Bukele 2.0: lo viejo y lo nuevo a esperar del segundo quinquenio

Bukele 2.0: lo viejo y lo nuevo a esperar del segundo quinquenio

* Nayib Bukele juramenta este 1 de junio como mandatario por un segundo quinquenio.  

** Llegó al poder con el aura de la generación millenial y ahora enfrenta el costo inevitable de envejecer en un país marcado por la desigualdad social y por su historia de violencia. 

*** Bukele promete continuar con el régimen de excepción de forma indefinida y transformar la zona costera del Pacífico a cualquier precio. 


Eric Lemus / Expediente Público

La destrucción de la cerámica centenaria del piso del Palacio Nacional es el símbolo de lo que empieza este 1 de junio cuando Nayib Bukele tome posesión, por segunda vez, como mandatario de este país centroamericano. 

Las obras a puerta cerrada del edificio de estilo neoclásico, que data de principios de siglo XX, fueron parte de los preparativos que el Gobierno ejecutó para remozar el Centro Histórico donde este sábado Bukele reasume oficialmente la Presidencia de El Salvador. 

El Ministerio de Obras Públicas y Transporte (MOPT) coordinó el trabajo que realiza la empresa Calidad y Técnicas de Construcción (Cateco S.A. de C.V.) ante los ojos de los capitalinos que atestiguaron la destrucción de todo el cuadrante sur aledaño al Palacio Nacional, donde el Gobierno construye una explanada.  

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Desde diciembre de 2023, oficialmente el país estuvo en manos de una mandataria fantasma, Claudia Juana Rodríguez, una secretaria de confianza de la familia Bukele que fue nombrada por la Asamblea Legislativa controlada por el partido oficialista Nuevas Ideas (NI), porque el vicepresidente Félix Ulloa también se reeligió y para eso debió renunciar seis meses antes. 

¿Cinco años en excepción? 

El nuevo quinquenio de Bukele seguirá echando mano de un implacable régimen de excepción que es clave en el combate a las pandillas Mara Salvatrucha (MS-13) y Barrio 18 en El Salvador. 

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El manodurismo de Bukele, que tiene al país sin garantías constitucionales desde hace poco más de dos años, es una política permanente criticada por las agrupaciones defensoras de derechos humanos debido a las denuncias por casos de torturas adentro de las cárceles.  

Zaira Navas, abogada de la organización no gubernamental Cristosal, dice a Expediente Público que recibieron testimonios de liberados sin antecedentes penales que “fueron obligados a sepultar los cuerpos (de reos fallecidos) dentro de los centros penales”. 

“A quien le corresponde investigar estas muertes y si existen o no fosas al interior de los centros penales es a la Fiscalía”, demanda Navas. 

En la semana previa a la toma de posesión de Bukele, debido a denuncias ciudadanas, el Gobierno desplegó 2,000 elementos del ejército y la Policía Nacional Civil (PNC) en tres vecindarios de Apopa, un municipio al norte de la capital.  

“Vamos a extraer a todos los remanentes de pandillas que persisten en su intento de atentar contra la seguridad de los salvadoreños de bien”, declaró el ministro de Justicia y Seguridad Pública, Gustavo Villatoro. 

Bajo el estigma de origen 

Mario Vega, que representa a la misión evangélica Elim, teme que la continuidad del Estado de Excepción aumente los señalamientos contra la población que reside en zonas de riesgo social.  

“Desde el punto de vista de la estigmatización les afecta muchísimo en cuestiones educativas y sobre todo en oportunidades laborales”, relata Vega a Expediente Público.  

“Es un tema con el que han tenido que luchar por décadas y en cierta manera continúa hasta el día de hoy porque la estigmatización se da desde el punto de vista de que (provienen) de donde (dicen) fue el nido del crimen o la delincuencia”, lamenta Vega.  

El informe mundial 2024 de la organización internacional Human Rights Watch reconoce que en El Salvador “los altos niveles de violencia relacionados con las pandillas que se registraban en el país, particularmente los homicidios y la extorsión, han disminuido significativamente durante los últimos dos años”. 

Sin embargo, advierte que “las autoridades han cometido violaciones generalizadas de derechos humanos, incluyendo detenciones arbitrarias masivas, desapariciones forzadas, malos tratos en prisión y violaciones del debido proceso”. 

Economía: principal preocupación 

Con la reducción de los homicidios y el accionar de las pandillas, los salvadoreños comienzan a ver la situación económica como su principal preocupación. 

La investigación “Evaluación ciudadana del proceso electoral 2024 y expectativas sobre la gestión gubernamental, legislativa y municipal”, que fue realizado por el Centro de Estudios de Opinión Pública (CEOP) de la Fundación Doctor Guillermo Manuel Ungo (Fundaungo), muestra que el alto costo de la vida es ahora la principal inquietud de la población. 

La encuesta, que tiene un nivel de confianza del 95 % y un margen de error de ± 3.2 %, entrevistó a 952 adultos a nivel nacional entre el 11 de marzo y el 16 de abril de 2024. 

Entre los resultados destaca que tres de cada cuatro salvadoreños (75.1 %) dicen que la economía es el problema más grave que enfrenta el país en la actualidad. 

Además: Pese al éxito en seguridad, la economía es la deuda de Bukele en El Salvador 

“Las condiciones de vida de los trabajadores se han deteriorado en estos primeros cinco años. La pobreza aumentó en los hogares salvadoreños”, observa el economista César Villalona.  

“El Gobierno vende la idea de que todo se resuelve con propaganda y luces, pero está sentado sobre un polvorín social que estallara cuando menos lo espere”, dice a Expediente Público

De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) El Salvador mejoró en 2024 las perspectivas de crecimiento de 2.1 a 2.3 %

Aunque el país fue el país centroamericano que menos creció en proporción al resto de la región, donde las economías de Panamá y Costa Rica fueron líderes. 

¿Reforma o cambios constitucionales? 

El último plenario del Congreso saliente, que también estuvo bajo el control del bukelismo, modificó el artículo pétreo 248 de la Constitución de la República para facilitar reformas a solicitud del mandatario y sin necesidad de debate o ratificación como dictaba la ley. 

Una de las posibilidades es la modificación del periodo de Gobierno o la reelección ininterrumpida como sucede en los sistemas políticos de Venezuela y Nicaragua.  

En contexto: Congreso bukelista se apresta a cambiar la Constitución salvadoreña 

El abogado Mauricio Maravilla, quien es vocero del consorcio multidisciplinario Observa 2024, reflexiona con Expediente Público sobre los caminos que puede tomar el segundo mandato de Bukele.  

“No hay que olvidar el papel que juegan en nuestros países los tribunales constitucionales o la sala de lo Constitucional”, analiza Maravilla. 

“La Constitución puede ir vaciándose de contenido a partir de interpretaciones de los tribunales constitucionales (…) podríamos seguir teniendo la misma carta magna, la misma Constitución, pero ya con un sentido, un alcance diferente, a partir de las interpretaciones de los tribunales constitucionales”, vaticina. 

Lo nuevo por encima de la historia 

La intervención en el centro histórico está modificando radicalmente el entorno de la Plaza Cívica, donde el Gobierno está eliminado cualquier simbología del pasado.  

En las obras adyacentes al Palacio Nacional, por ejemplo, solamente quedó un pie un antiguo edificio cuyo propietario a principios de siglo XX fue David J. Guzmán, un intelectual por quien el Museo Nacional lleva su nombre. 

En las últimas semanas, los transeúntes observaron el edificio futurista que alberga la Biblioteca Nacional y el vallado en torno al Palacio Nacional con parsimonia y resignación.  

“Antes que todo era un chiquero todos callados y felices. Se muestra un cambio en beneficio de la capital, todos se quejan”, protesta Noel Maldonado. 

En vísperas de la toma de posesión también trascendió que en el aeropuerto internacional retiraron una obra pictórica del artista Rafael Varela dedicada a San Romero de América, el arzobispo mártir que fue asesinado el 24 de marzo de 1980 por un francotirador asalariado por la extrema derecha.  

La pieza, que mide 2 x 6 metros, originó un cruce de palabras entre Bukele y el congresista demócrata James McGovern que lamentó la decisión.  

“Profundamente perturbado por los informes de que el famoso mural dedicado a la memoria del arzobispo Óscar Romero ha sido retirado del aeropuerto salvadoreño donde se exhibe desde 2010”, escribió McGovern

“Somos una nación soberana y exhibiremos nuestras obras de arte donde mejor nos parezca”, respondió Bukele, a través de su cuenta en X.