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La exclusión de tres regímenes de la IX Cumbre de las Américas «es un asunto jurídico»

*El experto en Derecho Internacional Alonso Illueca explica a Expediente Público por qué la Cumbre de las Américas no es solo otra reunión más y por qué los países excluidos y autoexcluidos pierden al faltar a la cita continental. 

**Sostiene que América Central ya ha tenido programas migratorios exitosos que podrían aportar, durante la Cumbre, a México y Estados Unidos. 


Expediente Público 

El 9 y 10 de junio de 2022 se reunirán los líderes políticos continentales, el sector privado y líderes de la sociedad civil de toda América en la ciudad de Los Ángeles, California, con motivo de la IX Cumbre de las Américas. Los días previos a esta cita, actores sociales tendrán varios foros donde se discutirán propuestas a presentar al más alto nivel. 

Sin embargo, Nicaragua declaró que no asistiría a la Cumbre, aunque de todos modos iba a ser excluido; mientras el presidente de México, Andrés López, condicionó su asistencia a la presencia del régimen de Daniel Ortega, así como de los otros mandatarios autoritarios de la región: Nicolás Maduro, de Venezuela, y Miguel Díaz Canel, de Cuba. 

Otros presidentes, como Alberto Fernández, de Argentina; y la hondureña Xiomara Castro, también han declarado que favorecen una cumbre inclusiva, es decir, con la participación de estos tres regímenes no democráticos, mientras los 15 miembros de la Comunidad del Caribe (Caricom) anunciaron a inicios de mayo que no asistirían si persisten estas exclusiones. 

Del mismo modo, el presidente boliviano Luis Arce ya anunció que su país no asistirá en solidaridad con estos regímenes, mientras la canciller chilena y exrelatora de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Antonia Urrejola, se sumó el fin de semana a la respuesta de gobiernos de izquierda que favorecen la participación de los tres países no democráticos del continente en suelo de Estados Unidos.

Aunque el dictador cubano Raúl Castro fue invitado a la cumbre de 2015 en Panamá, donde incluso se reunió ahí con el entonces presidente de EE. UU., Barack Obama, el experto panameño en derecho internacional y derechos humanos, Alonso Illueca, explicó durante una entrevista con Expediente Público que el tema de las invitaciones a la Cumbre de las Américas no es un tema político, sino, jurídico. Existe, como en la Organización de Estados Americanos (OEA), una especie de carta democrática que excluye a tales dictaduras, indicó.

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Illueca, experto en derecho internacional y derechos humanos, explicó además la relevancia de esta cita continental y sus principales temas. 

Sin invitación 

Sobre las declaraciones de representantes del país anfitrión de la Cumbre, Estados Unidos, de no invitar a los gobiernos de los tres países no democráticos del continente, Illueca afirma que la presencia de todos los países está condicionada. 

“Todos los Estados tenemos las manos amarradas, esto no es una decisión que compete al ámbito político, es una decisión eminentemente del orden jurídico”, sostuvo.  

En el año 2001, la declaración de la III Cumbre de las Américas, de Quebec, adoptó la cláusula democrática, tal como lo exige la Carta Democrática Interamericana y “es bastante clara en el sentido de que no podrán participar de los mecanismos de la Cumbre los Estados que hayan llegado al poder por las vías de un quebrantamiento del orden constitucional o Estados que sean de orden o de corte dictatorial o que hayan surgido de un fraude electoral. Entonces, esa cláusula democrática con un estándar bastante claro de qué Estados pueden participar y que Estados no pueden participar”, indicó el experto. 

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Un análisis bastante sencillo es si tenemos un Estado que ha llegado al poder a través de un fraude electoral, a través de unas elecciones, o que no han sido reconocidas por la comunidad internacional o que ha llegado al poder a través de un golpe de Estado, pues independientemente de su inclinación ideológica o de su afiliación política en materia de bloques regionales, debe ser excluido de los mecanismos dentro de la cumbre, argumentó el jurista. 

Sobre la cumbre 

“La Cumbre de las Américas es una institución que antecede en importancia y vigencia política a la propia OEA, es un foro separado y la importancia es fundamental porque tenemos un orden regional basado en reglas, y este orden regional basado en reglas descansa en un entendimiento común de los derechos humanos, de la democracia y la transparencia, instituciones y valores que son fundamentales para todos los pueblos del Continente”, precisó. 

“Su importancia radica en que son los foros multilaterales en los que se pueden producir conversaciones de alto nivel, que pueden llegar a soluciones bastante creativas e innovadoras en cuanto a los problemas que afronta la región”, agregó. 

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La agenda 

“En la lista de prioridades que deberían tener los jefes de Estado al momento de preparar su participación para la Cumbre de las Américas estaría, en primer lugar, a mi juicio, el constante proceso de degradación democrática que está viviendo la región, el surgimiento de regímenes iliberales y cómo preservar nuestras normas comunitarias de gobernanza democrática”, dijo Illueca a Expediente Público. 

El término de democracia o gobierno «iliberal» se usa desde finales del siglo XX para describir sistemas de gobierno que, aunque realicen elecciones, sus ciudadanos carecen de libertades elementales como expresión o de reunión, por lo cual, se hace difícil la labor de la oposición.

Otros temas de importancia en la próxima cumbre son la recuperación económica post COVID-19, la crisis migratoria por los haitianos provenientes de Chile y de Brasil, así como todo el tema vinculado a los venezolanos y los procesos de regularización y las vejaciones que están siendo objeto por parte del régimen de Nicolás Maduro.

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Temas de Centroamérica 

Centroamérica debe traer las experiencias exitosas en el tema migratorio que deberían poner sobre la mesa a los Estados Unidos y a México, dijo el experto. 

Illueca recordó que se produjo hace algunos años en la región una crisis migratoria y se trabajó con Naciones Unidas medidas para enfrentar situaciones de riesgo de migrantes, se desarrolló el Marco Integral Regional para la Protección y Soluciones (MIRPS), que contó tanto con el apoyo del Alto Comisionado para los Refugiados (Acnur), como de la OEA. 

“El gran problema que tienen los migrantes centroamericanos y que solo se ha podido identificar a través del MIRPS ha sido la falta de mecanismos efectivos para que ellos se logren integrar en la comunidad de acogida. Es decir, la falta de acceso a créditos y, en ocasiones, la falta de acceso a documentos de identidad, a documentación para realizar emprendimientos de carácter personal y también para acceder al mercado laboral, elemento fundamental que necesita cualquier migrante en condición de vulnerabilidad”, precisó. 

Otro eje de intervención en el tema migratorio que plantea Illueca es la barrera cultural, por lo cual se requiere de una respuesta integral y multilateral. “Si nosotros tomamos en cuenta, por ejemplo, el caso de la migración haitiana, cuando hacemos un análisis comparativo nos damos cuenta que los migrantes haitianos tienen la barrera idiomática, el hecho de que ellos hablan francés en vez de español. Tenemos que lograr que de forma efectiva ellos se puedan integrar a la comunidad de acogida y esto incluye, por ejemplo, cosas tan sencillas como enseñarles el lenguaje, porque de otra forma no van a poder integrarse plenamente a la sociedad”, explicó.