*Padre Ricardo Sevilla, canciller de la Iglesia católica de Honduras, afirma que gobernantes en Nicaragua quieren evitar que se “denuncien las injusticias”.
**Investigación de la jurista Martha Patricia Molina expone que hubo 190 hechos de hostilidad contra la Iglesia católica entre 2018 y mayo de 2022.
Expediente Público
Robos, amenazas, profanaciones, exilio, agresiones, campañas de desprestigio y hasta el discurso de odio pronunciado por los gobernantes Daniel Ortega y Rosario Murillo son algunas de las hostilidades que desde 2018 sufre la Iglesia católica en Nicaragua, donde recientemente el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, y el padre Harving Padilla, párroco de San Juan Bautista de Masaya, sufrieron asedio policial como parte de las acciones impulsadas por el régimen que busca acallar a los religiosos.
El padre Ricardo Sevilla, canciller de la Iglesia católica de Honduras, expresó solidaridad con el clero católico nicaragüense y calificó como un “ataque a la libertad religiosa” el reciente asedio sufrido por monseñor Álvarez y el padre Padilla.
En entrevista con Expediente Público, el padre Sevilla señaló que el régimen nicaragüense busca acallar a la Iglesia, porque no quiere que se “denuncien las injusticias” y las graves violaciones de derechos humanos que se cometen en el país.
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“Ellos a lo largo de todo este tiempo han venido a tener una persecución seria de la Iglesia, porque no quieren que la Iglesia denuncie las injusticias que se están haciendo arbitrariamente. Consideramos que esto es una violación de los derechos humanos, tanto individuales como también un ataque a la libertad religiosa”, dijo el padre Sevilla.
Después del asedio policial vivido en Managua, el obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, ofició este martes 24 de mayo una misa en el templo San Isidro Labrador, perteneciente a la parroquia María Auxiliadora en el municipio Las Sabanas, departamento de Madriz, al norte del país centroamericano, donde celebró la ordenación presbiteral del padre Orlan Antonio López.
Ese mismo día, en Masaya, el padre Harving Padilla, salió de la parroquia San Juan Bautista, donde permaneció resguardado por el asedio policial que sufrió desde el pasado 14 de mayo. Durante los días que duró el cerco represivo, los oficiales de la Policía no permitieron el ingreso de la feligresía que suele participar de las actividades religiosas en este templo.
Un régimen en contra de la Iglesia
“Estos conflictos se vienen dando a través de este régimen de Daniel Ortega y que no es nuevo, se vienen dando desde ya tiempo. Hay hostigamiento hacia los sacerdotes, se han tomado los templos, muchas veces han impedido que la feligresía entre a los templos, ha habido persecución hacia los sacerdotes, religiosos y obispos (…) Este es un régimen que va en contra de los principios éticos y morales de la Iglesia católica y de la sociedad”, dijo el padre Sevilla de Honduras.
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En 2018, la Iglesia católica fue una de las primeras instituciones que demostró su apoyo a los manifestantes que protestaban contra el régimen por unas fallidas reformas al sistema de Seguridad Social en Nicaragua, y la respuesta del régimen han sido consecutivos ataques.
“Los sacerdotes y obispos han estado a la par de la verdad, a la par del pueblo, han abierto sus iglesias y no para cometer actos de terrorismo como lo asegura la administración pública Ortega-Murillo (…) También denuncian las agresiones que la pareja presidencial comete en contra del pueblo, entonces, todo esto ha venido formando un odio hacia los sacerdotes y obispos”, explicó a Expediente Público la jurista Martha Patricia Molina, miembro del Observatorio Pro Transparencia y Anticorrupción.
Investigación documenta ataques sufridos
Una investigación elaborada por Molina, titulada “Nicaragua: ¿Una iglesia perseguida?”, revela que entre 2018 y mayo de 2022, se registraron 190 actos lesivos en contra de la Iglesia católica, 48 casos ocurrieron en el año 2019, siendo el más peligroso para el clero.
Las agresiones a sacerdotes, obispos, religiosas, seminaristas, laicos y los exilios forzados a los que se han visto obligados algunos clérigos, como monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua; y el padre Edwin Román, quien ocupaba la parroquia San Miguel Arcángel, en Masaya, representaron el 37% de las hostilidades hacia la Iglesia, revela la investigación.
Un 19% de las situaciones registradas son profanaciones a los templos, pero también se reportan asedios, destrucción, quemas, prohibiciones, bloqueos de servicios básicos, invasiones a la propiedad privada, entre otras acciones.
“Lo que ellos quieren es tener monigotes que no los critiquen y este caso no es el de la Iglesia católica, porque no se va a prestar para esa situación. Si ellos están viendo que el pueblo está sufriendo, ellos están moral y religiosamente llamados a estar denunciando este tipo de agresiones y eso es lo que la pareja presidencial no quiere, los quiere tener callados, silenciados”, dijo Molina.
Los mensajes de odio emanados por Ortega y Murillo en contra de sacerdotes y obispos representan el 9% de las hostilidades de este periodo analizado. Los gobernantes nicaragüenses apelan a los discursos bíblicos, pero mantienen la política de persecución contra la Iglesia.
“Antes de abril 2018, los atropellos hacia la Iglesia eran esporádicos. Después de esa fecha, las hostilidades incrementaron y suben de tono. El lenguaje ofensivo y amenazante de la pareja presidencial contra la jerarquía católica se hicieron cada vez más evidentes y frecuentes”, expone la investigación de Molina.
Régimen atenta contra libertad de expresión
El pasado 20 de mayo a través del Instituto Nicaragüense de Telecomunicaciones y Correos (Telcor), el régimen ordenó sacar del aire al Canal 51, propiedad de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), informó en un breve comunicado la empresa Claro.
El canciller de la Iglesia católica de Honduras señaló que el cierre del canal católico atenta contra la “libre expresión” en el país centroamericano, un derecho que a los nicaragüenses les fue conculcado por el régimen a través de las leyes represivas aprobadas a finales de 2020.
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“Cerrar el canal 51 de Nicaragua atenta contra la libre expresión ya que limita la libre expresión que tiene derecho cualquier comunicador social o cualquier medio social. Nos unimos y como iglesia oramos para que cese todo este régimen de violencia y persecución contra la Iglesia, en particular de Nicaragua”, señaló el padre Sevilla.
¿Existe peligro de encarcelamiento?
En Nicaragua, Molina no descarta que el régimen llegue al extremo de “encarcelar a cualquiera de los sacerdotes o de los obispos”.
La aprobación del informe presentado por la Comisión de Justicia y Asuntos Jurídicos de la Asamblea Nacional, en el que se acusa a los obispos y sacerdotes del país de participar en lo que el régimen llama “intento de golpe de Estado” y amenazan con juzgar a aquellos que apoyaron las protestas en 2018 es el antecedente más próximo de lo que puede ocurrir en Nicaragua, señaló.
“Los sacerdotes y obispos no tienen la culpa de todo lo que está pasando en el país, los únicos culpables es la pareja presidencial que siguen con su dictadura criminal y nefasta, pero yo creo que no hay que descartar esa posibilidad y sí lo veo venir (las detenciones)”, dijo Molina a Expediente Público.