*Se cumplió el pronóstico y habrá una segunda vuelta para los comicios en Costa Rica. Está por definirse si Fabricio Alvarado o Rodrigo Chaves pelearán la presidencia a José María Figueres.
***La Organización de Estados Americanos y otros observadores electorales destacaron que las elecciones en este país centroamericano se desarrollaron en orden, seguridad y con transparencia.
Expediente Público
Hasta el próximo 3 de abril, Costa Rica tendrá nuevo Presidente, ya que en las elecciones de este domingo 6 de febrero, ninguno logró la mayoría necesaria. El candidato José María Figueres, del Partido Liberación Nacional se disputará la segunda vuelta, quien según los primeros datos de Tribunal Supremo de Elecciones, obtuvó el 28 % de los votos. Está por definirse si Fabricio Alvarado de Nueva República o Rodrigo Chaves de Progreso Social Democrático, pasará a la segunda ronda ya que tienen un empate técnico del 16.45 %.
Los Centros de votación en territorio costarricense, abrieron sus instalaciones el domingo, durante 12 horas, desde las seis de la mañana para recibir a los 3.5 millones de habitantes llamados a votar por el candidato que reemplazará a Carlos Alvarado Quesada para el período 2022-2026.
José María Figueres, candidato presidencial del Partido Liberación Nacional, afirmó en una entrevista al medio digital CR HOY, luego de ejercer su derecho al voto, que en caso de ganar, limaría asperezas con el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Figueres fue presidente de Costa Rica entre 1994 y 1998.
“La relación con el gobierno de Nicaragua es una relación ciertamente más delicada. Hay una diferencia en apreciaciones de valores, de otras condiciones y respecto al posicionamiento internacional de nuestros países, pero esas diferencias no significan que no vayamos a conversar y buscar mejorar el clima de relación entre los dos países. Tenemos esa obligación y, por lo tanto, por la combinación de intereses económicos y políticos vamos a hacer un extraordinario esfuerzo para que logremos limar asperezas y llevarnos de la mejor manera posible”, argumentó Figueres Olsen.
Además, serían electos 57 diputados para la Asamblea Legislativa. Para ganar las elecciones en primera vuelta, los candidatos necesitaban obtener al menos el 40 por ciento de los votos.
Según el TSE, alrededor de 2,152 centros de votación y más de 6,700 juntas receptoras de votos fueron habilitadas para las votaciones en el país. También se abrieron otros 80 centros de votación que funcionaron en al menos 42 países y 52 consulados para que los costarricenses en el extranjeros pudieran ejercer su derecho al sufragio.
La última encuesta del Centro de Investigación y Estudios Políticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica, indicaba que 19 de los 25 aspirantes a la presidencia no pasarían siquiera el 3,5% de los votos, pero tampoco, los otros 6 restantes podía alcanzar el 40% requerido para ganar en una primera vuelta.
Según el observatorio de Reformas Políticas de América Latina, las elecciones de este 6 de febrero evidenciaron una “fraccionalización e incertidumbre” por el amplio abanico electoral de 25 candidaturas presidenciales, de las que solamente 4 eran mujeres.
Entre los candidatos favoritos estaban: Fabricio Alvarado, del partido Nueva República, con 10% de la intención de votos; Lineth Saborío, de Unidad Social Cristiana, con 12,8%; y José María Figueres, de Liberación Nacional, con 17%, a pesar de que un 32% de la población no tenía definido por quien votar, según las últimas encuestas.
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Candidatos en JRV
Las largas filas en centros de votación fueron evidentes. Desde tempranas horas se vio la asistencia del actual presidente Alvarado Quesada, y candidatos como Lineth Saborío, y José María Figueres Olsen, quien lidera las encuestas.
La jornada electoral, fue monitoreada por diferentes Misiones de Observadores Electorales como la Organización de Estados Americanos, a cargo de la exvicepresidenta y excanciller panameña Isabel de Saint Malo, y otros 83 observadores de España, Francia, República Dominicana, Perú, Argentina, Bolivia, Jamaica, Puerto Rico, Brasil, Colombia, Paraguay, México y Centroamérica.
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Unas elecciones lejos de la realidad nica
Por primera vez, la organización nicaragüense Urnas Abiertas, fiscalizó las elecciones generales de Costa Rica en medio de un contexto pandémico y de crisis económica para ese país.
Según dijo el Jefe de esta misión, Pedro Fonseca, en entrevista exclusiva con Expediente Público, esta tarea tenía como fin el acompañamiento en el día de la votación y lo que comprende todo el período electoral, hasta el cierre.
“Hasta el momento hemos tratado de cumplir con el objetivo de observar centros de votación hasta en 14 cantones del país y hemos tenido presencia en los alrededores de la capital” aseguró Fonseca.
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“Hemos observado la apertura de las mesas de votación, lo cual para nosotros y nosotras como nicaragüenses, ha sido todo bonito, dado que desde nuestra perspectiva se ha realizado en orden y con profundo respeto, dado que en comparación con Nicaragua, acá no se realiza el silencio electoral, sino; que hasta el día de hoy se pueden apreciar a lo largo y ancho de la ciudad y del país, banderas, colores, debates, discusiones públicas y a pesar de todo eso, prima el respeto” agregó.
En noviembre de 2021, Urnas Abiertas fue una de las organizaciones que monitoreó en clandestinidad, las elecciones en Nicaragua, unas que han sido desconocidas por la comunidad internacional y consideradas “ilegítimas” y en la que Daniel Ortega y Rosario Murillo se encargaron de eliminar a toda oposición y encarcelar a precandidatos para postularse a la presidencia.
Fonseca, reiteró en entrevista que los comicios de estos dos países de Centroamérica “no tienen comparación”, aun cuando a Costa Rica más de 111 mil nicaragüenses han solicitado refugio desde la crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua y 42,286 son nacionalizados.
A diferencia de Nicaragua, en Costa Rica, “prima el orden, la seguridad y transparencia”, aseguró Urnas Abiertas desde su cuenta oficial en twitter. En Nicaragua “cualquier intento de manifestación en contra de Daniel Ortega se ha visto atropellado por la persecución y represión policial”.
“En Nicaragua no ha sido posible observar, opinar, y como es entendido, no priman los derechos y el orden constitucional”, concluyó Fonseca.