbolos y licencia para permanecer en el poder es el Frente Sandinista para la Liberación Nacional (FSLN), con sus banderas rojinegras, sus símbolos y consignas y el poder político y militar reunido en torno a la familia Ortega-Murillo.